Me voy a envolver en una gran bandera del FMLN y me iré a recorrer las calles de mi patria y pediré como un Moisés nativo al pueblo que me siga, que se una a esta cruzada de amor y libertad.
Sacaré de mi corazón esa gran bandera roja, símbolo de lucha, justicia y libertad y como viejo trashumante llenaré de rojo todos los rincones de mi patria y gritaré a los cuatro vientos como siempre lo he hecho; VIVA LA LUCHA DEL PUEBLO SALVADOREÑO Y DE LOS PUEBLOS REVOLUCIONARIOS DE LA TIERRA!
Caminaré como el viejo Diógenes de Laercio, buscando al ser nuevo con que soñara el Che y en lugar de la antorcha de Diógenes haré flamear mi Roja Bandera, la bandera de mi partido tejida con los hilos de la heroica lucha de nuestro pueblo.
Muchos creerán como siempre han creído que estoy loco, lo acepto, naci loco y me siento feliz de estar loco por amor a mi patria, al partido, a la libertad y a la justicia social.
Sueño con una inmensa Bandera Roja flameando en todos los hogares del pueblo salvadoreño, me refiero al pueblo y no a los explotadores del mismo.
Para que nadie olvide el color de la sangre vertida de nuestras heridas, ahí está nuestra Roja Bandera, nieta de Anastasio Aquino, hija de Farabundo Martí y Madre de la Revolución Salvadoreña.
Llevemos todos nuestra bandera en las venas, en el alma, en el corazón, llevémosla hasta el último rincón y gritemos: VIVA LA REVOLUCION!
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