Australia anunció nuevas sanciones contra Irán en respuesta al incumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU respecto a su programa nuclear. La declaración fue hecha este martes por el ministro de Exteriores de Australia, Kevin Rudd.
Las sanciones adicionales se dirigirán "contra individuos y entidades implicadas en los programas nucleares y de misiles" y además Australia "restringirá el comercio con los sectores financieros y petroleros de Irán", dijo Rudd en un comunicado.
De acuerdo con el jefe de la diplomacia australiana, las nuevas sanciones de Australia fueron anunciadas tras los ataques en Teherán contra la embajada británica el 29 de noviembre y después de que el último informe de la OIEA acusara a Irán de haber trabajado en la tecnología necesaria para fabricar armas nucleares.
Anteriormente, Australia introdujo una serie de restricciones sobre los negocios en el ámbito petróleo y gasífero con Irán. Las sanciones incluyen la prohibición del comercio de armas y materiales de doble uso que pueden ser utilizados para desarrollar armas nucleares, así como armas químicas y biológicas.
La primera ministra australiana, Julia Gillard. subrayó que el endurecimiento de sanciones por parte de Australia contra el país islámico coincide con la posición de EE. UU., varios miembros de la UE y otros países, que recientemente anunciaron una ronda de medidas contra Teherán.
Últimamente Irán se encuentra bajo la tensa presión de Occidente. A finales de noviembre EE. UU., el Reino Unido y Canadá anunciaron sanciones contra los sectores energéticos y financieros de Irán. Londres prohibió todas las transacciones con el Banco Central de Irán, mientras que París y Ámsterdam anunciaron medidas similares.
Mientras tanto, Teherán niega que su plan nuclear tenga fines armamentistas y asegura que solo busca satisfacer su demanda interna de energía eléctrica. Además, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, calificó a los países europeos de "marionetas" en manos de EE. UU.
El locutor de radio y bloguero independiente Stephen Lendman cree que la fuerte presión y las medidas contra el país islámico son parte de un complot EE. UU. contra Irán que ya lleva varias décadas.
"Desde la década de los años 70 EE. UU. estuvo casi en guerra con Irán, consiguiendo cambiar el régimen, para que correspondiera mejor a los intereses de EE.UU. Irán, a su vez, está firme en su posición, que tiene derecho a su propia soberanía, tener su propio gobierno, llevar a cabo sus propios asuntos y que no tiene que responder a Washington. Washington no está de acuerdo con esto y de ahí sale el conflicto", dijo el experto.
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