Según informes de la
ONU dadas a conocer en la
televisión salvadoreña la economía
mundial se encuentra al
borde de la recesión debido
al mal manejo
de la crisis por
los países desarrollados.
El anuncio en
nada ayuda a
las esperanzas de las microeconomías para
salir de la
crisis vivida.
En jerga común la
inflación es cuando un huevo
cuesta un peso, la deflación cuando
cuesta un huevo conseguir
un peso y la recisión que
es para dónde
vamos sino estamos
ya en ella es
cuando no conseguimos ni
el huevo ni el
peso.
Cuando se dio la
crisis sistemática hace cuatro
años la banca transnacional capitalizó
ganancias y socializó
perdidas de tal
forma que millones
de americanos pobres perdieron
sus casas, sus trabajos y
su asistencia social paralelo a
ello, las naciones de la Europa occidental
están sumidas en una crisis
histórica que ha traído
como consecuencia la pérdida de empleo
de millones de
trabajadores-as, la enajenación
de la juventud sin oportunidades y la crisis
social de esas
naciones que
no se puede resolver
descargando la crisis en
los hombros de la
clases trabajadora.
Los economistas
neoliberalistas no pueden continuar
defendiendo sus falaces
tesis económicas de
que la función de la
empresa privada es
crear riquezas y que por
lo tanto el
estado no puede intervenís en
sus decisiones, falacia
económica de la
Escuela de Chicago que
fue laureada con el
premio nobel de la
economía y sus
propositores Milton y
Rose Freedman fueron elevados
a una categoría
inmerecida de sabios salvadores del
sistema neoliberal.
Cuando se dio
la crisis el gobierno
de los Estados Unidos saltó en
defensa específicamente de la
banca, y de los
corredores de la Bolsa de
Valores de Wall St., manipularon los
precios de los productos del mundo
en el mercado internacional y repartieron las
migajas enfermizas de un sistema
decadente.
Los políticos salvadoreños
y en especial
la empresa privada tienen que
darse cuenta, sino
se han dado;
de las criticas
circunstancias en que el
actual gobierno trabaja
y no estar
exigiendo milagros en un país
donde los santos
se han terminado.
La forma de
sobrevivir la crisis ya
que no hay soluciones fáciles en
una sociedad anómica
como la nuestra es
comenzar con la austeridad,
en gastos innecesarios e invertir,
sobre todo en la producción que nos permita la
exportación de nuestros
productos a mercados
diferenciales no tradicionales para
nuestra economía.
Estamos a menos
de dos años
de otra elección
por lo cual
es sugerente que
las mayores fuerzas políticas del
país presenten un Plan de
Nación que sea sobrio, objetivo, visionario y esperanzador, de
otra forma todo
esfuerzo del actual
gobierno en proyectos
sociales quedarán en
el vacío y
nuestra sociedad retrocederá política y socioeconómicamente
a niveles impensable.
Es tiempo de
dejar pasiones, odios, e
intereses mezquinos y
lanzarnos en forma
colectiva a enfrentar
la situación.
No hacemos ningún
bien tratando de oscurecer
y de tener lo poco, que
con lo poco se está
haciendo.
Un
gobierno transparente no es aquel
que brilla en la oscuridad,
sino el que la evita.
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