Foto: RIAN
Todas
las instalaciones merecieron elogios de los expertos y de los atletas.
La Villa Olímpica,localizada a cinco minutos de caminar de las
instalaciones deportivas, está casi lista para recibir a los huéspedes.
Nuestro corresponsal recorrió el camino del futuro atleta olímpico, al
haber caminado de la Villa Olímpica a la cancha de hielo “Ádler”.
El
parque olímpico Sochi parece una ciudad dentro de otra, cuenta con sus
propias tiendas, su plaza, estación ferroviaria, hasta su malecón. El
centro del parque representa un enorme espacio abierto, una plaza con
una gigantesca antorcha en medio. El día del inicio de los Juegos
Olímpicos allí será encendido su símbolo, la llama olímpica. De ahí
salen como rayos rectos, caminos que llevan a los palacios deportivos,
hoteles y parques. El clúster costero no solo son instalaciones
deportivas, aunque sin duda son su parte principal. Se trata de toda una
cascada de centros recreativos que no dejaran a los fanáticos aburrirse
entre una competencia y otra. De ahí se ve también la Villa Olímpica,
ubicada a lolejos, para que los fanáticos no molesten a los deportistas,
pero no demasiado lejos, para que el trayecto que recorra el atleta
olímpico desde su habitación hasta el lugar de las competiciones no le
tome más de cinco minutos, dice Timur Zeinálov, gerente general de la
Villa Olímpica:
—La
Villa Olímpica costera representa un centro único, localizado cerca del
Parque Olímpico, de ahí se hacen solo cinco minutos para llegar a las
instalaciones deportivas. Por primera vez en los Juegos Olímpicos se
tiene una ubicación tan compacta. Lo señalan todos los atletas y
delegaciones que ya la han visitado, coincidiendo todos en que les sería
mucho más fácil llegar a los sitios de las competencias.
La
Villa Olímpica está situada a lo largo del malecón del mar Negro. La
calle central está dividida en mini manzanas, cada una de las cuales
cuenta con un acogedor patio interior, con bonitos bancos, rotondas y
una piscina. El agua en ellas tiene calentamiento, cualquier persona que
lo desee puede usarlas. El invierno en Sochi es suave, y en días
soleados el aire se calienta hasta alcanzar los dieciocho grados, por lo
que si uno nada un poco y después corre hasta su habitación, no se
resfriará. Por cierto, se han creado condiciones más que confortables
para los deportistas, empezando por el tamaño de las habitaciones y
terminando con la organización de actividades de ocio para ellos,
continúa Timur Zeinálov:
—El
Comité Organizador Sochi 2014 les brindará alimentación a los
huéspedes. Se ha construido un comedor para setecientos comensales. En
la parte norte de la Villa se encuentra un gimnasio con equipo
especializado, un centro recreativo, así como tiendas, un banco… Es un
lugar completamente autónomo, edificado según todos los estándares del
Comité Olímpico Internacional. Los edificios ahí son de tres a cinco
pisos, con habitaciones grandes y cómodas, para dos atletas cada una. Es
el rasgo distintivo de nuestra Villa Olímpica, porque nunca antes los
deportistas han contado con alojamientos tan espaciosos.
Los
cuartos son realmente claros, espaciosos y acogedores. Cada uno cuenta
con balcón, aunque todos tienen distintas vistas. Al norte son cumbres
nevadas, al sur se ve el malecón. La vista que se abre desde las
ventanas que dan al oeste, es del Parque Olímpico, por las noches se
podrá admirar el centelleo de la llama olímpica y la iluminación de los
palacios deportivos. Y si está hecha al estilo de las altas tecnologías,
la misma Villa Olímpica parece más un pequeño poblado europeo, con
casas y calles correspondientes con la estatura humana.
Parece
ser singular el diseño estilístico del Disneyland, construido allí
mismo, en el Parque Olímpico. Su temática son cuentos folclóricos rusos.
Los visitantes, en compañía de sus hijos, podrán hallar ahí “El país de
los paladines”, “El bosque encantado” y hasta el castillo de “Kashei el
Inmortal”; es un hotel de cinco estrellas, diseñado al estilo medieval y
con decoración interior temática. Los organizadores prometen que los
huéspedes no se van a aburrir, lo más importante es que les alcance el
tiempo para ir a las competencias, y también pasear por el malecón, y
experimentar toda la fuerza hechicera de los cuentos rusos, cerca del
castillo mágico.
Recordando
el mito sobre los argonautas, los habitantes de la ciudad dicen en
vísperas de los Juegos que los héroes olímpicos regresan a Sochi.
Justamente en la costa del mar Negro, muy cerca del lugar donde se
celebrarán los Juegos, los navegantes de la Grecia Antigua, con Jasón a
la cabeza, encontraron el vellocino de oro. Ahora, los mejores atletas
del mundo llegarán a Sochi, para competir por medallas de oro.
Sochi
es una ciudad bastante joven, tiene solo ciento setenta y cinco años.
Antes de su fundación, ese territorio había pertenecido a Turquía, y
antes de eso, al Imperio Bizantino. En la época antigua la costa del mar
Negro fue colonizada por los griegos. Pero, los primeros poblados
surgieron ahí aún antes. Por ejemplo, en las afueras de Sochi hay muchos
dólmenes, hechos de piedra, que tienen la misma edad que las pirámides
egipcias y el Stonehenge británico. Comenta Vladímir Nóvikov, titular de
la sección de etnografía territorial y turismo de la Sociedad
Geográfica de Rusia:
—Tenemos
en nuestra costa, en el poblado de Volkónskoe, un dolmen monolítico
singular, cortado de una sola roca. Antaño del mismo modo edificaban
templos en la India. También tenemos varios dólmenes hechos de baldosa:
cuatro losas y el techo arriba, unas “casitas”, de más de seis mil años
de edad. Las construyeron los adoradores del culto al Sol. Pero, el
significado original de los dólmenes fue perdido por los habitantes del
lugar.
Se
puede llegar de Sochi y el clúster Olímpico a las montañas por el
ferrocarril y la autopista, construidos a lo largo del río montañoso
Mzimta. En los tiempos antiguos fue la ruta comercial más corta, que
vinculaba el Cáucaso del Norte con la costa del mar Negro. El río Mzimta
recibió su nombre por el del pueblo que habitaba esos lugares. Se puede
traducirlo como “gente que vive en las nieves”. Casi cada río, monte o
valle, afueras de Sochi, cuenta con su propia leyenda. Una de las más
conmovedoras es la del río Matzesta, cuyas aguas tienen propiedades
curativas, cuenta el etnógrafo Ígor Sizov:
—En
una familia adigué vivían dos hermanas. Y, desde luego, competían por
el cariño de sus padres. Una vez, la menor, Matzesta, sintió que le
prestaban menos atención, y al enojarse, se fue bajo la tierra. Pasaron
muchos años, los padres envejecieron, empezaron a sufrir dolores en
brazos y piernas. La hermana mayor no les brindaba ayuda alguna. Y la
menor, a enterarse de lo que sucedía, se transformó y subió a la
superficie en forma del agua curativa.
“Krásnaia
poliana”, “Claro rojo”, es uno de los nombres más sencillos y claros
que surgió a finales del siglo XIX. Ese fue el nombre que los habitantes
de los poblados vecinos le dieron a la población, cerca de la que se
localizan las principales pistas de esquí alpino de la Olimpiada. Les
impresionó el color rojo pardo del helecho que crecía en el valle. Pero,
es mucho más interesante la historia de “Krásnaia poliana”. Allí, cerca
de la estación ferroviaria, fue anunciado en 1864, el fin de la Guerra
de Cáucaso y tuvo lugar el desfile de la victoria. Hasta hubo
intenciones de cambiar e lnombre del pueblo por el de “Románovsk”, en
honor del aquel acontecimiento, pero ese nombre no quedó.
Los
vecinos del lugar hasta transformaron en una leyenda suya propia el
mito de la Grecia Antigua sobre Prometeo, según el cual el titán que
había cometido una falta, fue encadenado a los Montes del Cáucaso. Según
la leyenda, cada día venía a verlo una muchacha, llamada Agura, quien
le llevaba agua a Prometeo, para aliviar sus sufrimientos. Pero, el dios
local, llamado Ajyn, se enteró de eso y la castigó, convirtiendo a la
hermosa muchacha en un río, que formó en las montañas varias cascadas
bellísimas, llamadas Agurski, es decir, de Agura. Actualmente, la gente
de toda Rusia llega a admirar su belleza.
vg/as/ll
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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