© Collage: La Voz de Rusia
Y hace mucho ya que atrae la atención de los
criptozoólogos de todo el mundo. Es que los científicos ya han tenido la
posibilidad de investigar a lo largo y ancho el lago Ness y cerciorarse
de que el monstruo de ese lago realmente se oculta muy hábilmente o,
por más triste que resulte reconocerlo, simplemente no existe. Pero el
lago Labynkyr prácticamente no ha sido estudiado, de modo que existen
todas las posibilidades de encontrar al hermano ruso del monstruo
Nessie.
El lago Labynkyr se encuentra en el distrito de
Oymyakon, al este de Yakutia. No es fácil llegar hasta allí. Tomtor es
el pueblo más próximo y está a una distancia de 150 km. Y si tenemos en
cuenta las rigurosas condiciones climáticas, que prevalecen la mayor
parte del tiempo en estos lugares y la falta de buenos caminos,
comprenderemos porque los científicos hasta ahora no han podido estudiar
debidamente las entrañas del lago Labynkyr y a su misterioso habitante.
Timur Ivantsov, fundador del Club de Viajeros Intrépidos, compartió con La Voz de Rusia sus conocimientos sobre el diablo del Labynkyr.
- Los
lugareños consideran de desde tiempos inmemoriales en el lago vive un
ser antiguo y muy peligroso, que se caracteriza por su crueldad y avidez
de sangre. Precisamente por eso lo denominaron diablo. Dicen que tiene
proporciones imponentes, es de color pardo y con grandes ojos encajados
en su enorme cabeza. Su ración está compuesta por lucios y otros peces
que pueblan el lago, pero el diablo también puede arrastrar y meter
debajo del agua a un perro, un ciervo y hasta un hombre. Cunden rumores
de que en aquellos lugares desparecían personas por culpa del “diablo”,
pero pienso que son cuentos locales, con los que quieren atraer a
turistas.
Si bien hace mucho tiempo que circulan
leyendas sobre el diablo de Labynkyr, la primera mención que se hace en
la prensa data tan solo del año 1958, cuando el diario Molodiozh Yakuty
(La juventud de Yakutia), planteó la cuestión sobre la existencia en el
lago de un “animal extraño”. Pero el “diablo” se hizo famoso de verdad
en 1960, cuando el biólogo Igor Akimushkin publicó en la vieja revista
de divulgación Vokrug Sveta
(Alrededor del mundo) un interesante artículo sobre ese animal. Y un año
después enriqueció sus notas con fragmentos de los diarios del geólogo
Víktor Tverdojlébov. El científico estaba seguro que con sus propios
ojos vio al diablo de Labynkyr, pero no en el propio Labynkyr, sino en
el vecino lago Vorota. He aquí lo que escribió:
- Sobre
el agua apenas sobresalía una parte del cuerpo oval de un animal de
color gris oscuro. Sobre ese fondo gris oscuro se distinguían con
nitidez dos manchas simétricas claras, que parecían ser los ojos del
animal, y del cuerpo sobresalía algo parecido a unos palos… ¿Quizás eran
las aletas? o ¿el arpón de un desafortunado cazador? Veíamos solo una
pequeña parte del animal, pero debajo del agua se adivinaba un enorme
cuerpo masivo. Delante de nosotros había una fiera, sin duda alguna, una
de las fieras más fuertes del mundo: tan indomable, despiadada, cierta
ferocidad consciente se sentía en cada uno de sus movimientos, en todo
su semblante. El animal se detuvo a cien metros de la costa. De repente
penetró fuertemente en el agua, se levantaron olas y se hacía difícil
comprender lo que pasaba. Transcurrió tal vez un minuto y el animal
desapareció debajo del agua. Solo entonces me acordé de la cámara
fotográfica. No había dudas: habíamos visto al “diablo”, al legendario
monstruo de esos lugares.
No hace mucho, a principios de año, la revista Vokrug Sveta levantó
sus archivos y equipó una expedición al lago Labynkyr con la esperanza
de encontrar al legendario monstruo. A pesar de las condiciones
climáticas extremas, el equipo logró realizar varias inmersiones,
durante las cuales el diablo de Labynkyr no fue avistado. Pero los
criptozoólogos no se desesperan: ellos están seguros de que igual que el
del lago Ness, el monstruo del lago Labynkyr simplemente sabe
esconderse muy bien.
mj/sk/er
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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