¿Será posible que todo sea tan catastrófico?
Para aclarar la situación hemos llamado por teléfono al director de la
versión electrónica del diario Halo noviny de Praga, Roman Janouch. He aquí lo que dijo:
–La
situación no es tan dramática como puede parecer a primera vista. En
efecto, en Praga está restringida la circulación del metro, han sido
modificadas las rutas del transporte por superficie, existen problemas
de comunicación con las ciudades vecinas, por ejemplo, con Pilzen.
Algunos barrios de las zonas adyacentes al Moldava están bajo las aguas.
Pero la vida de las personas no corre peligro…
–Pero se informa de que cinco personas han muerto.
–Según tengo entendido, por el momento son cuatro y no son vecinos de Praga.
–¿Continúa la evacuación de personas?
–Más
que nada tiene lugar en los pueblos cercanos a Praga y en la zona en la
que el agitado riachuelo Berounka desemboca en el Moldava. En nuestra
ciudad, han sido evacuados los habitantes del distrito Karlín que está
bastante inundado. Pero estimo que las numerosas noticias sobre
evacuaciones se deben al deseo que recibir parte de los medios del Fondo
de Solidaridad que concederá la Unión Europea para eliminar las
consecuencias también en Alemania y Austria. Los alemanes realmente se
han visto muy afectados. La ciudad de Passau está casi completamente
debajo de las aguas. Dicen que desde el siglo XV nada semejante ocurrió.
–¿No
necesita la República Checa ayuda de Rusia la cual ya fue ofrecida en
2002? Dicho sea de paso, tenemos un buen servicio de socorristas en el
Ministerio de Emergencias.
–Pienso
que las regiones afectadas con gusto recibirían cualquier tipo de
ayuda. Pero a Praga difícilmente le haga falta, nosotros mismos
salvaremos las dificultades.
–¿Dónde se encuentra usted ahora?
–Como
siempre en la redacción del diario, en el propio centro del distrito
Praga 1, en la calle Presos Políticos. Estamos a un kilómetro y medio de
río Moldava y muy cerca de la plaza Vaclav. Trabajamos como de
costumbre.
–¿Y cómo llega usted al trabajo?
–Como
siempre, una parada en tranvía, una parada en autobús y después en
metro. El autobús no pudo pasar por la plaza Hostivařské, cambiaron la
ruta y por eso perdí un poco más de tiempo para llegar. Estimo que el
cierre de las líneas de metro, así como la evacuación de los
damnificados y el cese de las labores de las escuelas primarias en los
lugares en los que el agua no llega en general, son medidas preventivas.
Todos aún recuerdan la inundación de Praga de hace once años.
–¿Los monumentos históricos no sufrieron daños?
–Precisamente
estamos publicando un reportaje fotográfico de la célebre isla de Kampa
en el Moldava. Se ve que el nivel de las aguas en torno a ella se ha
elevado, pero los numerosos museos funcionan, no están anegados. En los
alrededores hay mucha gente. Los turistas y simplemente la gente del
lugar se dispersaron por el paseo con cámaras fotográficas para
fotografiar el nivel máximo de subida de las aguas. Es una suerte de
turismo en medio de la inundación, pero no hay de que alegrarse. Hay
distritos realmente inundados, como el que limita con el río Kocába,
casas destruidas y víctimas mortales. Y, por último, en el territorio la
antigua República Democrática Alemana las aguas están cobrando fuerza a
gran velocidad. Las inundaciones siempre causan desastres.
mj/lj/sm
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