© Foto: La Voz de Rusia
Ciento veintidós mil dólares por una medalla de oro, setenta y seis mil por la de plata y cuarenta y seis mil por la de bronce. Eso es lo que pagará Rusia a los compatriotas que suban al pódium en los JJOO de invierno de Sochi.
Una
cifra por cierto casi idéntica a la de los JJOO de verano de Londres
2012, cuando el oro se cotizo a ciento treinta y cinco mil dólares.
Rusia consiguió entonces ochenta y dos medallas que costaron al Gobierno
unos siete millones de dólares. Una cifra que será ciertamente inferior
en Sochi, donde el equipo ruso espera una cosecha de alrededor de
veinte medallas.
Además del premio en metálico, cada medallista ruso en Londres recibió como regalo un coche de marca Audi, de diferente cilindrada dependiendo el color de la medalla. El obsequio no corrió por cuenta del erario público sino de la propia marca, dentro de una campaña promocional. Los coches se entregaron en la Plaza Roja después de una audiencia en el Kremlin con el presidente Putin.
Además del premio en metálico, cada medallista ruso en Londres recibió como regalo un coche de marca Audi, de diferente cilindrada dependiendo el color de la medalla. El obsequio no corrió por cuenta del erario público sino de la propia marca, dentro de una campaña promocional. Los coches se entregaron en la Plaza Roja después de una audiencia en el Kremlin con el presidente Putin.
La
gratificación económica por medalla supone apenas calderilla para
deportistas de algunas disciplinas bien remuneradas. En unos JJOO de
invierno, el caso más evidente es el hockey hielo. Jugadores de la
selección rusa que militan en la NHL como Datsyuk, Kovalchuk, Bryzgalov o
Ovechkin cobran más de seis millones de dólares al año, sin contar
ingresos por publicidad. Pero para muchos otros, la mayoría, los de
deportes menos mediáticos y peor remunerados, cuyas federaciones
nacionales pasan estrecheces, la gratificación por medalla puede suponer
un verdadero cambio de vida. Especialmente aquellos que viven en la
Rusia de provincias, donde el precio de la vida es mucho más barato. Por
cierto, que el entrenador recibe habitualmente una parte del premio.
Rusia
es la gran potencia deportiva mundial que mejor remunera sus medallas. A
falta de información comparativa sobre Sochi, tomaremos como referencia
las tarifas por medalla de los países en los JJOO de Londres 2012, con
datos procedentes de un informe de la revista Business Week. En
EEUU está muy desarrollado el sistema de patrocinio privado y el
Gobierno paga como cinco veces menos que Rusia por cada medalla, unos
veinticinco mil dólares. En la otra gran potencia del deporte mundial,
China, el oro se cotiza a cincuenta y cinco mil dólares. Llegado a este
punto conviene explicar que en algunos países grandes es práctica
habitual que a la gratificación del Gobierno central o del Ministerio de
Deporte se sume otra, variable, del gobierno regional de turno. Por
ejemplo, el gobernador de la región de Cheliábinsk (en los Urales),
ofrece una jugosa remuneración a los medallistas olímpicos procedentes
de la zona. Lo mismo ocurre en China, donde medallistas procedentes de
provincias reciben apartamentos para ellos y sus familias, así como
coches de lujo.
Si
nos referimos en concreto a países hipanohablantes, España se encuentra
a la cabeza, con alrededor de noventa mil dólares por medalla de oro.
Chile y Colombia completarían el pódium, con sesenta y cinco y sesenta y
dos mil dólares, respectivamente. México paga el oro a treinta y siete
mil dólares mientras que Argentina lo haría a uno treinta y dos mil
dólares.
A
nivel mundial, los países que mejor remuneran las medallas olímpicas
son los del Sureste asiático: Singapur, Malasia y Tailandia, todos por
encima del medio millón de dólares por medalla de oro. Sin embargo esa
cifra es poco más que brindis al sol, pues se trata de países con
deficientes estructuras deportivas y que por tanto apenas cosechan
medallas. Por ejemplo, Singapur ofrece ochocientos mil dólares por el
oro, pero nunca en la historia ha conseguido uno. Su cosecha en Londres
se limitó a dos bronces en tenis de mesa, eso sí, cada deportista se
embolsó un cuarto de millón, del que habría que descontar un veinte por
ciento de impuestos. Otro país que premia generosamente a sus
medallistas es Kazajistán, y en su caso no es un brindis al sol, pues
consiguió trece medallas en Londres, incluidas siete de oro que se
cotizaban a cuarto de millón de dólares cada una.
En
el extremo opuesto encontramos los países con las economías más
desarrolladas donde, como en EEUU, existe una importante cultura de
patrocinio privado. Es el caso de Canadá, Reino Unido y Alemania, cuyas
medallas de oro se cotizan por debajo delos veinte mil dólares.
vg/kg
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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