Foto: kinopoisk.ru
La citada película desconcertó al público del
país suramericano por su concreción y simplicidad, en contraposición con
las hollywoodenses que está acostumbrado a ver, atiborradas de una
serie de efectos especiales y creadoras de fantasías que confunden y
conducen al hombre a olvidar su propia realidad.
Cabe
destacar que esta película obtuvo el premio del jurado de la sección
“Una cierta mirada”, en el Festival de Cannes; el premio a la mejor
actriz, en el Festival Europeo de Sevilla; el premio a la mejor
dirección, en el Festival de Durban; así como los premios Asia-Pacífico a
la mejor dirección y actriz (N. Markina).
El filme
trata de un hombre rico y frío de nombre Vladímir, casado con una mujer
modesta y dócil llamada Elena. Cada uno de ellos tiene un hijo de un
matrimonio anterior, pero no forman una familia.
Cuando
surge un problema económico en la familia de Elena, Vladímir, su marido,
subraya los límites de la relación de manera fría y le aconseja a Elena
que se ciña estrictamente a los mismos. En ese momento, ella le echa en
cara a él la relación que sostiene con su hija, por lo que Vladímir
zanja el asunto negándose a discutirlo.
Pero la atención
continúa centrada en la solución de ese problema. El cineasta ruso
muestra lo esencial: el descarnado y certero retrato de las relaciones
humanas y familiares y de cómo el dinero lo cambia todo. Elena
es una película de formidable labor de creación de personajes, de
exquisita puesta en escena, apoyada por un impecable trabajo de
fotografía y acompañamiento musical que, sumados a la lucidez en la
exposición del amplio abanico temático, convierten el filme en una
experiencia fascinante.
En dicha película, la tercera
obra de Zviáguintsev, refleja hasta dónde puede llegar el hombre en su
rechazo a la moral, razón por la cual el director ruso dice: “Hemos
cambiado mucho como especie. En los últimos veinte años, el ser humano
se ha vuelto distinto. Ya no resulta extraño cometer un acto indecoroso.
Las ideas del humanismo prácticamente han perdido su impacto y
consistencia”.
Durante el ciclo de películas “Nuevos
Vientos en el Cine de Rusia”, inaugurado en la capital del país andino
el 17 de junio pasado y que durará hasta el 23 de este mismo mes, serán
proyectados entre otros filmes rusos:
Sol ardiente
(Nikita Mijalkov). Rusia, 1994. Con Oleg Ménshikov, Nikita Mijalkov.
Ganadora del Óscar a mejor película extranjera. Gran premio del Jurado y
premio del Jurado Ecuménico en el Festival de Cannes. 135 min.
El barbero de Siberia
(Nikita Mijalkov). Rusia, 1999. Con Julia Ormond, Oleg Ménshikov,
Richard Harris, Nikita Mijalkov, Vladímir Ilin. Premio a mejor actor del
Gremio Ruso de Críticos de Cine (V. Ilin). 179 min.
Caminos a Koktebel
(Borís Jlébnikov, Alexei Popogrebski). Rusia, 2003. Gleb Puskepalis,
Igor Chernevich, Evgenii Siti. Gran Premio del Jurado y premio a mejor
actor (G. Puskepalis) en el Festival de Cinemanila. Premio a dirección
en el Festival Karlovi Vari. Gran Premio del Jurado en el Festival de
Moscú. Premio a mejor dirección en el Festival de Wiesbaden. 105 min.
12
(Nikita Mijalkov). Rusia, 2007. Con Sergei Makovetski, Serguéi Garmash,
Alexei Petrenko, Nikita Mijalkov. Nominada al Oscar a mejor película de
habla no inglesa. Premio del público en el Festival de Karlovy Vary.
Nominada al León de Oro en el Festival de Venecia. 153 min.
El almirante
(Andréi Kravchuk). Rusia, 2008. Konstantín Jabenski, Liza Boyárskaya,
Serguéi Bezrúkov, Anna Kovalchuk. Oso de Cristal y Premio del Jurado
Joven en el Festival de Berlín. Premio del Público en el Festival Ale
Kino. Premio a mejor filme internacional en el Festival de Zúrich. 118
min.
Mongol
(Serguéi Bodrov). Rusia-Mongolia, 2007. Con Aliya, Tadanobu Asano,
Tegen Ao, Honglei Sun. Candidata al Oscar a mejor película de habla no
inglesa. Premio del Cine Asiático a mejor actor (H. Sun). Premio Nika a
mejor película, dirección, producción y sonido. Premio a mejor película
de habla no inglesa por National Board of Review, la Asociación de
Críticos de Las Vegas. 120 min.
rz/as/sm
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