EL PROBLEMA DE LA INSEGURIDAD NACIONAL

Y díganme usté y por qué en la Tutu el negocia siempre en popa.

A Rogelio, Eduardón, Douglas, Ramón Torres, Noris, Jaime, Munguía, les tocó agarrar el billete premiado de la inseguridad en El Salvador y al Presidente, como tal; estar recibiendo ataques de todos lados de que el crimen va en aumento en lugar de decrecer.

Para ninguno de los arriba mencionados, como para la ciudadanía en general, el problema es fácil, es ante todo el mayor factor del estado deplorable del país.

El tráfico de drogas es lo que causa la violencia, la criminalidad descompasada en nuestro país, para cualquiera es fácil decir y por qué no depuran la policía y el ejército, el problema es que no es sólo la policía y el ejército, sino los tres poderes del estado y la ciudadanía, los que se tendrían que depurar y para ello tendría que agarrarse a los criminales en el momento de tranzar, pero ellos son listos y no dejan huellas por donde pasan.

Probado está que funcionarios del gobierno anterior eran miembros de carteles y aun cuando se encontraron toneladas de drogas en bodegas de miembros de esos gobiernos, no se hizo nada después del descubrimiento, al mismo tiempo; asesinatos de gente encumbrada que se convirtieron en procesos interminables como The Trial de Kafka donde nunca hubo una sentencia y crímenes encubiertos que jamás se dieron a conocer.

Para los cuerpos de seguridad es frustrante que ahora agarren a un traficante y mañana ya anda libre y lo mismo sucede con todo el gobierno quienes presionados por los Estados Unidos tratan de hacer algo, pero las mismas autoridades estadounidenses no hacen nada por detener las miles de toneladas que entran a diario para el mantenimiento de un pueblo consumido por la drogadicción.

El problema aumenta cuando por ejemplo; los traficantes conocidos no son siquiera reprendidos, ver caso de Reyniero, y del Burro de Texis (Faro, edición 16 de mayo de 2011) y ello da la impresión de miedo, displicencia, incapacidad o que sean parte del juego. También chocamos con nuestra cultura de andar tras la movida y bueno y yo que me saco de ello, así se expresa el pueblo con relación a los problemas de inseguridad y de tráfico de drogas, de todas formas es el mismo gobierno y los poderosos los mayores traficantes o caso como un grupo de colombianos que fue agarrado con todo y el juez del puerto de la Libertad y la siguiente manan ni juez ni colombianos aparecieron ni se volvieron a ver.

Uno tiene que ser muy cuidadoso al pasar información y que pasa, si se la estás dando a un agente de seguridad infiltrado, el caso de los dos capitanes recientemente descubiertos no es nada más que una pizca de lo que pasa en el sistema.

Por otro lado, la extorsión contra alcaldes de poblaciones fronterizas y la policía de aduana es algo tan natural como que llueva en invierno y hay muchos alcaldes y diputráficos que reciben dinero y protección de parte de las fuerza de seguridad del narco tráfico, muchas veces mejor armadas que las nacionales.

Cuando el narcotráfico infiltra las estructuras superiores del estado, no podemos esperar milagros y para que el mal desaparezca tendrá que desaparecer el narco estado y abrir los ojos sobre las autoridades elegidas y por elegir.

Detectar donde hay lavado, es tan fácil como detectar donde está la zompopera cuando te han comido la siembra, ellos dejan la huella y cuando vez que aparecen fachadas de negocios improductivos cuya infraestructura vale más que lo que pueda producir de ganancia en un buen lapso de tiempo o grandes cas residenciales en pueblo que sólo producen garrapatas y la policía no los ha reportado, pues comenzá dudar de la policía. En muchos pueblos, ellos cuidan mientras los traficantes mueven la mercancía.

Si contáramos cuántos cuatro X cuatro hay en esos pueblitos cuyos dueños no han sacado ni sexto grado, ni tiene un trabajo, nunca han trabajado y no han recibido herencia alguna, pregúntate qué están haciendo.

El problema se comenzaría a resolver si tuviéramos visores en todas partes y que educaramos al pueblo para que sea los ojos del pueblo.