Existe una
relación simbiótica de necesidad entre el pueblo y el partido. Por un lado, el
partido está formado por gente del pueblo y por el otro , el pueblo necesita al partido para ser
dirigido. Es tal dicha relación que si alguna de las partes se leja de la otra,
no hay lucha, ni progreso, sino estancamiento político e involución hacia
tiempos oscurantistas.
El triunfo del
pueblo el 2009 ha traído como resultado la recomposición y reestructuración de
fuerzas en ambos lados. La izquierda
echa una mirada profunda a las causas de la pérdida periférica en las recientes elecciones municipales y
legislativas y la derecha no confía en
su triunfo pírrico en las mismas.
Los movimientos
actuales de la derecha pueden resumirse
de la siguiente manera: Lucha permanente por desvirtuar la obra del actual
gobierno, desprestigiar a miembros de la Dirección del FMLN, de la militancia y del gobierno, apadrinamiento
de sectores reaccionarios vestidos de ovejas y usarlos como Sociedad Civil, inversión millonaria en clubes
proselitistas, en las Redes Sociales,
sectas, medios de comunicación, alcaldías recientemente ganadas e intentonas de
golpes de estado como ha sido y sigue siendo el caso de la Sala de Lo
Constitucional para manipular desde ahí todo el Sistema Judicial y su estrecha
relación con la derecha internacional para
manipular la vida interna de nuestro país y con la seudo anarquía local tratando de confundir al
pueblo.
Por el lado del
pueblo y del partido, tenemos que estar claros que nadie quiere volver a los
tiempos de la imposición vertical de la derecha, a los robos de cuello
blanco, al crimen organizado orquestado
por los gobiernos de los ricos, para
ello debemos y tenemos que estar trabajando de forma incondicional, permanente
y objetiva para fortalecer al partido y al pueblo, triunfar en las próximas
elecciones y profundizar los cambios iniciados por el actual gobierno.
Los tiempos
actuales exigen cambiar el discurso tradicional por algo actual, acercarnos más
al pueblo, al voto de género, de la juventud y al voto indeciso más que todo de la clase media residente en
la capital y su periferia.
Desde ya se tiene que formar los equipos de trabajo
que organicen a nivel territorial a todos los sectores sociales para que tanto
partido como pueblo nos fortalezcamos y
sugerir que la Dirección Partidaria envíe
lineamientos de unidad de
pensamiento sugiriendo la fraternidad contra la especulación, el
debate contra el pleito y señalando con claridad cuál es nuestro objetivo y quién es nuestro enemigo, ya que
muchas veces perdemos la brújula y no focalizamos en el verdadero enemigo por
estar peleando por debilidades sin importancia dentro del partido mismo. El
enemigo se nos mete en los Comités y desde ahi nos dividen, abramos los ojos.
Es sugerible que
se examine el trabajo de las Departamentales ya que de ahí se debe mejorar el
trabajo de los comités, demandando a los mismos que sean inclusivos y no seguir
corriendo a nadie del partido por motivos ajenos a nuestra lucha, al contrario
se tiene que fortalecer con la ciudadanía dándole confianza y educación
política adaptada a los niveles políticos y de escolaridad de cada grupo. Por otro lado, el partido
tiene que ordenar a los cuadros dentro del gobierno y asalariados del partido para que salgan de
sus oficinas y se empolven los zapatos haciendo el trabajo territorial.
Si se ama al
pueblo, se ama al partido y viceversa, los que así no lo hacen, jamás podrán
ganar la confianza del pueblo ni del partido mismo, por ello se debe de
orientar bien el trabajo aun con el enemigo, ya que en muchos casos, son enemigos gratuitos y no
ideológicos y con una metodología cuidadosa se pueden ganar esos sectores.
Hay una
diversidad de formas que se tienen que poner en práctica para el fortalecimiento del partido y bienestar del pueblo. El
tiempo apremia, hay que sacudir el "yo fui" por el "yo soy y hago" y los viejos como el que
escribe, lanzarnos sin temor a dejar trabados los pellejos, que el tiempo y la
lucha han curtido y puesto a favor de la lucha del pueblo.
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