A LOS 31 AÑOS de Su MARTIRIO
Por Arístides Espinoza.
Campanas de catedral su voz al viento,
Campanas de catedral de su lamento,
Campanas de catedral nos dan su aliento
De monseñor Romero en su homilía.
Y llegado el martirio y su agonía,
Los asesinos del brutal crimen atroz,
No pudieron silenciar su voz,
Porque su voz se escucha hasta este día.
Y ahora que tiempo ha pasado,
Y aunque Roma aun no lo ha canonizado
¡Monseñor Romero por el mundo es aclamado!
Fue El Salvador el pueblo que amo tanto,
Y es El Salvador que con justificado llanto
¡Le pide al Vaticano, lo declare santo!
FIN
San Salvador 24 de Marzo 2011
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