Posted: 07 Aug 2013 06:30 AM PDT
Muchos
salvadoreños acudieron a los actos religiosos en honor al patrono de la
capital, como muestra de su devoción y fe cristiana.
Ayer celebramos el día de nuestro patrono “El Salvador del Mundo”.
Una fiesta religiosa que ha marcado el quehacer de nuestro país, no sólo
en el sentido de la fe, sino que rompe con lo cotidiano, pues todos los
trabajadores públicos y privados nos vamos de vacaciones.
La fe en Jesús de Nazareth ha marcado la historia en occidente.
Muchos de los valores éticos que vivimos en la sociedad provienen de la
fe cristiana. Cualquier salvadoreño reconoce los valores del amor, la
justicia, la fraternidad, la hospitalidad, la solidaridad, etc. Estos
valores están impregnados de la visión cristiana.
Por esta razón creo que la fiesta que acabamos de celebrar debe de
invitarnos a los salvadoreños a transformar este país en una sociedad
donde reine la paz y la justicia. En esta transformación juega un papel
muy importante la fe cristiana, independientemente de las creencias de
las distintas iglesias, pues todas tienen en común la fe en Jesús de
Nazareth.
Esta fe debe llevarnos a los salvadoreños a amar y respetar la vida
humana, tan violentada en nuestros días por la delincuencia. Las
Iglesias pueden dar, y ya lo hacen, un grandísimo aporte: generar una
cultura de paz.
Una cultura de paz que promueva valores éticos, que se vivan en la
familia, en la calle, en las escuelas, en las relaciones diarias con el
vecino y en el trabajo. Por supuesto que el aporte no sólo debe ser de
las Iglesias, sino también de los medios de comunicación, la escuela y
todo agente culturizador que hay en nuestra sociedad.
Reconozco el gran valor de la fe cristiana en nuestra sociedad. Con
ella podemos construir planes de prevención para que nuestra niñez y
juventud tengan en el futuro cercano un país donde reine la paz, vivamos
en armonía y en desarrollo.
Que las tan merecidas vacaciones nos hagan regresar a nuestras
labores con ganas de transformar este país. Espero tus valoraciones
sobre el papel de la religión en nuestra sociedad, y cómo en un futuro
gobierno podemos incorporar a las iglesias en las soluciones a los
problemas que aquejan a los salvadoreños.
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