“Hasta el líder de la cosa nostra tenía una cuenta en la entidad financiera” del Vaticano denominada: Instituto para las Obras de Religión (IOR)
Entre los mejores negocios del mundo están el lavado de dinero de actividades ilícitas como el narcotráfico, la venta de armas, la trata de personas, entre otros. Estos negocios son los más rentables y por tanto la banca no puede estar alejada, sino por el contario tiene que facilitarlos, de ahí sus ingentes “ganancias”.
El “Banco de Dios” llegó también a América con la cruz y la espada, en la etapa colonial. El Dr. Francisco Xavier Eugenio de Santa Cruz y Espejo, antes de fallecer en noviembre de 1778, redactó su testamento ante el Notario y dejó a su hija Manuela para que “ella cobre mensualmente los intereses del tres por ciento de los mil pesos que deposité con los padres jesuitas”.
La enfermedad de la codicia -al igual que otras enfermedades mortales-, fue contagiada a nuestros aborígenes por parte de la santa madre iglesia católica, a un costo del 3%. Luego de transcurridos treinta años (1860) de independizarnos de la “madre patria”, llegó al Ecuador otro pirata español, que de la goleta Gerona, desembarcó en Guayaquil para crear el primer Banco denominado Luzarraga, en honor a su apellido y acuño billetes con su efigie y la de su esposa. Luego de hacer buenos negocios y demostrar todas sus cualidades, quebró al Banco y regresó a España, dejando profundas enseñanzas a los monaguillos que siguieron esa “exitosa” profesión.
“El IOR, fundado por el Papa Pío XII en 1942, tiene un patrimonio de $6 593 millones, distribuidos en 34 mil cuentas corrientes. Alrededor de 2 700 congregaciones religiosas, ministerios e instituciones de la Santa Sede y miles de obispos, sacerdotes, monjas, religiosos y más de 2 000 diplomáticos figuran entre sus principales clientes. El peor escándalo se dio en el pontificado de 26 años del Papa Juan Pablo II, que estalló a raíz de las relaciones financieras secretas entre el IOR y el Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, que fue asesinado por la mafia bajo un puente de Londres, en junio de 1982. Las maniobras financieras de Marcinkus y Calvi quebraron al Banco Ambrosiano: un bache de $1 400 millones arruinó a los clientes y ahorristas del primer banco católico italiano.”
“Benedicto XVI, al empezar su papado en abril de 2005, consideró una tarea prioritaria limpiar la reputación del Banco del Vaticano. No obstante, el informe presentado el año pasado por Moneyval, encontró que incumple ocho de 16 áreas claves para controlar el delito del blanqueo de dinero.
Incluso la salida en mayo de Ettore Gotti Tedeschi, exdirector del banco, obedecería a intereses ocultos.
En septiembre de 2009, cuando Gotti Tedeschi asumió la dirección del banco, elaboró un informe secreto en el que consignó cuentas que escondían dinero sucio de políticos, intermediarios, constructores y altos funcionarios de Estado. Hasta el capo de la mafia, Matteo Messina, jefe de la Cosa Nostra, tenía una cuenta ahí.”
“El nuevo titular del todopoderoso y controvertido Banco del Vaticano es un alemán de 55 años y presidente de la naviera Blohm Voss. El diario argentino Clarín reveló que Von Freyberg preside un grupo de astilleros que construye naves de guerra para la Marina alemana. La página web de esa compañía confirma la versión publicada por el rotativo. Blohm Voss fue la empresa que construyó el Bismarck, nave de guerra emblemática de la Segunda Guerra Mundial y orgullo de la Marina de Adolf Hitler.”
En el Ecuador, la práctica metódica y religiosa de la santa madre iglesia hace la que la “Compañía de Jesús S.A.” tenga sus mayores “valores” guardados en el Banco Pichincha y para asegurar que otro banqueros no desaparezca sus limosnas, trabajosamente obtenidas, impone la presencia de un vicario de Cristo en el Directorio del Banco, llamado José Rivas, padre jesuita español.
Es decir, lo sucedido en el Banco del Vaticano no es sorprendente ni nuevo para el Ecuador, por el contrario es el cumplimiento bíblico de la multiplicación milagrosa de los panes y los peces. Gracias a los “milagros” concedidos por el Vaticano, el Banco Pichincha es ahora el más grande banco del Ecuador.
La diferencia entre el Estado Vaticano y el Estado del Ecuador, es que en el primero el Jefe de Estado, entre otras causas, renuncia a su cargo por la corrupción de su Banco; en el segundo, el Estado persigue y condena a quien investiga la actividad del Banco Pichincha y mantiene en los altares a quienes cometen las más grandes fechorías. Los medios de comunicación encubren. El Estado ecuatoriano es más papista que el Papa.
El “Banco de Dios” llegó también a América con la cruz y la espada, en la etapa colonial. El Dr. Francisco Xavier Eugenio de Santa Cruz y Espejo, antes de fallecer en noviembre de 1778, redactó su testamento ante el Notario y dejó a su hija Manuela para que “ella cobre mensualmente los intereses del tres por ciento de los mil pesos que deposité con los padres jesuitas”.
La enfermedad de la codicia -al igual que otras enfermedades mortales-, fue contagiada a nuestros aborígenes por parte de la santa madre iglesia católica, a un costo del 3%. Luego de transcurridos treinta años (1860) de independizarnos de la “madre patria”, llegó al Ecuador otro pirata español, que de la goleta Gerona, desembarcó en Guayaquil para crear el primer Banco denominado Luzarraga, en honor a su apellido y acuño billetes con su efigie y la de su esposa. Luego de hacer buenos negocios y demostrar todas sus cualidades, quebró al Banco y regresó a España, dejando profundas enseñanzas a los monaguillos que siguieron esa “exitosa” profesión.
“El IOR, fundado por el Papa Pío XII en 1942, tiene un patrimonio de $6 593 millones, distribuidos en 34 mil cuentas corrientes. Alrededor de 2 700 congregaciones religiosas, ministerios e instituciones de la Santa Sede y miles de obispos, sacerdotes, monjas, religiosos y más de 2 000 diplomáticos figuran entre sus principales clientes. El peor escándalo se dio en el pontificado de 26 años del Papa Juan Pablo II, que estalló a raíz de las relaciones financieras secretas entre el IOR y el Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, que fue asesinado por la mafia bajo un puente de Londres, en junio de 1982. Las maniobras financieras de Marcinkus y Calvi quebraron al Banco Ambrosiano: un bache de $1 400 millones arruinó a los clientes y ahorristas del primer banco católico italiano.”
“Benedicto XVI, al empezar su papado en abril de 2005, consideró una tarea prioritaria limpiar la reputación del Banco del Vaticano. No obstante, el informe presentado el año pasado por Moneyval, encontró que incumple ocho de 16 áreas claves para controlar el delito del blanqueo de dinero.
Incluso la salida en mayo de Ettore Gotti Tedeschi, exdirector del banco, obedecería a intereses ocultos.
En septiembre de 2009, cuando Gotti Tedeschi asumió la dirección del banco, elaboró un informe secreto en el que consignó cuentas que escondían dinero sucio de políticos, intermediarios, constructores y altos funcionarios de Estado. Hasta el capo de la mafia, Matteo Messina, jefe de la Cosa Nostra, tenía una cuenta ahí.”
“El nuevo titular del todopoderoso y controvertido Banco del Vaticano es un alemán de 55 años y presidente de la naviera Blohm Voss. El diario argentino Clarín reveló que Von Freyberg preside un grupo de astilleros que construye naves de guerra para la Marina alemana. La página web de esa compañía confirma la versión publicada por el rotativo. Blohm Voss fue la empresa que construyó el Bismarck, nave de guerra emblemática de la Segunda Guerra Mundial y orgullo de la Marina de Adolf Hitler.”
En el Ecuador, la práctica metódica y religiosa de la santa madre iglesia hace la que la “Compañía de Jesús S.A.” tenga sus mayores “valores” guardados en el Banco Pichincha y para asegurar que otro banqueros no desaparezca sus limosnas, trabajosamente obtenidas, impone la presencia de un vicario de Cristo en el Directorio del Banco, llamado José Rivas, padre jesuita español.
Es decir, lo sucedido en el Banco del Vaticano no es sorprendente ni nuevo para el Ecuador, por el contrario es el cumplimiento bíblico de la multiplicación milagrosa de los panes y los peces. Gracias a los “milagros” concedidos por el Vaticano, el Banco Pichincha es ahora el más grande banco del Ecuador.
La diferencia entre el Estado Vaticano y el Estado del Ecuador, es que en el primero el Jefe de Estado, entre otras causas, renuncia a su cargo por la corrupción de su Banco; en el segundo, el Estado persigue y condena a quien investiga la actividad del Banco Pichincha y mantiene en los altares a quienes cometen las más grandes fechorías. Los medios de comunicación encubren. El Estado ecuatoriano es más papista que el Papa.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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