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Robert Redford (Santa Mónica, California, 1936) llega tarde a
la entrevista. La prensa estadounidense, que también espera al actor y
director y le conoce bien, bromea sobre lo que parece ya una costumbre.
Pero él se lo puede permitir: a sus espaldas, sesenta años de carrera ya
pesan.
Con todo, actuar y contar nuevas historias, dice, no le cansa. Hoy estrena Pacto de silencio, dirigida y protagonizada por él, y ya está trabajando en la siguiente, A walk in the woods. Y en 2014 se estrenarán en España Cuando todo está perdido, con Redford como único actor, y la superproducción Capitán América: el soldado de invierno. “Hay un momento en la vida que frenas o sigues y sigues haciendo cosas diferentes”, explica. Otros ejemplos de actividades que no le cansan: esquiar en Utah o viajar. “El arte es mi trabajo. Pero no podría hacerlo sin esos momentos alejado de él: en medio de la naturaleza con mi caballo, paseando, esquiando… para mí es tan básico como comer. Y me da fuerzas para, por ejemplo, llegar a Nueva York y cumplir con mis compromisos. Si tuviera que hacer esto cada día…”. Suspira y se ríe. Lo que no aguanta son los maratones promocionales y entre entrevista y entrevista necesita un descanso. Aunque haga esperar a la prensa por la que, al llegar, ha mostrado mucho interés.
A cada periodista que recibe en el hotel de Nueva York, Redford le choca la mano y le cuenta una anécdota de su país “¿España? Viví en Mijas con mi familia en 1967”. Y, casi sin tomar aire, sigue hablando y suelta toda esa energía que ha recuperado en su descanso. “La primera vez que estuve en España fue en los cincuenta. Yo no era un buen estudiante y después de un año en la Universidad me invitaron a marcharme. Así que decidí educarme por el mundo. Viajé por Francia, Italia, España… Estuve en Madrid, en Barcelona, en Mallorca… Aprendí a ver mi país con otros ojos. Porque Estados Unidos entonces era pura propaganda. Que si era un gran país, que si ganamos la guerra, bla, bla, bla…”.
La nostalgia que le entra a Redford no es casual. Pacto de silencio está basada en la historia de The Weather Underground, el grupo radical de finales de los sesenta que luchó contra la guerra de Vietnam. Un tiempo que vivió muy de cerca. “Cuando el movimiento surgió yo tenía unas obligaciones —mi carrera, mi familia— que no me permitieron unirme a ellos, pero les admiraba y apoyaba su causa. Yo también pensaba que Vietnam era una guerra construida falsamente por gente que no iba a lucharla. Como pasó después en Irak”. Y continúa. “El problema fue que el movimiento se frustró al ver que no conseguían nada pacíficamente y empezaron a usar la violencia. De ahí esa frase en la película: ‘Traer la guerra a casa”.
Pacto de silencio toma esa realidad como base para construir una historia de ficción en la que Robert Redford trabajó más de cuatro años, desde que leyó la novela de Neil Gordon, Los que te rodean (Editorial Alevosia). Redford interpreta al protagonista, un weatherman que 30 años después de separarse del grupo, oculto tras otra identidad, tiene que salir a la luz cuando una de sus excompañeras (Susan Sarandon) se entrega. “En los setenta ya me pareció que aquí había una película. Pero cuando decidí recuperarla me di cuenta de que lo interesante era lo que les pasó a todos los que tuvieron que vivir en la clandestinidad”.
Por eso, después de muchas vueltas de guion, Pacto de silencio es su particular versión de Los miserables. “El personaje de Shia LaBeouf es Javert y yo soy Jean Valjean”, dice sobre su novena película como director y que también toma algo —en el periodista que interpreta LaBeouf—, de uno de sus grandes éxitos como actor: Todos los hombres del presidente. “Esta es una historia de redención, de aprender de nuestros errores del pasado, algo que en mi país nunca hacemos”, dice aparentemente decepcionado y ya cansado, aunque, como en la película, Redford mantiene la esperanza. “Siempre habrá gente que quiera cambiar el sistema, gente joven, como ocurrió hace poco con Occupy Wall Street. Me fascinan todo estos cambios sociológicos de mi país. Habré visitado España o Francia, pero todas mis películas hablan de Estados Unidos, de los grises donde está su complejidad. Es lo que conozco y lo que me interesa”.
EL PAIS
Con todo, actuar y contar nuevas historias, dice, no le cansa. Hoy estrena Pacto de silencio, dirigida y protagonizada por él, y ya está trabajando en la siguiente, A walk in the woods. Y en 2014 se estrenarán en España Cuando todo está perdido, con Redford como único actor, y la superproducción Capitán América: el soldado de invierno. “Hay un momento en la vida que frenas o sigues y sigues haciendo cosas diferentes”, explica. Otros ejemplos de actividades que no le cansan: esquiar en Utah o viajar. “El arte es mi trabajo. Pero no podría hacerlo sin esos momentos alejado de él: en medio de la naturaleza con mi caballo, paseando, esquiando… para mí es tan básico como comer. Y me da fuerzas para, por ejemplo, llegar a Nueva York y cumplir con mis compromisos. Si tuviera que hacer esto cada día…”. Suspira y se ríe. Lo que no aguanta son los maratones promocionales y entre entrevista y entrevista necesita un descanso. Aunque haga esperar a la prensa por la que, al llegar, ha mostrado mucho interés.
A cada periodista que recibe en el hotel de Nueva York, Redford le choca la mano y le cuenta una anécdota de su país “¿España? Viví en Mijas con mi familia en 1967”. Y, casi sin tomar aire, sigue hablando y suelta toda esa energía que ha recuperado en su descanso. “La primera vez que estuve en España fue en los cincuenta. Yo no era un buen estudiante y después de un año en la Universidad me invitaron a marcharme. Así que decidí educarme por el mundo. Viajé por Francia, Italia, España… Estuve en Madrid, en Barcelona, en Mallorca… Aprendí a ver mi país con otros ojos. Porque Estados Unidos entonces era pura propaganda. Que si era un gran país, que si ganamos la guerra, bla, bla, bla…”.
La nostalgia que le entra a Redford no es casual. Pacto de silencio está basada en la historia de The Weather Underground, el grupo radical de finales de los sesenta que luchó contra la guerra de Vietnam. Un tiempo que vivió muy de cerca. “Cuando el movimiento surgió yo tenía unas obligaciones —mi carrera, mi familia— que no me permitieron unirme a ellos, pero les admiraba y apoyaba su causa. Yo también pensaba que Vietnam era una guerra construida falsamente por gente que no iba a lucharla. Como pasó después en Irak”. Y continúa. “El problema fue que el movimiento se frustró al ver que no conseguían nada pacíficamente y empezaron a usar la violencia. De ahí esa frase en la película: ‘Traer la guerra a casa”.
Pacto de silencio toma esa realidad como base para construir una historia de ficción en la que Robert Redford trabajó más de cuatro años, desde que leyó la novela de Neil Gordon, Los que te rodean (Editorial Alevosia). Redford interpreta al protagonista, un weatherman que 30 años después de separarse del grupo, oculto tras otra identidad, tiene que salir a la luz cuando una de sus excompañeras (Susan Sarandon) se entrega. “En los setenta ya me pareció que aquí había una película. Pero cuando decidí recuperarla me di cuenta de que lo interesante era lo que les pasó a todos los que tuvieron que vivir en la clandestinidad”.
Por eso, después de muchas vueltas de guion, Pacto de silencio es su particular versión de Los miserables. “El personaje de Shia LaBeouf es Javert y yo soy Jean Valjean”, dice sobre su novena película como director y que también toma algo —en el periodista que interpreta LaBeouf—, de uno de sus grandes éxitos como actor: Todos los hombres del presidente. “Esta es una historia de redención, de aprender de nuestros errores del pasado, algo que en mi país nunca hacemos”, dice aparentemente decepcionado y ya cansado, aunque, como en la película, Redford mantiene la esperanza. “Siempre habrá gente que quiera cambiar el sistema, gente joven, como ocurrió hace poco con Occupy Wall Street. Me fascinan todo estos cambios sociológicos de mi país. Habré visitado España o Francia, pero todas mis películas hablan de Estados Unidos, de los grises donde está su complejidad. Es lo que conozco y lo que me interesa”.
EL PAIS
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