Por Víctor Manuel Barceló R.
Hace dos décadas
ocurrieron en Argentina eventos que culminaron con la privatización de casi todo
lo que el Estado conducía en el proceso económico interno. No era reacción
singular del gobierno en turno. En todo el orbe se había infiltrado la
tendencia neoliberal de eliminar la participación del Estado en la economía,
para ponerla en manos del mercado. Este se regularía por si solo y permitiría
mejores resultados en las empresas, bajo la conducción privada, ya que el
Estado demostraba su incapacidad para ello.
Por supuesto que esto estaba enmascarado; contradecía determinaciones
soberanas, basadas en constituciones y leyes reglamentarias de los países para
controlar, nacionalmente, el manejo de sus recursos naturales, desde su
extracción, transformación y uso. Ello no restringía su colocación en mercados
internacionales, pero permitía apuntalar estrategias nacionales, incluso
regionales que se pretendieron con las primeras organizaciones de integración,
fundamentalmente.
En la cátedra y después lo corroboramos en los organismos económicos
regionales –nuestro caso la Comisión Económica para América Latina(CEPAL)- se
nos enseñó y encausó al uso racional de nuestros recursos –para el caso los
energéticos- con el objeto de que adquiriesen calidad de impulsores de la formación
y crecimiento de mercados internos –con sus secuelas de empleo y nuevas
inversiones- ruta incuestionable para avanzar a la equidad social.
Cincuenta años antes ocurrieron hechos que corroboraban tal tesis de
crecimiento económico y justicia social. Baste recordar, en Argentina, Arturo
Frondizi lleva al país al autoabastecimiento de hidrocarburos. La expropiación petrolera mexicana consumada
por el General Lázaro Cárdenas, el 18 de marzo de 1938, da el banderazo al
crecimiento mexicano con el Plan Sexenal y los subsiguientes planes, que dieron
a la economía incrementos por arriba del 6% anual. Pero volvamos a la realidad
vigente y veamos razones y consecuencias de la determinación del gobierno
Argentino, para expropiar Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) que había
sido vendido hace dos décadas a la española Repsol.
El 16 de abril pasado, Cristina Kirchner, en atención a las cuentas
fiscales y el sistemático agotamiento de las reservas de YPF, terminando con el
autoabastecimiento energético del país, anunció la “expropiación” de
Repsol–YPF. Casi 10.000 millones de dólares anuales se importan de energéticos.
La decisión tomada abrió debate: España “rompe relaciones de fraternidad con
Argentina”; el gobierno de E.U., la CE y la titular del FMI, condenan la
medida.
Se conoce que, el Proyecto de Ley –en revisión- a enviarse al Congreso
señala: Estado Nacional 26% de acciones; provinciales 25%; familia Eskenazi
25%, el resto, Repsol y accionistas privados. Por ello el gobierno dice que
“retoma el control y la administración”, pero no la totalidad de la propiedad.
El resto de empresas de hidrocarburos, seguirán en manos privadas.
Por otra parte, la nueva YPF requerirá grandes inversiones para servir
a los intereses generales de la nación, además del gasto en indemnización a
quienes poseía las acciones que controlará el gobierno. Al interior del país se
discute la necesidad de dinero fresco, considerando –entre otros- el aumento al
precio de combustibles a usuarios para financiar inversiones. Pero esta es la
situación gruesa, la visible. Hay otros elementos a considerar.
El nuevo control de YPF por el Estado
argentino se inserta en la tendencia al control mayoritario de reservas de
petróleo y gas natural, por empresas estatales y paraestatales. El Financial Times(Londres) denomina
"Las Nuevas Siete Hermanas" a: -la saudita Aramco, rusa Gazprom,
china CNPC, iraní NIOC, venezolana PDVSA, brasileña Petrobras y malasia
Petronas-.
En un artículo del 11 de marzo del 2007, la City de Londres apreció:
"Abrumadoramente estatales, controlan casi un tercio de la producción
mundial de petróleo y gas y más de una tercera parte de reservas totales de
petróleo y gas. En contraste, las viejas siete hermanas -…cuatro en la
consolidación de la industria en 1990- controlan solamente el 3% de las reservas”.
Robin West, de PFC Energy, dice:
"la razón por la cual las…originales eran tan importantes se debió a que
ellas hacían las reglas; controlaban la industria y los mercados. Ahora, estas
nuevas…ponen las reglas y petroleras internacionales son las que cumplen las
reglas".
Para la regulación del mercado de hidrocarburos -manipulado
especulativamente por agencias ligadas al sistema financiero global- el mercado
de gas natural tiende a concentrarse en contratos entre productores y
consumidores.
Un estimado de la Agencia Internacional
de Energía (AIE) señala que a finales de la década del 2040, 90% de la oferta
de hidrocarburos vendrá de países en desarrollo.
Habrán de considerarse
nuevos factores: el descubrimiento de yacimientos en la capa del pre-sal, en la
costa brasileña, que ocasiona investigaciones y exploraciones en otras áreas
oceánicas, con formaciones geológicas análogas (Golfo de México y costa
occidental de África). También el desarrollo de tecnología para explotación del
gas de lutitas (shale gas), que involucra fracturación del depósito rocoso,
mediante chorros de arena a la
alta presión y compuestos químicos, para liberar el gas.
El Servicio Geológico de EU (USGS)
anota a Argentina como la tercera reserva potencial de gas de lutitas del
mundo, atrás de China y EU. En diciembre, la YPF-Repsol anunció el hallazgo del
mayor yacimiento de petróleo y gas de su historia, en la formación geológica Vaca
Muerta (entre Neuquén y Mendoza). Levantamientos preliminares estiman en 927
millones de barriles de petróleo las reservas, con potencial a 4 mil millones
de barriles equivalentes, quintuplicando reservas oficiales de la empresa (El País,7-Nov-2011).
No obstante tales potencialidades -y
tal vez, a causa de ellas- entra el tema básico: ¿Cómo debe operar una empresa
como la YPF-Repsol, en un sector vital para la entidad?. Cuando la YPF fue
privatizada (1993), los rendimientos de los accionistas debían tener prioridad.
De allí que los gobiernos nacionales aseguraran escenarios para que ello
ocurriera y sostener al alza los intereses de "inversionistas". Estas
son políticas públicas de la mayoría de los países.
Repsol operó a YPF como partida preferencial
de recursos para inversiones en otras áreas (Financial Times 16 de abril de 2012). "…la YPF era la
gallina de los huevos de oro, reinvirtiendo las ganancias en otras áreas”. Tal
política mermó la solvencia y productividad de YPF, contribuyendo a que, entre
2004 y 2011, la producción nacional cayera casi 20% y la de gas, 13%. Para
2011, el país ya era importador neto de petróleo, por primera vez en décadas.
Argentina por segunda vez se enfrenta
al "globalismo". Primero con la moratoria en 2003 y la posterior renegociación
histórica de deuda de títulos públicos -que incluyó descuento superior al 80%-.
El país demostró de nuevo, que "inversionistas internacionales" pueden
ser doblegados por un Estado, sintonizado con motivos superiores de su pueblo.
Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com
Puebla, Pue. 22-abril-2012
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