by CienciayEspiritu
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Diasporaweb es hoy la voz de los
sinvoz. Lanzamos en un reportaje el eco de millones de voces reducidas
al silencio por organizaciones internacionales y los grandes señores del
mundo. El turismo sexual llevaría una biblioteca
En 2008 hicimos algún comentario sobre la ONG Save the children
(Salvar a los Niños) que acababa de publicar un informe sobre el
trabajo infantil, y la esclavitud doméstica de los niños y niñas.
La
introducción del trabajo ya producía escalofríos: pero una observación,
en solo 5 años los niños esclavos han aumentado su número de 218
millones a la actual cifra de 400 millones. De edades comprendidas entre
los 5 y los 17 años. Más de la mitad de ellos, unos 136 millones,
realizan trabajos peligrosos y unos 10 millones y medio se ven atrapados
en las peores formas de trabajo ilegal, degradante y peligroso, en
condiciones consideradas como esclavitud.
El
aumento de niños esclavos sube en progresión geométrica, según los
organismos internacionales formalistas y nuestra experiencia. Ningún
partido político en ninguna parte del mundo hasta ahora, los ha tenido
en cuenta, más que de pasada. O demagogia. Prefieren más bien
aprovecharse de los grandes problemas de la humanidad: el hambre, el
paro y la esclavitud infantil. Importa la crisis aunque no se rebajen
los salarios de muchos ceros.
Pero
todos los empobrecidos de la Tierra tienen derecho a dejar de serlo. No
hay razón para que existan y menos para que haya 5.000 millones de
habrientos. Hambre, paro y esclavitud infantil pueden y deben
desaparecer.
La
esclavitud infantil es sin embargo un problema político. Como
consecuencia de ella, cada minuto muere en el mundo un menor por
accidentes, enfermedades o graves traumas psicológicos, íntimamente
relacionados con el problema. Lo reconoce la OIT que dice que esas
muertes están ligadas a esas actividades, (el trabajo de menores).
Las
labores de riesgo pueden tener un impacto muy severo en los cuerpos y
mentes frágiles de los niños y los sectores donde esto es más común son
la agricultura, la pesca, el servicio doméstico, la minería a cielo
abierto, en las canteras y en la venta ambulante.
Esto
explica que todas las informaciones reunidas de distintas partes del
mundo del trabajo por la OIT indiquen que la tasa de accidentes y
muertes relacionadas con el trabajo sea mucho más alta entre los niños
que entre adultos. Los niños pagan el pato. No estaremos de acuerdo con
esa organización, pero eso se lo reconocemos.
Del
informe de la OIT y de otras organizaciones ortodoxas hay algo con lo
que Diáspora nunca comulgará y es con la manipulación del lenguaje. De
la hipocresía de las instituciones y los organismos oficiales, cifras
aparte, es preciso desmarcarse. La desinformación que entraña el no
querer dañar a entes “respetables” o tratar con guante de terciopelo a
las multinacionales es algo atroz. En los documentos de la OIT, UNICEF y
otras organizaciones de la ONU nunca se ha hablado ni se hablará de
niños esclavos sino de niños trabajadores.
“Crimen
Vergonzoso para los organismos internacionales (ONU, UNICEF, FMI-Fondo
Monetario Internacional-, BM-Banco Mundial-, OIT-Organización
Internacional del Trabajo-, ...), que están incapacitados por los
enriquecidos para dar respuestas reales a este problema” -dice con razón
la web Solidaridad.net
Y,
así fue -sin comprometerse a fondo, ni llamar esclavo al niño esclavo-
el llamamiento que la OIT (Organización Internacional del Trabajo), hizo
en 1999 el último año del siglo pasado:
“La organización llama a combatir con decisión el trabajo infantil.
Un
acuerdo ratificado por 173 de los 180 miembros de la OIT prohíbe ese
tipo de trabajos peligrosos para niños menores de 18 años. Gobiernos,
empresarios y organizaciones de empresarios deben colaborar para
desarrollar condiciones para acabar con el trabajo infantil”, dijo el
director de la OIT, Juan Somavia. “La continuación del trabajo infantil
es una prueba de la falta de sostenibilidad del modelo de crecimiento
predominante” agregó. ¿Es que la OIT acoge y protege a esos millones de
niños que, aunque según sus vocabulario sean también trabajadores? ¿Es
que hay previsto un paquete de sanciones por parte de las 173 países
firmantes del documento de fin del siglo XX de la OIT?
Aunque
de vez en cuando hay valientes excepciones. Y así la Corte Comunitaria
de Justicia de la Comunidad de Estados de África Occidental (ECOWAS)
declaró al Estado de Níger culpable por no haber protegido a la africana
Hadijatou Mani de la esclavitud. Eso fue saludado como un gran triunfo
en toda África. Pero el ejemplo no cunde y en Asia aún menos.
Hablar
técnicamente o disponerse a impartir información sin estar dispuesto a
cuestionarse la infravida de otros seres humanos, es basura. Debemos
hablar de rostros, manos, nombres y vidas reales que están sufriendo
atrozmente ahora. Es difícil transmitir siquiera un poco del drama de
los niños esclavos. Podemos recordar al usuario a niños que fabrican
nuestra ropa, que han recolectado el café que tomamos todas las mañanas,
o confeccionado juguetes mecánicos baratos “Made in China”. Muchos de
ellos víctimas de nuestra falta de acción política solidaria. Lo
pensemos o no, formamos parte del pie que les está aplastando.
Los
organismos internacionales coinciden en admitir que aumentan las cifras
que hemos dado al principio. Los números no se pueden ocultar. Terminan
por salir. Aumenta la esclavitud infantil en cifras y en la gravedad de
las condiciones de explotación. Esto es lo verdaderamente importante:
los de la OIT han visto la tendencia, el dinamismo galopante del mundo
de la esclavitud infantil, aunque se sirvan de eufemismos para
condenarla. Según toda predicción, aumenta.
Las
organizaciones están de acuerdo en algo: esos niños son menores de 7
años, trabajan más de 8 horas diarias, más del 90% se ocupan en oficios
peligrosos o vejatorios que no vamos a nombrar otra vez, aunque se les
llame de otra manera.
Así
que DIASPORA ha preferido utilizar el lenguaje de los sin voz: son
niños y niñas esclavos, violados sistemáticamente a cambio de un plato
de lentejas, o de nada. Lo que eufemísticamente se llama turismo sexual
no es sino legiones de niñas o niños violados por turistas occidentales.
¿Qué otra cosa son los viajes turísticos de amigotes a Singapur o
Vietnam o Santo Domingo?. ¿Van a ver el paisaje…?
Un mundo en guerra
Lo
que está pasando con millones de niños en este planeta es un auténtico
holocausto. El holocausto que perpetraron los nazis con 6 millones de
judíos fue horrible. Y así aparece en los libros de historia y en
películas y DVD en los que se denuncia y se da a conocer el sufrimiento
de las víctimas. Ante este hecho la gente se pregunta ¿cómo pudieron
volverse locos pueblos enteros bajo la batuta nazi para cometer y apoyar
aquella salvaje e inhumana masacre? ¿Cómo podían haberlo perpetrado
quiénes eran ciudadanos más bien indiferentes y pacíficos que se
plegaron a las crueldades de sus jefes y de los dictadores y copiaron
sus métodos?.
No
vamos a hacer comparaciones, el holocausto de la infancia esclava hoy
supera en mucho, en cifras, al holocausto nazi. 400 millones de niños
esclavos. La crueldad es incontestable no idéntica. Nadie se siente el
patrono que utiliza el látigo sobre un niño exhausto de 7 años. Pero
estamos en el mismo bando que ese señor, el bando vencedor, el que
necesita al niño para poder tener artículos baratos en "todo a 100".
En Asia está el 60% de los niños esclavos del planeta, que trabajan para todos nosotros
Por
poner algunos ejemplos más conocidos, en Pakistán los niños tejedores
de alfombras se pasan horas y días en posturas que les impiden el
desarrollo normal y terminan deformados. Sufren tortura física y
psicológica, son niños como los nuestros o como nuestros hermanos
menores... La mayoría padecen problemas respiratorios por inhalación de
polvo de fibra y algodón.
Los niños soldado no entran en el tema tratado hoy pero no los olvidamos
En
Pakistán es común la venta del niño a los más acomodados o ricos
patrones, supuestamente a cambio de una vida mejor y una formación
profesional. El niño va acumulando con el dueño del taller o fábrica una
deuda en concepto de alojamiento, manutención… que no puede pagar en
vida y se perpetúa en la familia, incluso por generaciones o entre
hermanos. Hacen alfombras para nuestros países, para que nosotros
pisemos mullidamente.
Hoy
vamos a contar el caso de Roshni, una niña de diez años de un pueblo de
la región Thar, Pakistán. Tras sufrir problemas financieros, su padre
se vio obligado a pedir un préstamo a un patrón y tuvo que dejar a
Roshni, a su hermano y a su hermana trabajando en el telar de alfombras
del prestamista-patrón.
“Quería
recibir educación a toda costa y convertirme en médico.
Desgraciadamente, esto no ocurrió. Trabajamos en el telar, de sol a sol.
Al principio fue muy difícil tener que estar sentada tanto tiempo sin
cambiar de postura, pero ya estoy acostumbrada. Después de trabajar en
el telar durante ocho meses mi sueldo por día de trabajo es de 40 rupias
(menos de 40 céntimos de euro). También hacía bordado por la noche.
Todos mis ingresos se destinan a cubrir los gastos de los nueve miembros
de mi familia”. Roshni intentó ahorrar un poco para ayudar a uno de sus
hermanos pequeños para que estudiase pero no pudo. La única salida para
ganar algo era la prostitución, pero ella sigue tejiendo.
En
Arabia Saudita los niños se importan de otros países cercanos para
hacer sirvientes o de jockeys en las carreras de camellos. Niños de 6
años convertidos en jockeys, atados fuertemente al camello, sosteniendo
el equilibrio como pueden, con sus gritos y patadas, medio muertos de
miedo, obligan al animal para que corra más deprisa y llegue primero a
la meta. A veces antes de la carrera, si el niño se niega o se muestra
reacio se le somete a descargas eléctricas para excitarlo o se le dan
unos latigazos.
Niños
con tanta dignidad como nuestros hijos, pero ningún gobierno o político
del país saudí lo ha denunciado. Ningún escritor lo ha siquiera
novelado aunque sea medio ficción. Un best seller que ponga en peligro a
un sultán o a sus matones sería temerario. La ficción se reserva para
los harem, para los afrodisíacos, para el número de esposas del jeque de
las que se muestra orgulloso. Ningún organismo oficial se atrevería a
hablar de los niños-jockey o… de las prostitutas de 13 años del harem.
Forbidden.
En
Nepal, India, Tailandia, los niños engordan las arcas de los mercaderes
del sexo, sirviendo los placeres de los nativos y también de los
turistas occidentales. Niñas de 7 años esperan a que se acabe su jornada
laboral para ir a jugar a las muñecas. Exhaustos, agotados, nos
recuerdan a los presos de campos de concentración nazis. Así están 400
millones de niños. El capítulo de la explotación sexual es de los más
terribles y extendidos. En Asia hay más de un millón de niños esclavos
sexuales. Camboya, China, Laos, Vietnam… cuentan con redes en las que
más que a menudo están implicados la policía y los políticos. En países
de Europa se anuncia en folletos turísticos que las mujeres más sexys
del Brasil y verdaderos bombones siempre a la orden…
En
Camboya el 35% de los explotados sexualmente son niñas entre 12 y 17
años. Gracias al proceso de paz y la demanda de gente afín a la ONU, en
Phnom Penh (la capital) de 1991 a 1992 se multiplicó por más de tres el
número de prostitutas (de 6.000 a 20.000).!!! El Pol-Pot se acabó¡¡¡. No
hay nada que temer.
En
Santo Domingo tampoco hay que temer a dictadores como" el "Benefactor"
Rafael Leonidas Trujillo y hay libertad incluso para acostarse con niñas
como las que a él (o su extensa corte de lacayos les gustaban). El 25%
de los turistas de países europeos o norteamericanos prefieren Sto.
Domingo como destino y se inclinan, según ellos mismos, por la oferta
turístico-sexual de menores latinoamericanas que antes eran exclusivas
de Trujillo o de Somoza o Pérez Jiménez.
El
papel activo para nuestro consumo, nuestras agencias y nuestros
políticos es de nuevo, propio del bando más fuerte en esta guerra sucia.
Sus mujeres y sus niñas, para nosotros, los hoy vencedores. España es
el 4º importador mundial de niños para el comercio sexual (detrás de
Alemania, Italia y Canadá). Pero las mafias están en el mercado con
sobre todo niñas brasileñas, dominicanas, portuguesas, checas,
marroquíes o de Europa del este.
En
la industria se explota a miles de niños. En muchos lugares de
Latinoamérica e India los niños fabrican ropa. En nuestros armarios
cuelgan prendas de Zara, Levi Strauss, Nike, Lee… y muchas otras marcas
que fabrican en el tercer mundo para abaratar costos y conseguir mayor
oferta y sometimiento de sus empleados.
Para
muchos niños del mundo los juguetes son una pesadilla. En China se
fabrican juguetes de marcas como Mattel, Chicco o Lego, siendo conocidos
casos de explotación y condiciones infrahumanas, como en una fábrica de
Chicco que ardió, muriendo allí cientos de trabajadoras en su interior.
Horas y horas empastando el plástico, vertiéndolo en moldes vigilados
por capataces. Las pagas son miserables. Los niños esclavos que cosen
balones Nike, Adidas, Reebok en Pakistán cobran 75 ptas al día por
fabricar balones que se venden a 10.000.
También
los niños hacen calzado en India, Indonesia, Tailandia… En las
estanterías de los grandes almacenes lucen orgullosas etiquetas de estas
empresas. Nosotros, como ciudadanos tenemos en las manos con
indiferencia sus productos. En nuestros medios se permiten los anuncios
de las multinacionales que se enriquecen a costa de la esclavitud.
Pero
en China las cosas van por mal camino -según parece- peor que antes. Un
informe de The New York Times asegura que varias de las principales
empresas norteamericanas fabrican sus productos en ese país abusando de
condiciones laborales extremas de la juventud. Los empleados trabajan
más de 12 horas diarias, 7 días a la semana, y tienen una alta tasa de
suicidios. Jóvenes de todas las edades.
Según
el informe del NYT, uno de los proveedores de Apple en el este de China
sufrió dos explosiones por no aplicar las medidas de seguridad
necesarias en la utilización de un tóxico para pulir las pantallas de
los iPhones. Uno de estos accidentes dejó un saldo de cuatro muertos y
77 heridos.
Sin
embargo, Apple no es el único gigante tecnológico señalado en el
preocupante informe, sino que el periódico norteamericano también nombra
a Dell, Hewlett-Packard, IBM, Lenovo, Motorola, Nokia, Sony y Toshiba,
entre otros.
Por
su parte, la ONG China Labour Watch investigó las condiciones de
trabajo en la fábrica Merton (situada en la ciudad de Sangyuan, este) y
que abastece a McDonald´s, Disney, Mattel y Warner Brothers. En la
sección de coloreado, por ejemplo, las jornadas eran de 14 horas diarias
de media. Los equipos de pulverización del ´Buzz Lightyear´ ganaban
unos 13 centavos de dólar por hora (0, 1 euro), y durante las
entrevistas los empleados se quejaron de quemaduras en las manos,
causadas por disolventes químicos, y de mareos crónicos..
Miles
de niños dejan su vida en las terribles minas y canteras de África,
Asia y América. Como los prisioneros del campo de concentración de
Austzwitch, que picaban piedra o construían carreteras. Estos niños no
suelen llegar a viejos.
En breve Diasporaweb seguirá con el tema
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