© Fotо: Elena Supónina
Numerosos
actos solemnes se dedican al 9º aniversario de la muerte de Yasir
Arafat. La Jornada de conmemoración se inauguró en Ramala donde se
encuentra la tumba del famoso palestino.
Hace
poco, los familiares de Arafat, en particular, su esposa e hija,
denunciaron con firmeza que el histórico líder había sido envenenado. La
Autoridad palestina comparte esa opinión, expresada por los parientes
de Arafat. A tales efectos alega nuevos datos obtenidos por la comisión
gubernamental ad hoc, según comunicó el jefe de la comisión, el general
Tawfiq Tirawi. Antes, el militar encabezaba los servicios secretos y
ahora es rector de la Academia de Seguridad de Palestina, situada en
Jericó.
–Tres
grupos de médicos forenses de Francia, Suiza y Rusia colaboraron con la
investigación. Los expertos franceses y rusos ya han entregado sus
informes. ¿Cómo podría comentarlos?
– Los
forenses de Suiza y Rusia confirmaron que Arafat no murió por causas
naturales. Coincidieron en tres puntos como mínimo: la muerte no se
debió a causas naturales; la causa de su muerte no fue ni la enfermedad
ni la avanzada edad del líder palestino. Una experta rusa examinó
minuciosamente las muestras de la médula ósea de Arafat sin haber
encontrado ningún indicio del envejecimiento. Es una conclusión muy
importante. Si el líder no murió de la vejez ni de una enfermedad, ¿cuál
fue la causa de su fallecimiento?
Por
regla general, es el examen forense el que suscita el mayor interés de
la prensa. Una instrucción ya reveló unas pruebas de que Arafat había
sido envenenado, recriminando ello a Israel que siempre deseaba
deshacerse de Arafat.
–Los
informes forenses rusos siguen siendo clasificados. ¿No establecen con
certeza que Arafat fue envenenado? ¿Es en este punto en que discrepan
los especialistas rusos y suizos?
– Lo
importante son los puntos de convergencia. Ambos grupos de forenses
plantean que la causa de la muerte no fue una enfermedad. Estoy seguro
de que se trata de un asesinato. Les agradecemos a los rusos el gran y
escrupuloso trabajo que reveló muchos datos nuevos. A propósito,
seguirán participando en la investigación. No estoy en mi derecho de
hacer públicos los datos que requieren posterior estudio conjunto.
Confiamos en los rusos y por eso les incorporamos en la investigación.
–¿Por qué Al Yasira fue la primera en promover la hipótesis sobre el envenenamiento?
– Muchos
datos nos proporciona la prensa. La mayor importancia lo tienen los
resultados del examen forense. Al mismo tiempo, llevamos a cabo una
instrucción bajo mi supervisión. Ya hemos interrogado centenares de
personas. Los interrogatorios continúan. Acabamos de obtener unas
pruebas a favor de la versión de asesinato. Sin embargo, necesitamos más
tiempo, unos meses o un año más. Lo esencial es desviar la atención de
prensa. Tratamos de arrojar luz a la causa de la muerte de Arafat. Es
una tarea que requiere la mayor concentración.
–¿Es verdad que se recurrió a polonio?
– Así afirman los forenses. ¿Qué más el nombre de la sustancia? Arafat fue envenenado, de lo que no cabe ya la menor duda.
–¿Han detenido a algunos sospechosos?
– No puedo responder a la pregunta.
–Para
el examen forense han exhumado al cuerpo y han tomado muestras de los
tejidos y la médula ósea del difunto. Según los cánones del Islam ¿es
admisible excavar tumbas y practicar semejante análisis?
– Antes de abrir la sepultura consultamos con unos teólogos. El muftí dio su permiso emitiendo una fetua especial.
–¿Qué objetivo persiguen?
– Descubrir la verdad. Posteriormente, el Gobierno decretará sanciones judiciales y políticas.
–Usted
acaba de expresar que Arafat fue asesinado y ha cargado Israel con la
culpa. Entonces ¿por qué ha decidido continuar la investigación?
– Porque
todavía no hemos encontrado a los autores del crimen. El crimen fue
cometido por encargo de Israel, pero necesitamos descubrir a los
ejecutores físicos. Ahora los estamos buscando y esperamos detenerlos
pronto.
ach/kg/er
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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