EL PAÍS DE NUESTRA UTOPÍA
Mis abuelos y mis padres no lo vieron y quizá yo no lo vea. Uno de mis ancestros se fue a la lucha contra los filibusteros y cayó heroicamente y también estuve allá y el jardín ha comenzado a florecer.
Aunque no lo vea, me siento feliz de preparar la tierra. Nuestros semilleros están sembrados y pronto van a comenzar a florecer.
Una patria feliz que ría y cante y permita al pueblo sentirse feliz y orgulloso de habitarla y engrandecerla, una patria para todos donde los niños crezcan para realizarse y no para morir en las calles dolientes, descuartizados por el hambre y el frio y la falta de un gobierno que luche por protegerlos y formarlos como los hombres y mujeres que la patria necesita.
Alimentada y fertilizada por la sangre histórica del pueblo, savia permanente de una estirpe heroica cuya teluria ha movido e inspirado continentes y su sabiduría ilumina nuestra existencia, nuestra patria está destinada a ser grande como sus hijos e hijas y ejemplo digno de la búsqueda de la verdad y con ella de la libertad de la especie humana.
Los campos nuestros han comenzado a florecer, cantan las escuelas y los ECOS cuidan la salud de nuestro pueblo, al fin se comienzan a dar cuenta de la importancia de nuestros hermanos y hermanas en el exilio económico-político y los esfuerzos por una cultura de paz y de justicia social se ha comenzado a sentir.
En nuestro Sur se alza la Primavera Latinoamericana y somos parte de esta hermosa floración libertaria, la voz de nuestros líderes está presente en la marcha indefectible e inexorable del pueblo hacia la conquista de lo que ayer fue la utopía de nuestros sueños,una patria donde reine la justicia social y la paz duradera, donde podamos vivir felices haciendo lo que a cada trabajador nos toque hacer en la construcción del socialismo.
Nuestra escuela se diversifica. La ciencia, la tecnología y el humanismo forman un tríptico pedagógico desprendido de las atalaya de nuestra filosofía educativa, se provee al estudiantado de útiles, uniformes, zapatos, alimentación y la alfabetización cubre nuestra patria, no es fácil, nada fácil, pero hemos arrancado.
Una generación de salvadoreños con visión de patria y humanidad dirigen los destinos de nuestra nación. Muchos no lo pueden ver, algunos no lo quieren ver, pero cuando el sol alumbra a diario hasta los ciegos están consciente de su presencia.
ADELANTE PATRIA TUYA Y MÍA, ADELANTE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE. EL PRESENTE Y EL FUTURO NOS PERTENECE.
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