Año tras año el principio del verano llega con enormes inundaciones, especialmente en las zonas mas pobres del pais, como la region de Moldavia y, especialmente, Bucovina, fronteriza al norte con Ucrania.
Las inundaciones de los ultimos dias han provocado ya 22 muertos, 13000 personase evacuadas, 3000 viviendas inundadas y mas de 200 casas destruidas, ademas de grandes zonas del pais sin agua potable, aisladas, y sin acceso a suministros. Hablamos de Rumania, en la Union Europea, no de un perdido pais en la sabana africana, abandonado por el mundo, aunque parezca mentira (asi es la Rumania despues de 20 años de destrucción).
Mientras el código amarillo de peligro de inundaciones sigue abierto en todo el pais, especialmente para Moldavia, Dobroja, y parte de Transilvania, las autoridades centrales y locales continuan haciendo lo mismo para evitar que las catastrofes sucedan una y otra vez: nada.
Algunos se consuelan echando mano de que contra Dios no se puede luchar, aunque sabemos que cualquier gobierno responsable puede enfrentarse al as consecuencias de la naturaleza y preveerlas de forma eficiente (el ejemplo, Cuba, donde cada año huracanes, tormentas e inundaciones golpean a la poblacion pero sin producir victimas ni tragedias).
El caso es que sin una politica de prevision, sin acciones para evitar, o al menos reducir las consecuencias, por parte del gobierno, los habitantes de las zonas mas pobres de Rumania estan condenados al eterno retorno de lo idéntico, que diria Nietzsche, sin fe posible alguna en la organización del hombre.
Los rumanos comentan que hace 20 años no pasaban estas inundaciones constantes. Que de vez en cuando habia alguna fuerte, pero no eran, ni mucho menos, anuales, periodicas, inevitables. Resulta que los bosques se han reducido a menos del 50% de su extension en 20 años, en un caos de construcción de viviendas o explotación de la madera que nadie ha querido controlar. Y esta claro que sin bosques, sin su potente labor de contencion de las aguas, la inundacion es, por su evidencia, casi un castigo divino (aunque en realidad sea un castigo provocado por el propio hombre).
¿Que podemos decir de unos gobiernos que durante 20 años se han dedicado a destruir la riqueza, a repartirsela y a ganar comisiones de su venta a precio de saldo a inversores extranjeros? En ningun momento, ni siquiera ahora, se han preocupado de mejorar las infraestructuras, las medidas de protección de los trabajadores o de los campesinos en su trabajo o en su vida cotidiana, ni mucho menos en elaborar un plan de conservación integral de las comarcas, de interrelacion entre pobladores y entorno natural.
Las consecuencias son las de siempre, en cuanto llegan las lluvias estacionales (no se trata de lluvias inesperadas, sino que cada año puntualmente, poco antes o poco despues, llegan): gente sin casa, muertos, caos, y dinero público gastado a espuertas para poner parches al desastre (supongo que echando mano de las empresas "amigas" a cambio de una comision. Y poco despues, el cómodo olvido hasta el siguiente año.
Un gobierno que está desesperado (aparentemente) buscando formulas de ahorro del deficit público, y que recurre a reducir pensiones y salarios brutalmente, destruir la sanidad publica, o echar a la calle a los profesores, sin embargo no es capaz de caer en la cuenta de que la inversion en planificacion conlleva ahorro, y que el caos de la dejadez institucional, la que ha vivido Rumania en 20 años, solo tiene como consecuencia un caos similar en los gastos que, ademas, solo sirven para tapar chapuceramente los agujeros creados por la catastrofe, pero no para evitarlas, o al menos reducir sus consecuencias, el siguiente año.
Las inundaciones de los ultimos dias han provocado ya 22 muertos, 13000 personase evacuadas, 3000 viviendas inundadas y mas de 200 casas destruidas, ademas de grandes zonas del pais sin agua potable, aisladas, y sin acceso a suministros. Hablamos de Rumania, en la Union Europea, no de un perdido pais en la sabana africana, abandonado por el mundo, aunque parezca mentira (asi es la Rumania despues de 20 años de destrucción).
Mientras el código amarillo de peligro de inundaciones sigue abierto en todo el pais, especialmente para Moldavia, Dobroja, y parte de Transilvania, las autoridades centrales y locales continuan haciendo lo mismo para evitar que las catastrofes sucedan una y otra vez: nada.
Algunos se consuelan echando mano de que contra Dios no se puede luchar, aunque sabemos que cualquier gobierno responsable puede enfrentarse al as consecuencias de la naturaleza y preveerlas de forma eficiente (el ejemplo, Cuba, donde cada año huracanes, tormentas e inundaciones golpean a la poblacion pero sin producir victimas ni tragedias).
El caso es que sin una politica de prevision, sin acciones para evitar, o al menos reducir las consecuencias, por parte del gobierno, los habitantes de las zonas mas pobres de Rumania estan condenados al eterno retorno de lo idéntico, que diria Nietzsche, sin fe posible alguna en la organización del hombre.
Los rumanos comentan que hace 20 años no pasaban estas inundaciones constantes. Que de vez en cuando habia alguna fuerte, pero no eran, ni mucho menos, anuales, periodicas, inevitables. Resulta que los bosques se han reducido a menos del 50% de su extension en 20 años, en un caos de construcción de viviendas o explotación de la madera que nadie ha querido controlar. Y esta claro que sin bosques, sin su potente labor de contencion de las aguas, la inundacion es, por su evidencia, casi un castigo divino (aunque en realidad sea un castigo provocado por el propio hombre).
¿Que podemos decir de unos gobiernos que durante 20 años se han dedicado a destruir la riqueza, a repartirsela y a ganar comisiones de su venta a precio de saldo a inversores extranjeros? En ningun momento, ni siquiera ahora, se han preocupado de mejorar las infraestructuras, las medidas de protección de los trabajadores o de los campesinos en su trabajo o en su vida cotidiana, ni mucho menos en elaborar un plan de conservación integral de las comarcas, de interrelacion entre pobladores y entorno natural.
Las consecuencias son las de siempre, en cuanto llegan las lluvias estacionales (no se trata de lluvias inesperadas, sino que cada año puntualmente, poco antes o poco despues, llegan): gente sin casa, muertos, caos, y dinero público gastado a espuertas para poner parches al desastre (supongo que echando mano de las empresas "amigas" a cambio de una comision. Y poco despues, el cómodo olvido hasta el siguiente año.
Un gobierno que está desesperado (aparentemente) buscando formulas de ahorro del deficit público, y que recurre a reducir pensiones y salarios brutalmente, destruir la sanidad publica, o echar a la calle a los profesores, sin embargo no es capaz de caer en la cuenta de que la inversion en planificacion conlleva ahorro, y que el caos de la dejadez institucional, la que ha vivido Rumania en 20 años, solo tiene como consecuencia un caos similar en los gastos que, ademas, solo sirven para tapar chapuceramente los agujeros creados por la catastrofe, pero no para evitarlas, o al menos reducir sus consecuencias, el siguiente año.
http://www.jurnalul.ro/stire-observator/bucovina-pluteste-pe-ape-548201.html
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