Foto: AFP
La víspera, en la prensa se podía leer
valoraciones bastante críticas sobre la posición de Rusia en el proceso
de normalización en Siria, escribían que Putin estaría
en esta cumbre solo contra todos sus colegas. Sin embargo, los
encuentros que se han efectuado al margen de la agenda principal de la
cumbre, demuestran que todos los líderes están muy interesados en el
diálogo sobre el tema sirio.
Las conversaciones entre Putin y Obama
fueron las penúltimas en el cargado programa de actividades del primer
día de la cumbre en Lough Erne, un balneario con campo de golf idílico.
Sin embargo, precisamente de este encuentro se esperaban las principales
declaraciones de las relaciones bilaterales EEUU–Rusia, incluso, había
más expectativa que sobre el almuerzo conjunto de todos los jefes de
gobierno del G-8.
Las
conversaciones se prolongaron una hora más de lo previsto, lo cual,
lógicamente calentó la atmósfera en la sala de prensa. Sin embargo, los
presidentes prefirieron concretarse en constatar los hechos. EEUU y
Rusia intensificarán la colaboración bilateral en la esfera económica a
través de comisiones intergubernamentales y en el marco de la OMC,
también en la lucha con peligros comunes, como el terrorismo y la
delincuencia cibernética. Estas intenciones están plasmadas en los
acuerdos que los presidentes firmaron el lunes. Un punto de inflexión, y
a la vez una referencia obligada, deberá ser la cumbre bilateral
ruso-norteamericana que se celebrará a principios de septiembre en
Moscú, en vísperas de otra significativa cumbre, la de los “veinte
grandes” o G-20. En los temas de política global, como son la situación
en la península de Corea, la colaboración en Afganistán y el problema
iraní, teniendo en cuenta el resultado de las recientes elecciones;
Obama y Putin confirmaron que están listos para “ir hacia adelante”,
incluso “en las direcciones más sensibles”. Evidentemente, esta última
aclaración se refería al tema más espinoso y sensible, lo referido a
Siria, Putin dio a entender que no hay motivos para la especulación,
Moscú y Washington, a pesar de todos los “encontronazos químicos”, están
muy de acuerdo en lo principal, el conflicto en Siria debe ser regulado
solo de forma política:
–En
algunos temas aún nuestras posiciones no coinciden, pero seguro que nos
uniremos con un objetivo común, detener la violencia, evitar que siga
en aumento la cantidad de víctimas en Siria y resolver las discrepancias
por la vía pacífica, incluyendo las negociaciones a celebrarse en
Ginebra. Nosotros acordamos impulsar el proceso de conversaciones de paz
y alentar a todas las partes a sentarse alrededor de una mesa,
organizar un encuentro en Ginebra.
El presidente
norteamericano lo confirmó, ni Washington, ni Moscú reniegan de la
celebración de una conferencia de paz. El trabajo de preparación
continuará:
–Nosotros
tenemos un interés común en poner fin a la violencia que azota a ese
país, también estamos muy interesados en asegurarnos de las armas
químicas que pudieran haber en Siria, es decir, para impedir que se usen
o caigan en malas manos. También nos hemos comprometido en impulsar las
políticas que lleven a la resolución pacífica de este conflicto,
instruir a nuestros equipos que trabajen fuertemente para la próxima
ronda de conversaciones en Ginebra.
Todas las
negociaciones bilaterales al margen de la cumbre del G-8 transcurrieron
en un ambiente marcadamente sencillo e informal. Rodeado por el campo de
golf en medio de Lough Erne, se montó especialmente para este fin una
carpa blanca. Pero la atmósfera informal, el hecho que todos los líderes
estuvieran sin corbata, incluso la canciller de Alemania, Ángela
Merkel, cambió su tradicional chaqueta de corte muy serio y recto, por
otra mucho más suelta, no llama a engaño a nadie. Lo difícil que se hace
avanzar en lograr las negociaciones de “Ginebra-2” era evidente viendo
las caras de Putin y Obama, en cierto modo, los “responsables” de la
iniciativa de la conferencia. Se les vió solo dos veces mientras
realizaban la declaración conjunta, al inicio, mientras hacían el saludo
protocolar y cuando era necesario terminar el encuentro con una nota
esperanzadora.
“Nosotros también hablamos de que al
presidente Putin cada vez le va mejor en lo que respecta al judo, y yo,
tratándose de baloncesto, cada vez estoy más débil. Así los dos estamos
de acuerdo en que con la edad, se hace más difícil hacer frente a las
tensiones de la carga de trabajo”, dijo Obama; a lo que Putin respondió
manteniendo el tono de broma, “el presidente quiere que me relaje con
esa declaración de que se está haciendo más débil”.
Después
de las importantes negociaciones bilaterales del primer día de la
cumbre siguió el almuerzo. Antes del encuentro en Lough Erne se repitió
varias veces la frase que este pudría ser una especie de ensayo de
Ginebra-2. Por iniciativa de las partes participantes, tanto Putin como
Obama deberían jugar un papel de moderadores de las discusiones, al
menos tales fueron las declaraciones de David Cameron. Todavía es muy
temprano para valorar cuánto van a cambiar las posiciones de Berlín o
París después de este encuentro a puertas cerradas,. En cualquier caso,
el comunicado conjunto de la cumbre de Lough Erne, donde se incluirá la
posición de los “ocho” sobre la crisis en Siria, será de compromiso.
ovm/lj
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