¡Proletarios de todos los países,
uníos!
¡1° de Mayo
Rojo y Internacionalista!
¡Crisis, guerras, represión,
opresión, desempleo, pobreza!
¡Proletarios y pueblos
oprimidos, unámonos y tomemos el futuro en nuestras
manos!
¡Viva la
revolución!
El imperialismo sigue atravesando una profunda
crisis económica y descargándola sobre el proletariado y los pueblos del mundo.
Hablan de recuperación, pero lo único que se recupera es la carrera por
ganancias, las riquezas y las armas.
Por el contrario, para los proletarios, los
campesinos pobres y otras masas populares de todos los países del mundo, vemos
el desempleo, leyes laborales que aumentan, la precarización, la explotación y
la esclavitud, miseria, saqueo de materias primas y recursos energéticos,
devastación ambiental y territorial.
Los jóvenes sin trabajo son ahora la mayoría, a
pesar de su crecimiento educativo y cultural.
Las nuevas tecnologías se utilizan para hacer más
beneficios, intensificar la explotación y el dominio y control sobre los
trabajadores y para aumentar el poder destructivo de las
armas.
Contra esta situación los proletarios y las masas
del pueblo se rebelan, en los países imperialistas, así como en los países
oprimidos por el imperialismo. Los proletarios y las masas no pueden aceptar
unas condiciones de vida y trabajo cada vez peores; una vida de penurias sin
esperanza ni futuro y odian cada vez más a sus opresores y
verdugos.
En los países oprimidos, los obreros, campesinos y
jóvenes han tomado varias veces las calles desafiando la feroz represión para
resistir a los ataques a sus condiciones de vida; el campesinado, fuerza
principal de la revolución de Nueva Democracia, resiste a las reaccionarias
políticas anticampesinas de desplazamiento y aniquilamiento, y persiste en la
lucha por la tierra contra las viejas y “nuevas” formas de dominación
semifeudal, base de la dominación imperialista.
En los países imperialistas las rebeliones de
jóvenes e inmigrantes, de Ferguson a Estocolmo, a las banlieues de Paris, las
luchas generales de los trabajadores, a menudo se enfrentan con el aparato
represivo del Estado
Todo esto muestra que la revolución, como tendencia
y necesidad, está emergiendo cada vez más y choca con la reaccionarización y
fascistización de los Estados y gobiernos.
En todas partes, en las luchas y guerras populares,
avanza el protagonismo de las mujeres para suprimir la odiosa opresión de clase
y de género que llena las calles del mundo de violaciones, feminicidios, y para
exigir una revolución que sea verdadera liberación.
Para enfrentar y conjurar la rebelión popular, el
imperialismo, sus Estados, sus gobiernos, tanto de derecha como de una
pretendida "izquierda", responden con una represión feroz, masacres,
persecución, demagogia y manipulación; crean estados policiales que suprimen
libertades políticas, sociales e individuales, en un vano intento por detener la
ola popular y la organización revolucionaria de las
masas.
Ellos también han empleado el señuelo de la farsa
electoral de los reformistas, socialdemócratas y revisionistas para contener la
furia de las masas dentro del sistema reaccionario.
Estas fuerzas fomentan la ilusión de que algún
gobierno "a favor del pueblo" puede superar los estragos de la crisis; por
ejemplo, en Grecia, la máxima expresión de la crisis en Europa, fuerzas de la
nueva socialdemocracia como SYRIZA, llegan al poder como un último recurso, pero
no son capaces de alzarse contra los dictados del capital europeo y los bancos
ni de dar respuesta a las necesidades y luchas de las masas.
Además si el servicio realizado al imperialismo por
tales fuerzas farsantes permanece aún como un obstáculo, en muchos países las
masas responden con la intensificación de la lucha de clases y la creciente
abstención masiva y el boicot.
En Ucrania y la reaccionaria Europa oriental,
también avanzan fuerzas de tipo nazi, con el apoyo de los EE.UU., la Unión
Europea y la OTAN, en un marco de confrontación interimperialista con la Rusia
de Putin.
Las masas están de forma justa luchando contra el
fascismo y el imperialismo occidental, pero necesitan una auténtica dirección
comunista para no ser peones del expansionismo del imperialismo
ruso.
La rebelión del proletariado y de las masas exige
un cambio radical y el único medio para lograrlo es el derrocamiento, con las
armas en la mano, de las clases dominantes y la construcción de una nueva
sociedad libre de explotación, opresión e imperialismo.
Dentro de la crisis, las contradicciones
interimperialistas se agudizan y la tendencia para una nueva guerra por el
reparto mundial se hace más y más insistente– aunque la contradicción entre el
imperialismo y los pueblos y naciones oprimidas sigue siendo la contradicción
principal en el mundo – y la revolución a sigue siendo la tendencia principal y
se encarna en una potencial nueva ola de la revolución proletaria
mundial.
Para convertirse en exitosas revoluciones de nueva
democracia en los países oprimidos por el imperialismo en marcha hacia el
socialismo y en revolución proletaria y socialista en los países imperialistas
en marcha hacia el comunismo, las rebeliones de las masas necesitan en cada país
de un auténtico partido comunista revolucionario, un frente unido de todas las
masas explotadas y oprimidas dirigido por el proletariado, y un ejército popular
revolucionario.
Donde las masas carecen de estas herramientas, sus
luchas valientes y heroicas luchas son derrotadas y/o son presas de fuerzas
reaccionarias, siempre ligadas al sistema imperialista, fuerzas que no las
pueden liberar de sus cadenas sociales, económicas y
políticas.
El imperialismo, en nombre de la lucha contra el
terrorismo, desata guerras y el terror local. Pero el imperialismo es el
auténtico terrorismo, el monstruo al que debemos combatir y
derrocar.
¿Qué hay hoy en el mundo que sea peor que el
imperialismo?
El imperialismo, especialmente yanqui, intensifica
la política de guerra, invasión y agresión en Irak, Afganistán y fomenta las
guerras en Siria, Libia, Yemen y en todo el Oriente Medio y Asia Occidental.
Responde a la revueltas populares en los países árabes, instalando en el poder a
fuerzas que continúan la política de los viejos déspotas y regímenes, como en
Egipto, en confabulación y alianza con el gendarme sionista, Israel, y otros
regímenes reaccionarios en la región, desde Turquía a Irán, y hasta Arabia
Saudita.
En estas guerras e intervenciones arman a las
fuerzas reaccionarias feudales que luego se vuelven en su contra, llevando la
guerra dentro de los propios países imperialistas con feroces ataques que minan
la seguridad y la fuerza de esos estados, en los cuales existen masas y sectores
de inmigrantes rebeldes que odian el imperialismo.
En el terreno donde se han desarrollado estas
intervenciones directas e indirectas, el imperialismo sigue aplicando su
política de Guerra de Baja Intensidad (GBI), con agentes y tramas para enfrentar
masas contra masas, para desviar el blanco de las luchas de los pueblos
oprimidos de su enemigo principal, con el objetivo de dividir el frente único
antiimperialista tal como ahora en Siria enfrentando masas árabes y
kurdas.
Donde el ISIS avanza, las masas combaten y
resisten, como las masas kurdas, con un papel dirigente de la mujeres, en la
vanguardia en Rojava, Kobane. Pero sólo combatiendo a través de la Guerra
Popular, no sólo al ISIS sino también al imperialismo y a los regímenes
reaccionarios de la región, las masas pueden liberarse de la opresión nacional y
social.
La burguesía y sus intelectuales sofisticados, en
las ciudadelas imperialistas al igual que en los centros de cultura de los
países oprimidos por el imperialismo, se alegran de lo que ellos denominan el
entierro de la clase obrera y su ideología poderosa trazada por Marx, Engels,
Lenin, Stalin y Mao. Pero en todos los rincones del mundo asistimos a una
recuperación gigantesca de la lucha obrera, clasista y combativa que sacude las
ciudadelas del capital, también en China, así como en todos los países del
supuesto desarrollo del capital, los llamados “países
emergentes”.
Dentro del sistema imperialista, grandes países,
como Brasil, Turquía, etc., están atravesado por grandes luchas de los obreros,
campesinos y otras masas, y muestran cómo el crecimiento económico de estos
países bajo la dominación del imperialismo los hace "gigantes con pies de barro"
y tierra de revolución.
No hay lugar en el mundo que no asista a tensiones
y agudización de la lucha de clases.
En este marco, la Guerra Popular dirigida por
partidos marxistas-leninistas-maoístas, es la única referencia estratégica de la
lucha de liberación.
La Guerra Popular en la India, golpeando
directamente en uno de los mayores bastiones del imperialismo y de la reacción
en el mundo, ha suscitado un gran entusiasmo entre las masas revolucionarias del
mundo entero y se ha convertido en un poderoso punto de encuentro
internacionalista. Junto con las Guerras Populares en Filipinas, Perú y Turquía,
continúa minando al imperialismo y muestra el camino para derrocar el sistema de
explotación y opresión del imperialismo y las fuerzas reaccionarias feudales y
para la construcción de un nuevo poder y sociedad.
Los comunistas marxistas-leninistas-maoístas del
mundo deben construir y fortalecer Partidos Comunistas para cumplir sus tareas
de dirección y desarrollo, librándose de sus filas de tendencias revisionistas y
capitulacionistas como el prachandismo en Nepal, al avakianismo en los EE.UU.,
la Línea Oportunista de Derecha, en todas sus formas, en Perú, etc., sin caer,
al mismo tiempo, en el estéril revolucionarismo pequeñoburgués y el
dogmatismo.
La construcción de los partidos comunistas debe
darse en el fuego de la lucha de clases en estrecha ligazón con las masas, en
función de la lucha revolucionaria por el poder.
Este 1º de Mayo de 2015 nos llama a levantar alto y
fuerte la bandera roja del comunismo y la revolución en todas las
manifestaciones, en todas las luchas antiimperialistas en el mundo, trayendo y
renovando con fuerza el lema de: “¡Proletarios y pueblos oprimidos del mundo,
uníos!”
¡Unámonos para detener las guerras
imperialistas y reaccionarias, para aplastar al imperialismo y la reacción de
todo el mundo!
¡Saludemos a los mártires del pueblo y de la
revolución, apoyemos la lucha y por la libertad de los presos políticos
revolucionarios y comunistas de todo el
mundo!
¡Promovamos el auténtico internacionalismo
proletario en la dirección de las luchas proletarias y en las luchas de los
pueblos para crear las condiciones y avanzar hacia una organización
internacional de los
comunistas.
¡Apoyemos las guerras populares hasta la
victoria!
¡Tomemos el futuro del comunismo en nuestras
manos!
Declaración firmada
por:
Bloque Rojo (Unificación de los maoístas) –
Francia
Colectivo de Maoístas Iraní
Comité de Construcción del Partido Comunista maoísta de
Galicia, Estado español
Comité de Construcción del Partido
Marxista-Leninista-Maoísta (MLM-PAK) - Alemania
Comités para la Fundación del Partido Comunista
(maoísta), Austria
Democracia y Lucha de Clases – Estado
británico
Fracción Roja del Partido Comunista de Chile
(FR-PCCh)
Frente Cultural Intelectual Revolucionario
(Nepal)
Gran
Desorden WSRP– Gales, Estado británico
Gran
Marcha Hacia el Comunismo (España)
Grupo Comunista Maoísta (EE.UU.)
Liga
Revolucionaria Maoísta – Sri Lanka
Movimiento Comunista de Serbia
Movimiento Comunista Maoísta (Túnez)
Movimiento Popular Perú (Comité Reorganizador) – MPP
(CR)
Nuevo Partido Comunista (Comité Coordinador) –
EE.UU.
Partido Comunista de Brasil (Fracción Roja) – PCB
(FR)
Partido Comunista del Ecuador – Sol Rojo
(PCE-SR)
Partido Comunista (Maoísta) de Afganistán
Partido Comunista de la India (Maoísta)
Partido Comunista Maoísta de Manipur
Partido Comunista maoísta – Italia
Partido Comunista de Turquía / Marxista-Leninista
(TKP/ML)
Partido Comunista Revolucionario (PCR-RCP
Canadá)
Praxis Revolucionaria – Reino Unido
Red
de Blogs Comunistas (RBC)
Servir al Pueblo – Liga Comunista de
Noruega
Servir al Pueblo - Sheisau Sorelh – Occitania –
Estado francés
Voz
Obrera – Malasia
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