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domingo, 22 de diciembre de 2013

Con miras a Sochi 2014

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Con miras a Sochi 2014
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La primera Villa Olímpica fue construida especialmente para los participantes de los juegos del año 1932, en Los Ángeles. En todas las olimpíadas anteriores las delegaciones nacionales se alojaban en hoteles y residencias comunales.

El Comité Olímpico Internacional (COI) durante bastante tiempo no tenía requisitos estrictos para la situación de la villa. Las viviendas podían estar dispersadas por la ciudad, lo principal era que los deportistas pudieran llegar con igual comodidad a los estadios. Pero cualquier persona ganosa: un participante, un hincha o un periodista, podía pasear por la villa. La situación cambió después del año 1972, durante la olimpíada de verano de Munich, cuando los terroristas agredieron a la selección de Israel. Ahora la villa olímpica es un barrio cerrado y debe ser obligatoriamente compacto para garantizar la seguridad de los deportistas.
En Sochi para 2014 de hecho se construyeron tres villas olímpicas. Una junto a las instalaciones de la zona costera, la segunda en el conjunto de esquí alpino Rosa Jútor y la tercera cerca de la pista de esquí de fondo y biatlón Laura. Todos los deportistas vivirán, como se dice, a dos pasos de los estadios o pistas en los que se disputarán las competiciones de la Olimpíada Blanca.
La olimpíada de verano de 1980 en Lake Placid fue la última en la que a fin de determinar al ganador en las carreras de esquí se tomaban en cuenta centésimas de segundo. La distancia de quince kilómetros fue fundamental. El esquiador finés Juha Mieto la recorrió en 41 minutos 57,64 segundos. Su rival sueco Thomas Wassberg en 41 minutos 57,63 segundos. Este último recibió la medalla de oro. Los hinchas se escandalizaron y en pos de ellos los funcionarios deportivos. Se decidió que una centésima fracción de segundo es una magnitud insignificante para decidir el destino del campeonato. Y un año después en la meta –en todas las carreras de esquí- se tomaban en cuenta tan solo décimas de segundo. Y la situación en que dos deportistas reciben las medallas de oro devino normal.
También después de los juegos de Lake Placid en el programa olímpico de esquí apareció una nueva disciplina: mass start. En esta carrera todos los esquiadores salen al mismo tiempo y corren a la meta sin guiarse por el cronómetro sino mirando a los rivales reales, a los que hay que adelantarse. Según los esquiadores y los hinchas, es la carrera más honesta y espectacular.
El patinaje de velocidad rusa vive un período de auge. Si en la olimpíada de invierno de 2010 en Vancouver la medalla de Iván Skóbrev en esta modalidad fue una sensación, en Sochi, al mínimo, dos rusos, Denis Yuskov y Olga Fatkúlina, podrán luchar por medallas. Olga en esta temporada ha ganado ya una etapa de la Copa del Mundo, habiendo vencido en la carrera de quinientos metros.
Olga Fatkulina es la principal esperanza de la selección femenina en patinaje de velocidad. Es joven, tiene veintitrés años, pero su nombre está ya bien conocido por los expertos. Hace tiempo que en Rusia no tiene igual, en los últimos cuatro años ella gana los campeonatos nacionales. Al podio internacional pudo subir tan solo hace un año y medio, cuando ocupó el tercer lugar en la etapa de la Copa del Mundo en Harbin, en la distancia de mil metros. Y ya este año en la etapa de la Copa del Mundo en Sochi la rusa venció en esta misma distancia.
Este “oro” fue el primero que el equipo ruso conquistó en la Copa del Mundo desde 2001. No es solo un avance, es el ascenso a un nivel más alto del patinaje nacional y de la deportista en lo individual. Al responder a la pregunta de cómo pudo conseguir tales resultados, la joven dijo que había reconsiderado a fondo su postura hacia el deporte y la vida:
—Tuve que dar un giro de ciento ochenta grados respecto a aquella Olga que se entrenaba antes: cambiar mis planes, mi entorno, mis objetivos. Cuando llegamos a Chipre, donde se realizaba nuestra concentración pre-temporada, dije a los entrenadores que no me comportaría como antes y que tendría una preparación distinta. En efecto, me entrené mucho y pasé el período preparatorio sin traumatismos. Además, cambié los patines, se me había hecho los zapatos según la huella de mis pies, más apretados. Ante tenía prácticamente unos “valenki”, en los que no sentía ni el hielo, ni los zapatos, ni el apoyo.
En la primera etapa de la Copa del Mundo en Berlín, en esta temporada, Olga Fatkulina venció en la primera distancia, de quinientos metros. El intenso trabajo surtió efecto. En 2013 Olga entró como una excelente velocista. Tan sola una patinadora no ha sido vencida aún por ella: la surcoreana Lee Sang-hwa, plusmarquista mundial y campeona olímpica. Pues bien, la Olimpíada de Sochi dirá quién es más fuerte en esta rivalidad, es poco probable que la surcoreana no participe en los Juegos.
No solo los atletas tienen historias olímpicas sino asimismo muchos hinchas. Pues, el viaje a la Olimpíada para cada uno de ellos es uno de los principales acontecimientos de su vida, para el que se preparan y el que esperan.
Un mes antes de inaugurarse los Juegos de Sochi, nuestra emisora recogió varias historias breves y curiosas y aclaró qué es lo que los mueve.
La Olimpíada es una oportunidad única de verlo todo de una vez. Por eso no se puede en caso alguno dejar pasar tal evento, asevera el moscovita Serguéi Chumin, que irá a la Olimpíada con toda su familia. A fin de asistir al número mayor posible de competiciones, adquirió más de cuarenta entradas. No obstante, como dice el propio hincha, para él tiene más importancia la posibilidad de alentar a su selección nacional, expresar su amor por el querido país y –es lo fundamental- pasar este amor a sus hijos.
Alexéi Sichov tiene planes un tanto distintos en cuanto a la Olimpíada. Partirá a la Olimpíada desde Krasnodar junto con su amiga. En este viaje se propone hacer realidad sus tres sueños a la vez: hacer un regalo a su querida muchacha, ver las competiciones de su deporte predilecto, el biatlón, y…estudiar las instalaciones olímpicas desde el punto de vista arquitectónico. Alexéi es ingeniero de profesión, de suerte que este viaje tiene para él un interés especial:
—Me interesa ver el estadio Fisht, en donde se celebrará la ceremonia de la inauguración. Yo sigo de cerca el curso de la construcción: qué se hace ahora, como se instaló la iluminación secundaria, etc.
Para alguien el viaje a Sochi no se limita a la importancia deportiva, es asimismo una oportunidad de venir, aunque por un breve plazo, a su país natal. Elena Batúyeva vive durante mucho tiempo en Italia con su marido y espera con impaciencia el viaje a la Olimpíada:
—Cuando viajé de chica con mi mamá a Sochi lo grabé en la memoria como un balneario de verano. Ahora quiero ver cómo ha cambiado la ciudad, qué transformaciones han tenido lugar allí porque leemos mucho, vemos muchos comunicados y reportajes en la prensa. Ahora tengo ante mí un cuadro de una ciudad que progresa, con una infraestructura renovada. Quiero verlo con mis propios ojos.
Elena se ha apasionado tanto por la Olimpíada que ya durante varios meses cuenta a sus amigos de Milán cuán original es ese balneario de invierno situado en la costa del mar. Como resultado, algunos italianos curiosos, seducidos por las exaltadas referencias de Elena, adquirieron entradas para los Juegos y realizan así su viejo sueño. Su amiga Anna Morabito dice:
—Para nosotros no es solo la posibilidad de asistir a la Olimpíada sino también ver el país. Desde Sochi iremos a Moscú y San Petersburgo, de modo que será no solo un tour deportivo sino asimismo una excursión.
Así, imperceptiblemente, los Juegos f reúnen en torno suyo a centenares de personas e historias. Es obvio que la expresión “La Olimpíada une” no ha perdido aún su sentido originario. Los Juegos de Sochi son una prueba de ello.
vs/as/ll
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.

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