Foto: EPA
El Parlamento de la república acaba de aprobar
una ley que concede a una compañía china el derecho a construir un
canal entre el Atlántico y el Pacífico. La obra tiene mucha importancia
tanto económica, como política, porque acabaría con el monopolio de EEUU
sobre la vía más corta entre los dos océanos.
Para
Nicaragua, gastar decenas de miles de millones de dólares en un proyecto
es absolutamente inconcebible. Pero los chinos de la compañía Nicaragua
Canal Development Investment han mostrado un vivo interés por esta idea
de Managua. Las ventajas para la población nicaragüense son obvias. La
construcción del canal supone decenas de miles de nuevos puestos de
trabajo y, a breve plazo, un importante aumento de los ingresos en el
presupuesto nacional. También habrá dividendos políticos para Managua.
El sandinismo podrá reforzar sus posiciones. Aumentará la influencia de
ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América).
A
su vez, China sigue ampliando el área de sus intereses económicos a
escala global. En la política, como en el ajedrez, lo esencial es
controlar las casillas clave. “Quien consigue una ventaja de espacio,
puede atacar”, dice uno de los postulados estratégicos del antiguo
juego. He aquí lo que opina al respecto, nuestro experto, el Gran
Maestro Internacional de Ajedrez, Alexéi Kuzmín:
—En
la estrategia del ajedrez, como en la geopolítica económica, el espacio
y las comunicaciones son dos factores que se complementan. Quien tiene
más espacio, puede mover más rápidamente sus piezas de un flanco a otro.
Y al tener una mejor comunicación entre los flancos, tiene más opciones
para atacar. En muchos casos, el ajedrecista sacrifica material para
ocupar las casillas más importantes del tablero. Muchos virtuosos del
juego posicional han confirmado la eficacia de esta estrategia, entre
ellos, los rusos, campeones mundiales, Anatoli Kárpov y Vladímir
Krámnik.
No es el primer año que China trata de
ampliar su control sobre las vías de comunicación entre el Atlántico y
el Pacífico. Hace algunos años, una compañía de Hong Kong controlada por
uno de los empresarios más ricos de China, Li Ka-sheng, asumió la
administración de los puertos de San Cristóbal y Balboa, en el canal de
Panamá, por un plazo de veinticinco años. China planea construir, junto
con Colombia, un ferrocarril para enlazar puertos del Pacífico y el
Caribe. El más reciente de sus proyectos es el canal de Nicaragua. Baste
decir que en la parte central del tablero global de ajedrez China está
jugando al estilo de los mencionados Grandes Maestros rusos.
La
construcción del canal de Nicaragua afecta los intereses de EEUU. La
nueva arteria entre el Pacífico y el Atlántico es una alternativa al
canal de Panamá que fue controlado por EEUU hasta 1999. Sin embargo, la
práctica enseña que no es lo mismo ocupar un espacio y saber
aprovecharlo con eficacia, observa Alexéi Kuzmín:
—La
ocupación formal de nuevas áreas del tablero no siempre trae ventajas
prácticas. E incluso puede surtir un efecto negativo, algo que sabía
aprovechar perfectamente el genial campeón estadounidense Robert James
Fischer. Le encantaba atacar por el centro ocupado por peones
contrarios. La construcción de un canal en Nicaragua, que aplica una
política independiente de EEUU, demuestra que los estadounidenses siguen
perdiendo el control económico sobre los países de Centroamérica. No es
de extrañar, por lo tanto, que EEUU venga desarrollando, durante ya
muchos años, una campaña propagandística para cuestionar la eficacia
económica de la obra.
Cuarenta mil millones de
dólares es mucho dinero. Es inconcebible que los Grandes Maestros de la
economía china emprendan una jugada estratégica tan costosa sin haber
estudiado minuciosamente la factibilidad y la rentabilidad del Proyecto del siglo XXI.
Obviamente, siempre hay riesgos económicos. No se nos olvide que está
en plena marcha la reconversión y modernización del canal de Panamá. En
otras palabras, la partida de ajedrez geopolítico entre China y EEUU
atraviesa sus momentos cruciales: la ofensiva china contra los intereses
de Washington en Centroamérica continúa.
mj/mo/er
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