Moisés Gómez (*)
La
Bestia es el monstruo, la serpiente, el diablo, Satanás; es el Imperio,
hablamos de cualquier imperio, sea político, económico o religioso. En
la mente de la Bestia nadie puede ponérsele al brinco como decimos en
buen salvadoreño. Los que adoran la Bestia y la divinizan (sostiene
Hinkelammert) nos preguntan a todos nosotros ¿quién como la Bestia?
¿Quién puede luchar contra ella? Cualquier respuesta es suficiente para
condenar a los desafiantes: nadie puede más que la Bestia porque para
los seguidores de ella, es su Dios y nadie puede ni debe querer ser como
Dios, por lo tanto, no hay espacio para resistirse ante ella, la
Bestia.
Tutela Legal, Pro-Búsqueda, los jesuitas asesinados en 1989; Rutilio
Grande; Mons. Romero y cientos de mártires cayeron víctimas de la Bestia
que los acuso de resistir su poder. De alguna forma valiente nuestros
mártires y todos aquellos y aquellas que hoy continúan la resistencia
tienen cuentas pendientes con la Bestia, cualquier excusa, cualquier
espacio será una oportunidad para saldar cuentas.
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el recuerdo de las actuaciones históricas de la Bestia es una tarea que
exige dedicación de parte de los esbirros de la
Bestia, siempre habrá murales que derribar, archivos que secuestrar,
computadoras que destruir, libros, canciones que censurar, informes de
comisiones que denostar, organizaciones sociales que cerrar y
trabajadores de los derechos humanos que despedir, encarcelar o matar.
Nunca
estará de más poner uno de los seguidores de la Bestia como presidente
de la “nación” tampoco estará de más contar con arzobispos, curas,
monjas, laicos y gente empresaria “filantrópica” que apoye la causa de
la Bestia, siempre
aparecerá el cristiano anti-utópico que no quiere cambios. Aquí se
trata de la lucha del Bien contra el Mal, de la Virtud contra el Vicio.
Si
estoy equivocado que alguien me explique: cómo entender que esto no es
así si por ejemplo sale un filántropo acusado de robar en su época de
funcionario de una institución pública y se defiende diciendo que es
honrado y que siempre todo lo hizo “pensando en el país”; o si sucede
que un arzobispo secuestra los archivos de graves violaciones de los
derechos humanos y los privatiza
para “proteger a las víctimas”; ya van a salir los esbirros que
destruyeron los bienes y documentos de Pro-Búsqueda diciendo que lo
hicieron “para resguardar el honor de las familias que se apiadaron de
las criaturas abandonadas”. Imagínense a Norman Quijano diciendo que el
va a “recuperar al país”… Claro, por supuesto, para la Bestia.
No
se confundan aquí los buenos son malos y los malos son buenos, hay que
abrir bien los ojos no vaya a suceder que tú estés en el lado
equivocado.
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