Días de tristeza, de lejanía e
incertidumbre, días de dolor y angustia permanente, días oscuros, nebulosos
cuando el sol está presente y no lo percibes, cuando hay perfume de flores y no
llegan a tu alma, cuando todo es dolor y no hay pausa y el corazón un lento péndulo marcando los malditos segundos
de una angustia interminable.
Alguien preguntó quién soy?,
dichosa que no me lo preguntó, ni yo sé quién soy. No sé, la vida te echa al mundo y el mundo se echa a
tu anti vida. Buscas y no sabes que búsqueda y perdido en el túnel, la luz en
lugar de aclararte; opaca más tu visión de la vida. Te conformas, es que acaso
los filósofos, los artistas y los locos no son casos idénticos?
Buscar respuestas a lo no existente
es cosa de locos, juzgar al vecino sin ningún derecho, es cosa de imbéciles,
perder la paciencia ante un pequeño
problema es evadir los verdaderos, tratar de vivir la vida ajena es estar
muerto en vida.
No te preocupes por los grandes
problemas si no puedes resolver los pequeños, nadie nace corriendo, todos
venimos de la placenta y nos lavan la
sangre del vientre materno, después habrá que tratar de purificarse en la
eterna búsqueda de la verdad.
Las grandes obras son producidas
en momentos de psicosis y todo el mundo las
admira sin entender sus contenidos, los fenotextos vueltos paratextos y metatextos de ignorancia.
Para estar bien en este mundo te
hablan de relaciones nepotistas, de meritocracia de rastreros y traseros y para
qué?, para tratar de imitar a imbéciles vestidos con trajes de gala, a ególatras
con poder, a míseros vueltos filántropos con los robos del dinero del pueblo y
de esa manera el ser es un trágico esperpento trashumando entre el raterío social.
Educarnos para qué? sino para ser
esclavos del sistema, vivir de acuerdo con la lay de oferta y demanda y ser uno
más en el enjambre de la desesperanza.
Es mejor así, el anónimo, sin
nombres y adjetivos alejado de la
horrible telaraña de la ignominia dominante.
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