Hace 6 años se puso en vigencia el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, conocido como CAFTA-DR. Se inauguraba así, desde la perspectiva del gobierno de turno y los ideólogos del capital el camino hacia la superación de los problemas del desarrollo, en realidad, lo deseado era convertirlo en un factor de crecimiento de la economía salvadoreña.
Todos los argumentos giraban en torno a las enormes posibilidades que habría al acceder sin restricciones comerciales e impositivas al más grande mercado mundial. En otras palabras, aquel primero de marzo era de fiesta para el gobierno y los empresarios. En cambio para los sectores populares, para las organizaciones sociales esta fecha se constituyó en un día más de lucha, de resistencia, con la convicción de que con el CAFTA-DR mas bien se iban a profundizar los lazos de dependencia respecto a Estados Unidos y que la mayoría de la población salvadoreña y de los empresarios, medianos, pequeños y algunos de la gran empresa, resultarían en los grandes perdedores de dicho tratado.
Seguimos considerando que el tiempo transcurrido no es suficiente para llegar a conclusiones definitivas, pero como hemos dicho en otras oportunidades, cada año que pasa, es un año que nos deja más evidencias de toda la falacia que envolvió y envuelven los tratados de libre comercio.
Al cumplirse 6 años, el mundo en general y el país en particular se encuentran en crisis, continuidad de la que explotó en el 2008, que se ha extendido con mucha mas fuerza hacia Europa, cuya zona Euro se debate entre su continuidad o el colapso total.
Los últimos tres años nos han demostrado que esta crisis no solo es financiera y de producción, es además una crisis energética, de alimentos, de recursos y sobre todo ambiental, lo cual la hace totalmente diferente, mucho más graves y global que las crisis que se ha presentado en los años anteriores, incluso, a la gran depresión de los años 30 del siglo pasado y que de nuevo pone a la orden del día las guerras como el camino para superarla.
Este contexto de crisis nos ayuda a demostrar que los tratados de libre comercio no son pensados en función de la población, que los argumentos esgrimidos en torno a los supuestos beneficios que estos generan son solo promesas, o mejor, mentiras expresadas en función de lograr apoyo social y político a este tipo de estrategias comerciales. En realidad son una estrategia de las grandes empresas transnacionales y transnacionalizadas, quienes efectivamente son ganadoras por la crisis y por el CAFTA- DR.
Durante la vigencia del CAFTA-DR, en términos de país no se observan cambios fundamentales en la estructura económica del país, la composición de las exportaciones sigue siendo prácticamente la misma, y el aporte porcentual a las mismas no presentan cambios significativos, el crecimiento de la economía ha sido insignificante, y en el año 2009 fue negativa.
Para el 2012 se espera que el crecimiento de la economía sea de 2.5% aunque ya empieza a revisarse hacia la baja. Igualmente ha sucedido con las inversiones extranjeras, estas no se han presentado en los montos que se esperaban, pero sobre todo no han estado en función de potenciar el sector real de la economía, han sido los servicios, y sobre todo el sector financiero, el principal receptor de dichas inversiones, expresadas en la compra de la banca por grandes empresas financieras como Citi Bank y HSBC.
De acuerdo al Banco Central de Reserva, BCR, las exportaciones totales tanto para el año 2010 como para el año 2011, fueron de 4,499.2 millones de dólares y 5,308.8 millones de dólares respectivamente, es decir, se experimento un crecimiento en términos absolutos de 809.6 millones de dólares. En cambio si observamos las importaciones para los mismos años, tenemos que en el 2010 las importaciones totales fueron de 8,498.2 millones de dólares y para el 2011 fueron de 10,118.2 millones de dólares, experimentando un crecimiento de 1,620 millones de dólares es decir, el doble de lo que se ha exportado.
Si lo observamos por la vía de la diferencia entre las exportaciones totales y las importaciones totales, es decir la balanza comercial comparando el 2010 y el 2011, tenemos un incremento del déficit fiscal de 4,809.4 millones de dólares, lo cual es consistente con el comportamiento del sector externo en los últimos 6 años. Hay que tener en cuenta que el intercambio comercial con Estados Unidos representa un poco más del 50 % de todo el comercio exterior de El Salvador.
Esta relación comercial deficitaria a favor de Los Estados Unidos profundiza, también, el nivel de dependencia en materia de precios y productos de consumo, lo cual es resentido por la población, sobre todo dada la carestía de los productos de consumo básico, en tanto estos son o producidos en Estados Unidos o son producidos con materias primas o bienes intermedios importados de ese país.
Lo más preocupante está asociado a la importación de granos básicos, por un lado, una parte importante del consumo de arroz, frijoles y maíz se importa de otros países; en el caso de maíz y arroz se compra a los Estados Unidos lo cual a su vez impacta en los precios de los mismos, en tanto nuestro país es tomador de precio, es decir los costes son impuestos por los proveedores, ello determina y explica los incrementos en los montos de estos productos que han alcanzado en algunos casos aumentos en un 100%, como sucedió con el maíz blanco durante el 2011.
Por otro lado, el flujo de las inversiones extranjeras directas no ha sido consistente durante los años de vigencia del CAFTA-DR, y no han sido masivas como se esperaba, sin embargo, se ha reafirmado que el principal proveedor de inversiones en el país es Estados Unidos.
Las inversiones extranjeras directas para el año 2010, alcanzaron un total de $5,966 de estas $2,527 millones fueron inversiones provenientes Artículo de Opinión lo que de Estados Unidos, representan un 42.36% del total.
Los datos expuestos contribuyen a afirmar, que en los últimos 6 años el nivel de dependencia o quizás la entrega de nuestra soberanía a Estados Unidos se ha incrementado por mucho, no solo en materia económica sino en materia política y de seguridad, a eso apunta las iniciativas del Asocio Para El Crecimiento pactado por Estados Unidos y El Salvador y la iniciativa del Asocio Público-privado, cuya apuesta principal, es entregar a manos de las grandes empresas transnacionales lo queda por privatizar en el país, principalmente en la esfera de los servicios y recursos naturales.
En medio de la crisis y los resultados a la fecha en materia de crecimiento, comercio exterior e inversiones, refleja que los tratados de libre comercio en general y el CAFTA-DR en particular no son factores de crecimiento y dinamizadores de la economía de nuestros países, igualmente refleja que los beneficios ofrecidos en realidad llegan a los sectores empresariales más poderosos y que no se irradian a la mayoría de los sectores sociales.
Por esa razón, no estamos de acuerdo en la ratificación del tratado de libre comercio con La Unión Europea, rechazamos las negociaciones del tratado de libre comercio con Canadá, que obviamente tiene el propósito de abrirle paso a la explotación minera.
Consideramos que el momento demanda una análisis más serio sobre la realidad del país, que se construyan colectivamente políticas a favor de las mayorías que siempre han sido marginadas de estos procesos y que estén pensadas a partir de la capacidades y necesidades del país.
Fuente: http://ceicom.org.sv/pdf/ceicom_cafta_6vigencia_020312.pdf
Todos los argumentos giraban en torno a las enormes posibilidades que habría al acceder sin restricciones comerciales e impositivas al más grande mercado mundial. En otras palabras, aquel primero de marzo era de fiesta para el gobierno y los empresarios. En cambio para los sectores populares, para las organizaciones sociales esta fecha se constituyó en un día más de lucha, de resistencia, con la convicción de que con el CAFTA-DR mas bien se iban a profundizar los lazos de dependencia respecto a Estados Unidos y que la mayoría de la población salvadoreña y de los empresarios, medianos, pequeños y algunos de la gran empresa, resultarían en los grandes perdedores de dicho tratado.
Seguimos considerando que el tiempo transcurrido no es suficiente para llegar a conclusiones definitivas, pero como hemos dicho en otras oportunidades, cada año que pasa, es un año que nos deja más evidencias de toda la falacia que envolvió y envuelven los tratados de libre comercio.
Al cumplirse 6 años, el mundo en general y el país en particular se encuentran en crisis, continuidad de la que explotó en el 2008, que se ha extendido con mucha mas fuerza hacia Europa, cuya zona Euro se debate entre su continuidad o el colapso total.
Los últimos tres años nos han demostrado que esta crisis no solo es financiera y de producción, es además una crisis energética, de alimentos, de recursos y sobre todo ambiental, lo cual la hace totalmente diferente, mucho más graves y global que las crisis que se ha presentado en los años anteriores, incluso, a la gran depresión de los años 30 del siglo pasado y que de nuevo pone a la orden del día las guerras como el camino para superarla.
Este contexto de crisis nos ayuda a demostrar que los tratados de libre comercio no son pensados en función de la población, que los argumentos esgrimidos en torno a los supuestos beneficios que estos generan son solo promesas, o mejor, mentiras expresadas en función de lograr apoyo social y político a este tipo de estrategias comerciales. En realidad son una estrategia de las grandes empresas transnacionales y transnacionalizadas, quienes efectivamente son ganadoras por la crisis y por el CAFTA- DR.
Durante la vigencia del CAFTA-DR, en términos de país no se observan cambios fundamentales en la estructura económica del país, la composición de las exportaciones sigue siendo prácticamente la misma, y el aporte porcentual a las mismas no presentan cambios significativos, el crecimiento de la economía ha sido insignificante, y en el año 2009 fue negativa.
Para el 2012 se espera que el crecimiento de la economía sea de 2.5% aunque ya empieza a revisarse hacia la baja. Igualmente ha sucedido con las inversiones extranjeras, estas no se han presentado en los montos que se esperaban, pero sobre todo no han estado en función de potenciar el sector real de la economía, han sido los servicios, y sobre todo el sector financiero, el principal receptor de dichas inversiones, expresadas en la compra de la banca por grandes empresas financieras como Citi Bank y HSBC.
De acuerdo al Banco Central de Reserva, BCR, las exportaciones totales tanto para el año 2010 como para el año 2011, fueron de 4,499.2 millones de dólares y 5,308.8 millones de dólares respectivamente, es decir, se experimento un crecimiento en términos absolutos de 809.6 millones de dólares. En cambio si observamos las importaciones para los mismos años, tenemos que en el 2010 las importaciones totales fueron de 8,498.2 millones de dólares y para el 2011 fueron de 10,118.2 millones de dólares, experimentando un crecimiento de 1,620 millones de dólares es decir, el doble de lo que se ha exportado.
Si lo observamos por la vía de la diferencia entre las exportaciones totales y las importaciones totales, es decir la balanza comercial comparando el 2010 y el 2011, tenemos un incremento del déficit fiscal de 4,809.4 millones de dólares, lo cual es consistente con el comportamiento del sector externo en los últimos 6 años. Hay que tener en cuenta que el intercambio comercial con Estados Unidos representa un poco más del 50 % de todo el comercio exterior de El Salvador.
Esta relación comercial deficitaria a favor de Los Estados Unidos profundiza, también, el nivel de dependencia en materia de precios y productos de consumo, lo cual es resentido por la población, sobre todo dada la carestía de los productos de consumo básico, en tanto estos son o producidos en Estados Unidos o son producidos con materias primas o bienes intermedios importados de ese país.
Lo más preocupante está asociado a la importación de granos básicos, por un lado, una parte importante del consumo de arroz, frijoles y maíz se importa de otros países; en el caso de maíz y arroz se compra a los Estados Unidos lo cual a su vez impacta en los precios de los mismos, en tanto nuestro país es tomador de precio, es decir los costes son impuestos por los proveedores, ello determina y explica los incrementos en los montos de estos productos que han alcanzado en algunos casos aumentos en un 100%, como sucedió con el maíz blanco durante el 2011.
Por otro lado, el flujo de las inversiones extranjeras directas no ha sido consistente durante los años de vigencia del CAFTA-DR, y no han sido masivas como se esperaba, sin embargo, se ha reafirmado que el principal proveedor de inversiones en el país es Estados Unidos.
Las inversiones extranjeras directas para el año 2010, alcanzaron un total de $5,966 de estas $2,527 millones fueron inversiones provenientes Artículo de Opinión lo que de Estados Unidos, representan un 42.36% del total.
Los datos expuestos contribuyen a afirmar, que en los últimos 6 años el nivel de dependencia o quizás la entrega de nuestra soberanía a Estados Unidos se ha incrementado por mucho, no solo en materia económica sino en materia política y de seguridad, a eso apunta las iniciativas del Asocio Para El Crecimiento pactado por Estados Unidos y El Salvador y la iniciativa del Asocio Público-privado, cuya apuesta principal, es entregar a manos de las grandes empresas transnacionales lo queda por privatizar en el país, principalmente en la esfera de los servicios y recursos naturales.
En medio de la crisis y los resultados a la fecha en materia de crecimiento, comercio exterior e inversiones, refleja que los tratados de libre comercio en general y el CAFTA-DR en particular no son factores de crecimiento y dinamizadores de la economía de nuestros países, igualmente refleja que los beneficios ofrecidos en realidad llegan a los sectores empresariales más poderosos y que no se irradian a la mayoría de los sectores sociales.
Por esa razón, no estamos de acuerdo en la ratificación del tratado de libre comercio con La Unión Europea, rechazamos las negociaciones del tratado de libre comercio con Canadá, que obviamente tiene el propósito de abrirle paso a la explotación minera.
Consideramos que el momento demanda una análisis más serio sobre la realidad del país, que se construyan colectivamente políticas a favor de las mayorías que siempre han sido marginadas de estos procesos y que estén pensadas a partir de la capacidades y necesidades del país.
Fuente: http://ceicom.org.sv/pdf/ceicom_cafta_6vigencia_020312.pdf
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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