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Presidente Funes: El Salvador vive una profunda transformación de un modelo oligárquico a un gobierno democrático
El Presidente de la República, Mauricio Funes, al cumplirse hoy
cuatro años desde aquel día histórico en que se concretó la alternancia
en El Salvador, afirmó que el país vive una profunda transformación que
consiste en el paso de un modelo oligárquico a un gobierno democrático y
popular.En su discurso a la nación, pronunciado durante una sesión solemne de la Asamblea Legislativa, el gobernante afirmó que junto al proceso de fortalecimiento institucional y democrático impulsado en estos cuatro años, el país vive “una profunda transformación cultural”.
Este cambio, expresó al mandatario, es “el paso de un modelo de gestión de corte oligárquico –entendido como el gobierno de unos pocos para unos pocos- a un gobierno democrático y popular”.
Para el mandatario, este hecho “ha abierto un proceso de cambio cultural, esencialmente en lo relativo a la conciencia del pueblo acerca de sus derechos y del tipo de gobierno que desea”.
Entre las transformaciones que ha traído consigo este proceso destacó la participación ciudadana, que en este periodo “ha alcanzado niveles inéditos”.
“Organizaciones de trabajadores, redes de colectivos, representantes de los sectores productivos del país, excombatientes, organismos para la defensa de los derechos humanos, de los derechos de las mujeres, todos ellos han encontrado siempre abiertas las puertas de Casa Presidencial”, complementó.
Asimismo, las políticas públicas, sobre todo las que dieron nacimiento al Sistema de Protección Social Universal, “dejaron de lado el concepto de dádiva o limosna en que se basaban anteriormente esas políticas, para adoptar un enfoque de derechos”.
En El Salvador ahora “se reconoce en todo ser humano, cualquiera sea su condición social, un sujeto de derecho y ello obliga al Estado a garantizar el ejercicio de ese derecho”, expresó el gobernante.
Añadió que el ejemplo más claro de este reconocimiento “lo constituye la entrega de títulos de propiedad a decenas de miles de familias campesinas”, que debieron esperar hasta veinte años para que se les reconociera el derecho a la propiedad que les asistía.
“No se le daban títulos de propiedad por la simple razón de que no se le reconocían derechos por su condición de pobreza. Era una actitud de discriminación de las autoridades que sumió al pueblo en la desesperanza, además de la pobreza y la exclusión”, remarcó.
El Presidente Funes consideró que “los gestos de este gobierno hacia el campesinado, hacia las mujeres, hacia los sectores más vulnerables y empobrecidos son todos motivados por la convicción de que el Estado debe garantizar los derechos del pueblo”.
“Este es seguramente uno de los mayores legados que mi gobierno deje a las futuras autoridades, pero sobre todo a las futuras generaciones de salvadoreñas y salvadoreños, que comprenderán que, de este modo, El Salvador deja atrás un pensamiento propio del siglo XIX e ingresa a la modernidad del siglo XXI”, enfatizó.
Vamos dejando atrás de forma definitiva “el modelo oligárquico que asfixió a nuestro país durante décadas”, enfatizó el Presidente Funes, al expresar que esta forma de concebir la administración pública no debe volver “nunca más” a El Salvador.
El Presidente Funes señaló también que la independencia de este gobierno respecto a las cúpulas partidarias o económicas, es una característica esencial de su gestión. “Ello ha contribuido a lo que califico como el mayor logro institucional del país desde la Firma de los Acuerdos de Paz: la ampliación y profundización de la democracia en el país, así como el fortalecimiento institucional”.
San Salvador, 1 de junio de 2013.
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