Es
despertarse día a día viendo la
utopía volverse realidad.
Es
entregar el corazón a todos
los hombres y mujeres de
esta patria nuestra que sube y
sube la cuesta para plantar cimas de alegría.
Es vivir el sueño ancestral de justicia y libertad por el
que miles de héroes y heroínas cuscatlecas han
dado la vida.
Es despertarse con el olor de
nuestra tierra humedecida y los surcos
abiertos esperando la semilla.
Es cumplir a diario con la
tarea asignada por el
pueblo y cumplirla de forma
objetiva a sabiendas que son las mejores satisfacciones y alegrías de la vida.
Es ser invenetivo y propostivo.
Es tomar de la mano a un niño o un anciano y
ayudarle a pasar la
calle.
Es luchar por el
respeto a la mujer como el
tesoro más preciado de la patria.
Es ayudar
a construir escuelas
y cerrar cárceles.
Es aprender junto al pueblo de
forma objetiva la ideología que
nos empuje a la construcción de una
patria donde la paz, la
justicia social y la fraternidad
sean los parámetros de
nuestra vida.
Es trabajar con alma
y corazón a mejorar la
vida.
Es vivir y soñar a sabiendas que tenemos el derecho a soñar con una patria mejor.
Vivir el partido es desaprender los vicios del
sistema y luchar por convertirnos
en seres
éticos donde la honestidad,
la solidaridad y la transparencia
sean las características de
los nuevos hombres
y mujeres salvadoreñas.
Vivir
el Partido es en pocas
palabras vivir la alegría de la
vida.
Es
aprender a amar para
no odiar, es ser diferentes a la generalidad
de seres sobre la
tierra.
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