Foto:havanatimes.org
Pero, para más
de una generación, este ambiente de carpas, malabaristas y payasos
remite a otras épocas en las que el circo soviético era presencia
habitual en la isla.
“Íbamos a verlo todos los
años. Me gustaba mucho, sobre todo por sus animales amaestrados, hacían
cosas increíbles. Si no me equivoco, traían un oso llamado Misha, como
el de la olimpiada”, así lo recuerda Ernesto, un estomatólogo de
cuarenta y nueve años.
Para Gilda Núñez, especialista en
relaciones públicas, es también un recuerdo entrañable de la infancia:
“Me sorprendió mucho una jaula gigantesca de leones que pusieron en una
función en el teatro Karl Marx”.
Cuba tiene una antigua
tradición circense desde antes de 1959. Las primeras referencias sobre
el circo en la isla datan de más de doscientos años atrás. Varios
documentos demuestran desde 1793 la existencia de sujetos dedicados a
“maromas” durante los festejos del Corpus Christi y admiten la presencia
de “payasos y titiriteros” en calles y plazas. En 1800 se ubica en un
solar yermo de La Habana, llamado posteriormente plaza de Marte, “un
tinglado de lona y madera” destinado al circo ecuestre.
El
circo fue haciéndose un hueco en las preferencias de los cubanos.
Grandes compañías extranjeras que llegaban a la capital y otras muchas
más modestas recorrían campos y ciudades.
Después de
1959, el Gobierno de Fidel Castro comienza a potenciar el arte circense.
Se crea el primer Circo Socialista de América, que debutó en el mismo
lugar del pionero de 1800: la Plaza del Vapor, hoy parque El Curita, en
La Habana.
Es entonces cuando comienzan a presentarse
aquí los artistas rusos y de otras repúblicas soviéticas. Durante varias
décadas, el circo soviético tuvo un papel fundamental, no solo como
entretenimiento para el público cubano, sino en la preparación de
decenas de artistas que conformaron luego la Escuela Cubana de Circo.
En
los últimos años, los rusos han vuelto a las pistas cubanas. En 2010 y
2011 alcanzaron la Estrella de Oro y mención respectivamente en el
festival Circuba. “Este año no vinieron por razones internas de la
compañía Rosgoscirk, que cambió prácticamente a su consejo de dirección
tras unas elecciones, lo que impidió que llegasen a nuestro país a
tiempo con sus siempre esperadas propuestas”, informa José Manuel
Cordero, especialista del Circo Nacional de Cuba.
Este
año, Circuba destacó por la presencia de la compañía china Fuyong
Acrobatic Art Troupe, que maravilló a todos con sus acróbatas y
contorsionistas. Por parte de los cubanos, la compañía Havana se alzó
con el Grand Prix con su vuelo del pájaro.
Aunque
de momento no hay visitas previstas desde Rusia, son muchos los cubanos
que, como Gilda y Ernesto, no pierden esperanzas de volver a ver a
Misha bailar en una carpa de esta isla.
La Habana
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario