© Collage: La Voz de Rusia
Ante la disyuntiva por la conducta del joven
Snowden, que puede ser tipificada como de alta traición, aclaró en una
entrevista con el diario de Hong Kong South China Morning Post, que no es ninguna de estas cosas, sino simplemente un ciudadano estadounidense que busca “revelar delitos”.
En
la lucha de poder por la supremacía universal, tanto en la guerra como
en la paz, la diplomacia siempre ha jugado un papel de primer orden.
Durante
una visita en Kiev, Ucrania, en el año 2003, un amigo me contó que
estuvo de embajador en los países de Europa del Este. Allí, en los
tiempos de la Guerra Fría, cuando se encontraban de frente dos
diplomáticos de EEUU y de la URSS se comportaban con cortesía, donaire y
elegancia exquisita, pero sus movimientos y gestos eran estudiados como
si se tratase de dos jugadores de póquer o espías con corbatines.
En
los Ministerios de Relaciones Exteriores de todo el mundo, las
comunicaciones eran fundamentalmente a través de teletipos y se
utilizaba un lenguaje en clave cuyo código era cambiado con frecuencia.
Era un secreto a voces que las delegaciones o embajadas eran espiadas
por los contrarios, y sus representantes diplomáticos monitoreados las
veinticuatro horas del día.
Hoy, la guerra es
cibernética, los servicios secretos, los departamentos de investigación
nacional y los múltiples organismos responsables de la seguridad de los
países utilizan tecnología punta en la obtención de información. Aunque
sin haber abandonado el método más antiguo, la escucha humana, cuyo
servicio no siempre tiene como finalidad actuar en contra del país
amigo, sino también proteger de atentados.
EEUU se
considera la nación más poderosa del mundo, con frentes de combate
abiertos en diferentes partes del globo terráqueo. En sus misiones
militares siempre están países aliados comprometidos con los mismos
fines estratégicos, por lo que se utilizan los diferentes mecanismos
dentro y fuera del territorio norteamericano, para preservar los
intereses de los aliados expuestos a potenciales actos de sabotaje.
Considero
oportuno ilustrar con un ejemplo muy elocuente, como es de todos
conocidos, que el Gobierno dominicano envió tropas aliadas de EEUU a la
guerra de Iraq. En aquel momento, yo era el embajador concurrente con la
República de Polonia y era justamente en su capital, Varsovia, donde
estaba el Comando Conjunto de las fuerzas aliadas de EEUU. Nos reunimos
para tomar las providencias de lugar en la embajada dominicana ubicada
en Potsdamer Plaz, Berlín, una zona en donde hay muchos extranjeros
árabes, turcos, iraquíes, etc., por lo que consideramos oportuno pedir
vigilancia física y reforzar la seguridad de la embajada y del personal
diplomático.
Cuando nos reunimos con los responsables de
seguridad de las embajadas que están en el edificio, nos contestaron
que no hacía falta más medidas, que la embajada estaba controlada aunque
no viéramos físicamente a los agentes de seguridad. La protección era
casi blindada. Me desplazaba con la mayor confianza por toda mi área de
trabajo diplomático, visitaba todos los Estados Federados de Alemania
(Länder), viajaba con frecuencia a Polonia y a la República Checa.
En
el año 2001, la embajada dominicana en Alemania todavía estaba en la
ciudad de Bonn, cuando me correspondió ser el último embajador
latinoamerican o de la ciudad. Una noche regresamos mi esposa Suiden y
yo de una cena a la que nos habían invitado, en Fráncfort, una pareja de
norteamericano s (ella era secretaria del cónsul norteamericano en
Fráncfort y él militar de alta graduación de la aviación
norteamericana). Al regreso olvidé la chaqueta en el vagón del tren por
lo que al llegar a casa mi chaqueta no estaba en mi auto. Era casi la
una de la madrugada. Inmediatamente me puse en contacto con la policía,
les expliqué lo sucedido y mi interlocutor me tranquilizó de inmediato,
me dijo: “Usted salió de Fráncfort a las once de la noche, viajó
acompañado de su esposa, en el primer vagón, primera clase del tren, y
su chaqueta negra de rayas grises tiene su nombre y apellido en la parte
interior. En el bolsillo lleva el pasaporte y otros documentos. Ya
están de regreso desde Colonia donde se percataron de su olvido, ¿desea
regresar a la estación para recogerlo en una hora o muy amablemente se
los llevamos a su residencia?”. Le di las gracias y decidí que me la
trajeran, eso fue a las dos de la madrugada.
No siempre
que un país obtiene el mayor número de informaciones y movimientos de
los diplomáticos se trata de una actitud contraria a las buenas
relaciones entre ambas naciones, sino para cuidar mejor los intereses
soberanos de esa nación.
Esto no significa que EEUU,
los países miembros de la Unión Europea y las naciones integrantes del
bloque conocido por las siglas BRICS, no mantengan una búsqueda
permanente de informaciones sobre las diferentes actividades y
movimientos diplomáticos mutuamente, para fines estratégicos nacionales e
internacionales.
Estos tres bloques de naciones
integran la tripolaridad del poder del globo terráqueo y aunque quedó
atrás la era de la Guerra Fría, hoy día, el terrorismo, el narcotráfico y
la lucha por el dominio del mercado mundial, son situaciones amorfas
que obligan a unos y a otros a mantener el mayor flujo de informaciones
para preservar sus intereses.
sm/as
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