Foto: EPA
Sin
embargo, los meteorólogos insisten en que este no es en absoluto motivo
para hablar de un desplazamiento de las zonas climáticas. Y aconsejan
tomar lo que sucede como meras bromas de la naturaleza.
El
tiempo gusta deparar sorpresas, con frecuencia no del todo agradables.
Por ejemplo, la nieve en Vietnam alegra hoy día solo a los turistas
quizás. Y claro, una vez cada cien años es posible observar tal fenómeno
en un país como ese, de clima tropical. En tanto, sus habitantes
calculan las pérdidas ocasionadas por los cultivos congelados.
En
Rusia, por el contrario, la población espera el frío y la nieve. Las
vacaciones de Año nuevo están ad portas y en las calles abundan, si no
charcos, la acera pelada. Según fuentes del Centro Nacional de
Meteorología, noviembre de 2013 ha sido el más cálido en Rusia en toda
la historia de las observaciones, es decir, desde 1891. Diciembre ha
sido también en cinco grados superior de la media de la norma, mientras
que en algunas regiones de Siberia, de los Urales, y en el archipiélago
de Karsk, las desviaciones hacia el lado del calor superaron los ocho
grados. Y sin embargo, los meteorólogos no se apresuran a hablar de una
cierta anomalía. Todos estos fenómenos son de corto plazo y de carácter
local, y en general, se observa un cuadro corriente, asevera Anatoli
Zigankov, experto del Centro de Situaciones del Servicio Nacional de
Meteorología:
—Nos
encontramos en Europa y observamos que en nuestro país está más cálido.
Pero, el hemisferio Norte es único. Acá tenemos un foco de frío, el
océano glacial ártico. La masa de aire frío sobre este no es estática, y
circula ya sea hacia el lado de Eurasia o hacia América. En años
anteriores, la circulación fue mucho mayor hacia nuestro lado, razón por
la que en Rusia, particularmente en Siberia, en Yakutia se registraban
fríos siderales. Este año, a partir de otoño, el frío se desplazó hacia
el lado de Canadá. Por consiguiente, a Rusia llegó mucho más calor del
Sur, del lado de China, de la India. Pero, si tomamos el hemisferio en
general, la temperatura media no ha cambiado mucho, en comparación con
el año pasado o antepasado.
En
Canadá, esas masas de aire del Norte causaron una catástrofe nacional.
Unas doscientas cincuenta mil personas quedaron sin luz ni calefacción
como consecuencia de las tormentas de hielo. Hay que sumar la
paralización del transporte, el derrumbe de árboles y la destrucción de
edificios. Pero, lo peor son los muertos y los pronósticos
descorazonadores de los meteorólogos. Y ello porque las tormentas de
hielo podrían prolongarse algunos días. Los rusos conocen esta situación
no de oídas, comentaba Leonid Starkov, meteorólogo de renombre de
“Hismeteo”:
—En
diciembre de 2010, toda Rusia Central prácticamente se encontraba en
una zona de frente cálido semiestático. El frente no se movía, y se
encontró por largo tiempo en un mismo territorio, lo que llevó a la
formación de una coraza de hielo de consideración. El grosor de esta
alcanzó entonces de cinco a diez milímetros, lo que era muy peligroso.
Toda Rusia Central devino una pista de hielo.
En
tanto, los meteorólogos insisten en que el fenómeno registrado en Rusia
en 2010, y ahora en Canadá, no es una tormenta de hielo, sino la
denominada lluvia congelante. Este es un fenómeno muy peligroso y
destructivo, subraya el experto Leonid Starkov:
-Las
precipitaciones congelantes son una lluvia corriente, es decir, la fase
líquida de las precipitaciones, pero con una temperatura negativa
débil. Debido a que la altura de la nubosidad es de unos doscientos a
trescientos metros, al caer, la lluvia no alcanza a congelarse. Pero, el
entrar en contacto con una superficie fría, ya sean los árboles,
edificios o coches, naturalmente que se congela de inmediato y se cubre
con una fina lámina de hielo. Mientras que la lluvia de hielo ocurre
cuando la altura de la nubosidad es bastante mayor y las precipitaciones
líquidas alcanzan un poco a congelarse, a cubrirse con una fina costra
de hielo. Este fenómeno no lleva a consecuencias catastróficas, debido a
que el cascarón de hielo, al azotar contra objetos se destruye y crea
una cierta aspereza. Naturalmente que el agua que queda en su interior
se congela, pero dado que no es mucha, el verglás es mucho menor:
—Lo
curioso es que estos fenómenos, aunque son raros, son conocidos hace
tiempo. De ahí que los meteorólogos no los vinculen a la teoría
contemporánea del calentamiento del clima. El recalentamiento global es
un asunto aparte que requiere de estudio. Mientras que la naturaleza de
las lluvias de hielo es conocida y comprensible. Solo que es imposible
preverla de antemano, aunque sea con un par de días. Eso explica también
que los meteorólogos prefieran asegurarse y asustar en sus pronósticos
con posibles precipitaciones congelantes.
sb/as/er
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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