HUGO CHÁVEZ: EL AMOR DE LOS PUEBLOS REBELDES

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Posted on marzo 8, 2013 by Colectivo de análisis de la realidad

Hugo Chávez: El amor de los pueblos rebeldes
Por Oscar A. Fernández O.
El 28 de Julio de 1954, en el pueblo de Sabaneta, Municipio Alberto Arvelo Torrealba del Estado Bariñas, nace Hugo Rafael Chávez Frías, quien sería luego el líder de la revolución Bolivariana. Hijo de dos maestros de escuela, Chávez crece en medio de una familia con las limitaciones económicas propias de todo hogar pobre, pero con la ventaja de una alta valoración de las ideas, el conocimiento y el aprendizaje significativo. Hugo Chávez es expresión de la multiculturalidad del pueblo venezolano y de la construcción compartida de una forma de reconocerse como pueblo latinoamericano.
Bajo el liderazgo de Chávez, Venezuela ha conocido enormes e inéditos logros. Por tal razón está recibiendo la admiración y respeto del mundo, “Como un huracán, un ciclón, un tifón, el verbo de Chávez y el ejemplo de la Revolución ha despertado a toda América Latina y la izquierda mundial”, declaró Ignacio Ramonet, intelectual y director del periódico Le Monde Diplomatique, al explicar la influencia e impacto positivo en todo el planeta.
Esta era de transformaciones sociales, políticas y económicas no hubiese sido posible sin el impulso dado por el presidente Chávez. Transformó la realidad venezolana siguiendo los dictados del libertador Simón Bolívar, pero con mayor amplitud y profundidad, sin parangón en estas tierras. El éxito fundamental del Presidente Chávez es la refundación de la nación venezolana “¡Tenemos patria!”- gracias a un verdadero modelo democrático participativo y político, al servicio de los intereses de las mayorías populares. Porque la revolución bolivariana está reorganizando la sociedad en sus contexturas esenciales.
Desde el surgimiento del liderazgo de Fidel Castro, que conmovió al mundo, no había surgido otro dirigente tan vehemente e impetuoso, arrollador, que sin duda, ha despertado a América Latina, y con este renacimiento, han surgido, como cuando estalla un poderoso volcán dormido, grandes líderes humanistas y revolucionario.
Situar el carácter de la obra revolucionaria hecha por el pueblo venezolano y liderada por Hugo Chávez, ubicándola en sus objetivos y diferenciarlo de otros ocurridos en el pasado o en latitudes distintas a la nuestra, no es ociosa ni una inútil abstracción. Sólo establecidas con claridad las características específicas de la revolución venezolana estaremos en capacidad de precisar la estrategia a seguir en el curso de la lucha.
Cualquiera podría decir que es suficiente solo unas cuantas consigas para orientar la acción y desarrollar las tareas de cada quien. Sin embargo, la experiencia demuestra que un proceso revolucionario para ir a fondo y no vivir a destajo, despojado de perspectiva histórica, debe obligatoriamente justificarse en el pensamiento. Ciertamente, porque lo contrario sería dejar que otras ideologías, otras teorías y otros pensamientos llenen abundantemente el escenario y dominen nuestra voluntad y la ajena.
Hoy ante la ausencia física del Comandante, la defensa de la revolución en Venezuela y América Latina, implica una actitud vigilante y combativa para enfrentar el peligro de la contrarrevolución, no bajar la guardia y estar atento a las asechanzas, significa también elevar la calidad política e ideológica de nuestra propia gestión dentro y fuera del gobierno, en la lucha por la organización y unidad del pueblo, por hacernos cada vez más dignos del título de patriotas, como nos indica Chávez. Congoja y pena, pero también todo nuestro reconocimiento, nuestro respeto, nuestro emocionado homenaje continuando la lucha.
La grandeza de Hugo Chávez es la miseria y la mentira de sus detractores vasallos del imperialismo, que sueñan con volver al poder,  para oprimir a nuestros pueblos. Descansa en paz querido hermano, América Latina tu patria grande te saluda, como dijo José Martí: “La Patria es un sentimiento que mora en los corazones, en la bandera y es también el sepulcro sacrosanto donde el país agradecido guarda el polvo de los que viven ya sin cuerpo”.