El Partido Comunista de Grecia (KKE) y el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) han decidido realizar una declaración conjunta ante los complejos desarrollos de la crisis capitalista y la salvaje ofensiva del capital contra la clase obrera y los sectores populares pobres, tanto en Grecia como en España, así como en el conjunto de Europa.
El capitalismo no puede resolver los problemas del pueblo
Las causas de la crisis, que es una crisis del propio modo de producción capitalista, una crisis de sobre-acumulación de capital, subrayan los límites del sistema capitalista y la necesidad de su derrocamiento, así como la vigencia y oportunidad del socialismo.
Las fuerzas burguesas y oportunistas están quedando en evidencia día a día, particularmente el Partido de la Izquierda Europea, quienes durante algún tiempo han estado hablando del capitalismo de casino, de que la crisis ha sido causada por el neo-liberalismo, de que se trata de una crisis del sistema financiero o de una crisis de deuda. Estas fuerzas han sido puestas en evidencia por el propio desarrollo de la crisis. Las propuestas del PIE relativas a “un desarrollo capitalista favorable a los pueblos” y al recurso a préstamos variados por medio del BCE, que la clase obrera y los sectores populares pobres van a tener que pagar, están hechas a la medida del gran capital y de sus intereses.
Las fuerzas, burguesas y oportunistas, que saludaron y apoyaron a la UE, que votaron a favor del Tratado de Maastricht y de la Unión Económica y Monetaria, también han sido puestas en evidencia por los propios acontecimientos. Hoy en día, esas fuerzas que fomentaron y siguen fomentando sistemáticamente una serie de ilusiones sobre una “construcción favorable a los pueblos” de la UE, sobre su supuesta refundación, se han visto desmentidas. La barbarie anti-obrera, que está siendo promovida por la UE y los gobiernos burgueses - bien sean liberales o socialdemócratas, de centro derecha o de centro izquierda - sirve al capital mediante la generación de increíbles beneficios y mediante la ruina de los trabajadores. La UE y los gobiernos burgueses promueven este permanente estado de barbarie a través de salvajes recortes en los salarios, en las pensiones, en las indemnizaciones por despido, con el trabajo impagado y el saqueo de los fondos de la seguridad social, a través de una fortísima imposición fiscal y las privatizaciones. El masivo incremento de la pobreza y el dramático incremento del paro revelan la agresividad del capital y su objetivo de abaratar el precio de la fuerza de trabajo, de destruir masivamente fuerzas productivas para poner a salvo su rentabilidad en las condiciones de la crisis.
Ante este objetivo, la competencia interimperialista se está agudizando y profundizando, demostrando que la UE no es una unión de pueblos, sino que ha sido y es una unión de imperialistas que no puede convertirse en favorable para los pueblos. La ansiedad que el PIE y otras fuerzas oportunistas están demostrando en cuanto a la salvación de la UE y su propaganda para embellecerla, subrayan su carácter de fieles servidores de la perpetuación del capitalismo y de la explotación de clase.
La UE está al servicio de la estrategia del capital para obtener una fuerza de trabajo más barata en el marco de la competencia con el resto de estados y uniones imperialistas. Esta estrategia explica por qué existe una tendencia general, no sólo en Grecia y España, sino en toda Europa, a adoptar medidas salvajes que suponen un ataque al pueblo e incrementan los beneficios de los monopolios. El PIE se somete a esta estrategia en sus Estatutos y con la aceptación de los “principios de la UE”, que están al servicio del capital. La UE no es un contrapeso a los EEUU ni los pueblos deberían verse forzados a elegir entre imperialistas, como hacen los oportunistas y el PIE. Objetivamente, la crisis capitalista, el realineamiento de las potencias imperialistas y su competencia intensificada, avivan nuevos focos de guerra y de masacre de los pueblos. Los pueblos deben rechazar firmemente derramar su sangre en beneficio de la burguesía.
El derrocamiento del capitalismo, y no su gestión, es la salida
Los acontecimientos subrayan que no puede volverse al pasado. Ninguna propiedad estatal ampliada, en el terreno del dominio de los monopolios, puede traer un resultado positivo para los pueblos en las condiciones del mercado capitalista liberalizado. Ningún “polo de bancos estatales”,i ninguna supuesta transformación del BCE en beneficio de los pueblos, ningún supuesto “fondo social” en beneficio de los pueblos, puede suponer una salida para la clase obrera y los sectores populares pobres.
La soberanía y la democracia no pueden existir sin la salida de todo país de la UE, junto con el derrocamiento del poder del capital. Hoy es necesaria la unión clasista, el reagrupamiento del movimiento obrero, la alianza popular de los trabajadores y los sectores populares pobres para luchar por el poder obrero. La formación de un polo clasista en el movimiento obrero es una condición necesaria para la correcta orientación de las luchas.
La esperanza reside en la lucha de clases
Saludamos las grandes luchas obreras en Grecia, España y muchos otros países, con los comunistas y las fuerzas clasistas en primera línea. Estas luchas se multiplicarán. Particularmente saludamos la magnífica huelga de los metalúrgicos griegos. Esta lucha, así como las huelgas generales, demuestran en la práctica que la batalla crucial no tendrá lugar en las plazas con los “ciudadanos indignados”, o en el diálogo social de los representantes pactistas de la CSI/CES. La ira y la indignación, para tener alguna posibilidad, deben ser expresadas en los centros de trabajo, donde se resuelve la lucha de clases, en oposición a la denominada “cohesión social” y el diálogo social promovido y apoyado por la socialdemocracia, el PIE y las confederaciones sindicales pactistas de la CSI y la CES.
En nuestros países, la existencia y la actividad de un polo clasista diferenciado es un recurso y un legado para la lucha de la clase obrera y los sectores populares pobres. El Frente Militante de todos los Trabajadores (PAME) en Grecia, así como los incipientes Comités para la Unidad Obrera (CUO) en España, constituyen un valioso apoyo porque promueven la lucha de clases, denuncian el papel de zapa de las direcciones pactistas del movimiento sindical y organizan la lucha de la clase obrera contra el capital.
El KKE y el PCPE fortalecerán sus iniciativas conjuntas tanto en sus países como en el seno del Movimiento Comunista Internacional para dar fuerza, en el seno de la clase obrera y los sectores populares, a la perspectiva forjada por la estrategia revolucionaria de una implacable lucha de clases en favor del poder obrero. La Revista Comunista Internacional juega un papel especial y contribuye particularmente a este objetivo. Se trata de una iniciativa de las revistas teóricas de partidos comunistas con el objetivo de reforzar la dirección marxista-leninista en el movimiento comunista internacional, como condición necesaria para su necesario reagrupamiento.
El Socialismo es necesario, vigente y oportuno y es la única salida
Los burgueses y oportunistas que saludaron el derrocamiento del socialismo, que hablaron del “período de libertad, prosperidad y paz”, han sido completamente puestos en evidencia. Hoy el PIE carga con una especial responsabilidad por la histeria anticomunista, dado que aceptó el núcleo de la ofensiva de la clase burguesa al negar y difamar el socialismo real, promoviendo el “socialismo del siglo XXI”, que no es otra cosa que capitalismo con “rostro humano”, algo que no puede existir. La añoranza por el socialismo, en los países en los que se construyó, está creciendo. Los pueblos que vivieron el socialismo no lo olvidan. Los PPCC pueden hoy extraer conclusiones relativas a las leyes de la construcción socialista que fueron violadas y a los errores que se cometieron. Las nuevas revoluciones socialistas tendrán ante sí un legado, el socialismo que conocimos, la superioridad de la economía socializada y planificada centralmente, sin capitalistas ni explotación, sin crisis ni paro, con la salida de la OTAN y la UE, sin incertidumbres ante el futuro, donde la clase obrera esté al mando y tenga el control, la clase que tomará en sus manos las riendas del poder.
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