Tres días antes de la elección del próximo Papa de la Iglesia Católica Romana, en la Capilla Sixtina fue fijada una chimenea especial, a través de la cual saldrá el humo cuyo color comunicará a todo el mundo sobre los resultados de la votación.
Si el Papa aún no ha sido elegido, de la chimenea saldrá
una columna de humo negro. Un humo blanco, acompañado del repicar de las
campanas de la Basílica de San Pedro, significará que los católicos ya
tienen un nuevo Sumo Pontífice.
La elección del Papa
transcurre en estricta confidencialidad. Los nombres de los candidatos
son escritos en papeletas y después de cada segunda votación las
papeletas son quemadas con paja y determinados productos químicos en una
estufa.
ml/mo
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