Foto: ekologiya.net
No solo se trata de los caprichos del clima,
sino también de los visibles cambios de la flora y fauna de los parques y
bosques urbanos. Es muy posible que el calentamiento global, del que
hablan los científicos hace ya años, introduce sus cambios en la vida
del entorno a una velocidad mucho mayor de lo que se suponía.
La
primavera inusualmente corta afligió a los habitantes de la capital con
una invasión de mosquitos y garrapatas de los bosques. Pero el comienzo
del verano también trajo buenas noticias. Por ejemplo, en el curso
superior del río Yauza aparecieron cangrejos y gobios. Se trata del
primer signo de que el río está más limpio. Los pescadores empedernidos
afirman que el gobio local, que no por casualidad denominaban
“terciado”, adquirió formas más robustas y ahora se parece a su
“hermano” del sur, que habita en las aguas del Don y el Kubán. Se están
pescando gobios de notable tamaño, sobre los que antes leían en los
libros del naturalista del siglo XIX, Leonid Sabanéev. En las lagunas
comenzaron a croar las ranas, que inesperadamente crecieron no menos que
el doble. Y en las riberas pasean los patos gritones de vivo color
anaranjado, que llegaron no se sabe de dónde. Y éstas son solo algunas
señales de los cambios de se están operando. Las plantas y animales
reaccionan con rapidez al cambio climático, explica el coordinador del
Programa de Conservación de la Biodiversidad del Fondo Mundial para la
Naturaleza (WWF) de Rusia, Vladímir Krever:
–El
número de variedades aumenta cada vez más, al igual que el área de su
difusión. La tendencia apunta a que las variedades del norte se dirigen
aún más al norte y las del sur les pisan los talones. Claro que no
podemos decir que dentro unos cinco años en la región de Moscú crecerán
bananos y ananás, pero, por ejemplo, el desplazamiento y cruce de las
áreas de los osos pardo y blando se producirá en un futuro muy próximo.
Se
debe tener en cuenta la influencia del clima, pero, en cada caso
concreto, hay que observar asimismo todas las relaciones de causa a
efecto, exhorta con cautela es sus deducciones el jefe del Programa El clima y la energía, Alexéi Kokorin:
–A
modo de ejemplo puedo destacar la aparición de tiburones en la región
de Vladivostok. Como consecuencia perecieron varias personas y otras
resultaron gravemente heridas. Este caso fue estudiado a fondo. Se
aclaró que varios factores actuaron de forma simultánea: las aguas más
cálidas, debido al clima, y la llamada alimentación, o sea que se
tiraban pedazos de carne para atrapar peces, lo cual atrajo a tiburones.
Ambos factores influyeron. Por lo demás, se trata de una situación
típica. Para las ranas y mosquitos, en cierta medida pudo tener
importancia el clima y, quizás, alguna otra causa. Es difícil determinar
esta proporción.
Investigadores de la Universidad
británica de York, estudiaron los cambios operados en el área habitada
por dos mil variedades biológicas, desde las algas hasta los mamíferos,
en los últimos cuarenta años. La conclusión a que llegaron es bastante
precisa: los animales y plantas se están desplazando del ecuador al
polo. La velocidad media de este desplazamiento es de diecisiete
kilómetros cada diez años. O sea tres veces más rápido de lo que se
suponía. De modo que en un futuro próximo, incluso los moscovitas podrán
ser testigos de una ocupación voladora, rastrera, creciente y saltadora
de las variedades sureñas de plantas y animales. ¿Cuán bueno será
esto?, es un tema para otra conversación. Pero aún habrá muchas razones
para sorprenderse.
mj/kg
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