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Varios medios ya calificaron de "histórica"
para Nicaragua y toda Centroamérica la jornada del 13 de junio cuando el
parlamento de ese país votó a favor de la realización del proyecto de
un nuevo canal interoceánico del que se habló por primera vez hace un
siglo. Sin embargo, la sesión parlamentaria en la que se votó la
decisión, se celebró con un trasfondo de manifestaciones de protesta de
las fuerzas de oposición contra ese plan del Gobierno sandinista.
Desde Managua informa el corresponsal de la agencia EFE Luis Felipe Palacios:
–Nicaragua
cedió a una empresa china una concesión, hasta por un siglo, para la
construcción y administración de un canal que permita el paso de grandes
buques entre el Atlántico y el Pacífico, en una jornada marcada por
protestas de los opositores y el agasajo de la empresa.
En una maratoniana sesión, que tuvo de antesala una manifestación en
las afueras del Congreso, dos proyectos de ley que ceden la obra a la
empresa HK Nicaragua Canal Development Investment Co. Limited (HKND
Group), con se de en Hongkong, fueron aprobados por la mayoría
sandinista que controla el Parlamento nicaragüense,
El primer proyecto se refiere a las amplias concesiones que se le da a
la empresa para construir la vía acuática y el segundo a las facilidades
para levantar las obras auxiliares como puertos, aeropuertos y
carreteras.
El
presidente de la firma, Wang Jing, en un comunicado se declaró "honrado
de tener la oportunidad de desarrollar este proyecto de transformación
que tiene el potencial de traer beneficios económicos enormes a largo
plazo para Nicaragua, Centroamérica, los transportistas interanacionales
y los consumidores de todo el mundo".
La firma calcula que para el año 2030 el volumen de las transacciones
comerciales a través del canal de Nicaragua habrá aumentado un 240 % con
respecto a las cifras actuales.
También que el valor total de los bienes transportados por los canales
de Nicaragua y Panamá podrían superar los 1,4 billones de dólares.
Dentro y fuera del hemiciclo legislativo nicaragüense, con pancartas y
discursos, los adversarios al megaproyecto acusaron al presidente del
país, Daniel Ortega, de ser "vendepatria" y "entregar la soberanía" a la
firma china hasta por cien años.
La oposición, que cargó una bandera nacional y un lazo negro en señal
de luto, denunció el pleno como "inconstitucional, fraudulento y lesivo a
los intereses de Nicaragua" las leyes aprobadas.
Los sandinistas, en cambio, destacaron las bondades económicas que
traería la construcción del Gran Canal Interoceánico, una obra que,
según el Gobierno, durará unos 10 años y costará 40.000 millones de
dólares, datos que no han sido confirmados por la firma china.
La obra incluiría un canal húmedo para naves y uno seco ferroviario,
oleoductos, puertos, pistas aéreas y zonas de libre comercio tanto en el
litoral Caribe como en el Pacífico.
El Gobierno sandinista calcula que, si la construcción del canal inicia
en mayo de 2014, el crecimiento económico del país sería de cerca del
11 % en 2014 y del 15 % en 2015.
De los noventa y
dos diputados del parlamento, dominado por el partido oficialista,
sesenta y uno votaron a favor de ceder la concesión a la compañía china,
veinticinco votaron en contra, otros cinco estaban ausentes en la
sesión plenaria y un diputado se abstuvo.
–No puede ser que noventa y tres diputados decidan por el destino de seis millones de nicaragüenses, -reivindicó ante las cámaras de TeleSUR uno de los líderes de la marcha de protesta, el diputado opositor Eliseo Nuñez.
Mientras,
durante la sesión parlamentaria que duró unas tres horas los apologetas
del proyecto del canal interoceánico trataban de convencer a todos que
su realización supone beneficios para la nación nicaragüense, pues si
todo va bien, para 2018 sería posible crear unos dos millones de nuevos
puestos de trabajo. He aquí los argumentos expuestos por Jenny Martínez,
presidenta de la Comisión para Infraesctutura del Frente Sandinista de
Liberación Nacional:
–Hoy nuestro país tiene la
oportunidad más que nunca de consumar este sueño y con él transformar
completamente la economía de nuestro país. Comenzando así a tener un
nuevo momento de oportunidades.
Su colega, el
diputado sandinista Edwin Castro trató de tranquilizar a aquellos que
ven en el proyecto a cargo de la firma china una amenaza para la
seguridad nacional de Nicaragua:
–Y
nunca Nicaragua pierde el dominio de las aguas ni de los territorios
porque es una concesión, no es una privatización como han estado
acostumbrados a hacer en los gobiernos neoliberales, donde casi han
privatizado el agua.
Recordemos
que la ley que daba el visto bueno a la construcción del canal
interoceánico fue firmada por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega,
hace un año, y antes de que se produjera la promulgación de esa
normativa legal, el gobierno sandinista había negociado sobre una
eventual participación en el proyecto con tales países como Rusia,
China, Venezuela, Japón, Corea del Sur, Brasil.
En esta
ocasión, apenas se informó de la decisión del parlamento de Nicaragua
de ceder la concesión a la compañía de Hongkong, el interés real de
participar el en proyecto fue manifestado por el Banco del ALBA. Ese
mismo día, el presidente de la entidad financiera, el venezolano Rafael
Isea, se expresó al respecto en Managua:
–Sabemos
que el gobierno nacional está impulsando un ambicioso proyecto de un
canal de conexión entre el Caribe y el Pacífico. El Banco del ALBA está
muy interesado también en valorar la posibilidad de participar en ese
proyecto que, estamos seguros, no solamente va a brindar un gran
beneficio para Nicaagua, sino que va a brindar un gran beneficio para
todo el continente.
Según los cálculos del gobierno nicaragüense, la construcción del Gran Canal Interoceánico podría durar unos diez años.
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