Foto: AFP
Centrales fueron las declaraciones de Barack Obama
y del presidente de Irán, Hasán Rouhaní. Es más, en los últimos días se
mantenía una intriga en torno a estos dos líderes, cual es, si se
reunirían o no en algún momento de la Asamblea General. No se reunieron,
para el desencanto de algunos, en cambio estalló una polémica no
presencial. No faltó el escándalo de baja monta, por el que Barack Obama
tuvo que escuchar no pocas críticas contra EEUU.
Valga
señalar que, desde la mañana estaba claro que no iba a ser apacible la
discusión en los debates generales de la Asamblea de la ONU. La
presidenta de Brasil, Dilma Rousseff
fue la primera en hacer uso de la palabra en la emblemática sala. Pocos
esperaban declaraciones espectaculares de la líder del poderoso país
suramericano, pero es indudable que logró captar la atención. La
dignataria aportilló el buen ánimo reinante con una ráfaga de reproches
contra EEUU por los programas de espionaje de sus servicios secretos a
políticos, compañías y ciudadanos extranjeros. Aquí cabe recordar que,
según informaciones reveladas por Edward Snowden, Dilma Rousseff fue
blanco de tales escuchas, además que los norteamericanos vigilaban de
cerca la representación de Brasil adjunta a la ONU. He aquí el
comentario sobre el particular de la presidente Dilma Rousseff:
–Quiero
plantear un tema de suma importancia. Brasil ha sido objeto de
vigilancia. Los datos personales de los ciudadanos han sido
interceptados, la información privada de compañías, una información muy
valiosa, fue blanco de espionaje de los servicios secretos
estadounidenses. Incluso la embajada de Brasil y la Misión adjunta a la
ONU, así como las conversaciones de funcionarios de la administración de
la presidenta de Brasil han sido interceptadas por los servicios
especiales. Estas acciones violan las normas y las leyes
internacionales, así como los principios de las relaciones
internacionales. Señor presidente: Brasil redoblará los esfuerzos para
hacer frente a tal espionaje. Mi gobierno hará todo lo posible para
defender los derechos de nuestros ciudadanos.
Barack
Obama, quien usó la tribuna después de Dilma Rousseff, prefirió pasar
por alto lo expresado por la mandataria brasileña. El jefe de la Casa
Blanca se centró en tres temas, de los que todos esperaban declaraciones
suyas: Siria, Irán, el conflicto palestino-israelí. Y aquí también no
dijo nada nuevo pues, volvió a declarar que considera al régimen oficial
responsable del empleo de armas químicas en los suburbios de Damasco, e
instó al Consejo de Seguridad de la ONU a aprobar la variante
draconiana de resolución sobre Siria:
–El acuerdo
sobre eliminación de las armas químicas debe servir, además, de estímulo
para los esfuerzos diplomáticos destinados a la búsqueda de una
solución política del conflicto sirio. No creo que las acciones armadas,
tanto de parte de la oposición interna, como de parte de fuerzas
advenedizas ayuden a alcanzar la paz. Igualmente estoy seguro de que ni
EEUU, ni el país que sea, deben determinar quién encabezará Siria, no
deben decidir por el pueblo sirio.
Obama
no dijo nada nuevo sobre el problema sirio. En cambio sus declaraciones
sobre el tema de Irán dieron a los politólogos elementos de juicio.
Barack Obama declaró que Washington reconoce el derecho de Irán a la
energía atómica civil y, no está empeñado en un cambio de régimen.
Muchos definieron esto de inmediato como el intento de tender la mano de
amistad a Hasán Rouhaní, el nuevo presidente de la República Islámica
de Irán. Más aún que su discurso estaba también fijado para el martes.
Es verdad que, más tarde, la Casa Blanca declaró que la delegación iraní
misma se había negado a reunirse con los norteamericanos. Por lo demás,
Hasán Rouhaní iba más tarde a pronunciarse también por la posible
normalización de las relaciones con Occidente. Entonces declaró que, en
la doctrina defensiva de Irán no figuran el arma atómica ni cualquiera
otra arma de exterminio:
–Declaro que ni el arma
nuclear, u otra de exterminio forman parte de la doctrina defensiva
iraní. Y en general, ello contraviene nuestros principios religiosos y
morales básicos. Responde a nuestros intereses nacionales despejar todos
los temores de la comunidad mundial sobre el programa nuclear iraní.
El
presidente de Irán pronunció más tarde una declaración sensacional por
el éter de la cadena CNN, al reconocer, por vez primera, el Holocausto.
Hasán Rouhaní lo definió como un crimen de los nazis, a la vez que
precisó que, el significado del Holocausto debe ser valorado por los
historiadores. Pero, en cualquier caso, este es un hecho que parecía
increíble hasta no hace mucho. Y ello porque antes, las autoridades de
Irán se negaban en general a reconocer el Holocausto. Sin embargo, estos
pasos aparentemente amistosos, no fueron óbice para que la delegación
de Israel, como es habitual, abandonara el hemiciclo de la Asamblea
General durante el discurso de Rouhaní. Y el primer ministro de Tel Aviv
definió más tarde, en general, el discurso del líder de Irán de cínico y
falso.
En el centro de la atención de la prensa
estuvo, además, otro hecho: la reunión de los titulares de Exteriores de
EEUU y de Rusia. Serguéi Lavrov y John Kerry
debatieron la solución siria. El ministro Lavrov declaró tras ese
encuentro que “las conversaciones habían sido productivas y que existe
la comprensión general de cómo seguir avanzando”. El titular agregó que,
Moscú confía en que la resolución del Consejo de Seguridad sobre las
armas químicas de Siria sea aprobada, en los próximos días,
inmediatamente después de la decisión de la Organización sobre
Prohibición de las Armas Químicas.
sb/kg/er
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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