Toda iniciativa venga de donde
venga que trate de
encontrarle una solución potable
a la
violencia organizada debería
ser bienvenida por
toda la ciudadanía salvadoreña.
Desde hace
ratos las pandillas se
erigieron como una fuerza criminal que
ha asolado en todo
aspecto la vida nacional de
tal forma que han
sido capaces de declarar
el estado de
sitio en el centro de San Salvador, parar
el tráfico inter departamental de ponerle
renta a quien
se les antoja, y
de llenar de sangre hasta el último rincón a
esta herida nación.
Ante dicho
situación se hace necesario que
tanto el gobierno, la
empresa privada y la
ciudadanía en general se unan
en un solo frente para proponer
soluciones que favorezcan
a la ciudadanía salvadoreña
y con ello al estado.
La iniciativa de la iglesia,
y del gobierno se
hace palpable en este momento, una
persona que se salva de
ser asesinada a diario,
suman trescientos sesenta y cinco en el año, sin
embargo, ello no es lo que el
estado salvadoreño demanda y merece sino la
completa erradicación de la violencia
venga de donde venga.
Un problema
como la
violencia organizada no tiene
soluciones fáciles dado a
que las causas son las resultantes
de la acumulación de
factores sociales que tienen
sus bases en la
economía, tales como la
falta de oportunidades para la
juventud y la ciudadanía en
general, que a
la vez es la
resultante de la desproporciona reparto
de las riquezas nacionales.
El actual
gobierno, está haciendo lo
que otros debieron haber hecho
cuando el problema era incipiente y no se le puede acusar
de ser responsable del
caso sino de la obligatoriedad
que como gobierno
tiene de ofrecer
a la ciudadanía una nación estable donde
se pueda trabajar y
vivir en paz.
La ciudadanía
celebra todo esfuerzo tanto
estatal como privado que busque solucionar el roblema y llamamos a todos los sectores nacionales a unirnos en caravanas permanentes por la paz de nuestra querida nación!
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