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DIARIONY.COM – Personas que empujan a otros en las vías del
tren, o hijos que matan a sus padres en situaciones inverosímiles son
sólo algunos de los casos que ponen de manifiesto la crisis mental que
viven algunos neoyorquinos y la aparente falta de atención que reciben.
Es una situación “difícil y complicada la de lidiar con la familia y el sistema”, dijo Reynaldo –quien pidió no revelar su identidad— sobre la condición de su hijo de 29 años que sufre de esquizofrenia.
Diagnosticado a los 18, el hombre “mantiene controlada” la enfermedad gracias a los medicamentos que toma a diario. Pero es ahora que su vida empieza a ser normal, luego de estar recluido por 18 meses en un hospital para pacientes mentales, tras un incidente con su terapista, que lo consideró como un peligro para la sociedad.
Descrito por sus parientes como “una persona tranquila”, el hijo de Reynaldo empezó a trabajar en una tienda por departamentos hace dos meses, pero existe la inquietud de que algo le pueda ocurrir.
Pacientes y expertos coinciden en que los padecimientos mentales continúan siendo un tabú en la sociedad, especialmente entre hispanos, lo que impide a muchos buscar asistencia especializada.
“La ayuda en español existe”, reconoció el padre, “pero no así el entendimiento de la cultura, porque eso hubiera evitado, tal vez, que a mi hijo lo hubieran enviado al hospital”.
Por eso, confiesa, la familia prefiere “mantener en silencio su condición, porque la gente en general califica a los esquizofrénicos como violentos”.
Cifras
De acuerdo con el Departamento de Salud de la ciudad (DOH), uno de cada cuatro adultos neoyorquinos padecerá una enfermedad mental seria, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
A pesar de ello –advirtió Alan Avilés, presidente de la Corporación de Salud y Hospitales de Nueva York (HHC)- “sufren por el estigma asociado con las enfermedades mentales y tienen vergüenza para buscar la ayuda que necesitan”.
Como el hijo de Reynaldo, la indigente Ashley Jacob –que protagonizó, en julio pasado, la agresión en el “subway“— tiene una larga historia psiquiátrica que la obligaba a recibir tratamiento externo en el hospital Bellevue, según la Policía.
Pero, en la opinión del siquiatra Jorge Petit, es un error pensar que todas las personas con problemas emocionales son violentas.
En los casos de ataques en lugares públicos “debería primero determinarse si quien lo cometió tiene una enfermedad mental verdaderamente”, dijo el experto, quien fue subcomisionado de Higiene Mental del DOH.
Es una situación “difícil y complicada la de lidiar con la familia y el sistema”, dijo Reynaldo –quien pidió no revelar su identidad— sobre la condición de su hijo de 29 años que sufre de esquizofrenia.
Diagnosticado a los 18, el hombre “mantiene controlada” la enfermedad gracias a los medicamentos que toma a diario. Pero es ahora que su vida empieza a ser normal, luego de estar recluido por 18 meses en un hospital para pacientes mentales, tras un incidente con su terapista, que lo consideró como un peligro para la sociedad.
Descrito por sus parientes como “una persona tranquila”, el hijo de Reynaldo empezó a trabajar en una tienda por departamentos hace dos meses, pero existe la inquietud de que algo le pueda ocurrir.
Pacientes y expertos coinciden en que los padecimientos mentales continúan siendo un tabú en la sociedad, especialmente entre hispanos, lo que impide a muchos buscar asistencia especializada.
“La ayuda en español existe”, reconoció el padre, “pero no así el entendimiento de la cultura, porque eso hubiera evitado, tal vez, que a mi hijo lo hubieran enviado al hospital”.
Por eso, confiesa, la familia prefiere “mantener en silencio su condición, porque la gente en general califica a los esquizofrénicos como violentos”.
Cifras
De acuerdo con el Departamento de Salud de la ciudad (DOH), uno de cada cuatro adultos neoyorquinos padecerá una enfermedad mental seria, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
A pesar de ello –advirtió Alan Avilés, presidente de la Corporación de Salud y Hospitales de Nueva York (HHC)- “sufren por el estigma asociado con las enfermedades mentales y tienen vergüenza para buscar la ayuda que necesitan”.
Como el hijo de Reynaldo, la indigente Ashley Jacob –que protagonizó, en julio pasado, la agresión en el “subway“— tiene una larga historia psiquiátrica que la obligaba a recibir tratamiento externo en el hospital Bellevue, según la Policía.
Pero, en la opinión del siquiatra Jorge Petit, es un error pensar que todas las personas con problemas emocionales son violentas.
En los casos de ataques en lugares públicos “debería primero determinarse si quien lo cometió tiene una enfermedad mental verdaderamente”, dijo el experto, quien fue subcomisionado de Higiene Mental del DOH.
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