No podía dormir. En la sucia king size producto de la venta de sus ex compañeros@ colgaba un gran cuadro de “La Tandona” y un enorme zancudero con los colores de la Alianza Nacionalista. No terminaba de cerrar sus ojos bolsudos por tanto desvelo cuando sentía y veía que un montón de cangrejos colorados se abalanzaban sobre su macilento cuerpo arrugado y poblado de pellejos cansados del sufrimiento auto acusatorio. Veía a su ex mujer y a sus ex tres hijas todas harapientas y condenándolo por su traición. Les pedía perdón y veía como las imágenes harapientas se alejaban ante sus llamados desesperados. Temblando se bajaba de la cama y agarraba la botella de alcohol barato a pico de trompa y se zampaba grades tragos buscando un sueño que nunca alcanzaba. Pobrecito, da lástima, eso dijo unos de sus viejos compinches de infiltración quien no comprendía el sufrimiento del pobre cabrón ya que había habido vergo de infiltrados y muchos hasta trabajan con organizaciones de derechos humanos. Había veces, dijo la Tripuda, que nos reuníamos en El Ventanal y ahí planificábamos a quienes otros les íbamos a ponerle el dedo y bueno el Ojo de Pelagra siempre estuvo ahí y míranos a nosotros@ no estamos locos como semejante hijueputa, lo que quiere decir que ese hijo de puta hasta nosotros nos ha puesto el dedo. Pero con quién? nosotros también estamos con la CIA y la ORGA no quiere caer en la trampa de despescuezar a uno de nosotros@, quizá lo están dejando para más tarde. Pobrecito vos, continuó la tripuda, me da lástima cómo está pagando el haber sido siempre un enemigo del pueblo disfrazado de revolucionario. Ha llegado a los extremo de querer violar hasta a sus propias hijas, porque ese hijueputa violador siempre lo fue, logró conectarse siempre con Buchaca para que ese otro hijo de puta criminal le perdonara todas las mierdas que hizo en la Guacamuda. Dan risa, verdad? Claro que dan risa! son tan hijos de puta que son capaces de vender hasta la madre que los parió. Justa razón tenía el Viejo Calles, si lo hubiéramos oído, si siquiera le hubiéramos puesto un poquito de atención no hubiéramos perdido nuestra juventud volándonos verga contra la guardia para terminar como ellos@, Infiltrados.
El traidor caminaba de un lado para otro sin ir a ningún lugar. Ese viejo hijueputa es un gran piedrero-dijo un bicho-, mírenlo como da vuelta como trompo viejo, de esos que tienen calaceados la punta y que ya no bailan ni pura mierda, y se fue.
Cuando acababa de salir de la guerra en la cual estuvo la mayor parte de turista con el Nazi Chuco, bajo tierra violando campesinas desprotegidas, había salido con el síndrome de Alejandro y contaba historias de guerra como si hubiera sido entrenado en el Grupo Central de Alcohólicos Anónimos. De pronto, un esperpento caminando y dando vueltas buscando qué? Tal vez un poco de honor. Al curco se lo clavó el burro y lo ha dejado más curcucho, lo puso en posición de chucho, dijo otro cipote vago –por eso lo dejó al Burro la Mico Chato- por vergudo, dice la vieja chuca y como el otro bicho; le tiró una escupida y se fue.
En sus ratos de lucidez, se recuerda los grandes depósitos bancarios que hizo en México para Buchaca y la Lupilda Tacuazina, a quienes amaba como a sus padres aunque siempre se quiso coger a la mil polvos. De ellos aprendió aquella célebre patanada: ”Para nosotros@ la revolución es un negocio” y bueno; ellos fueron los que le dijeron que tuviera el ojo puesto en los despiertos, en los revolucionarios y que les fuera dando en la nuca uno a uno, una a una. Una vez, hasta fue a tomar un curso a la Paz Opico, bajo la tutela del sicario Chepe Chumpe, , y regresó a la Guacamuda con nuevas experiencia de cómo la táctica: El Alumbramiento Interno, es la mejor forma de terminar con la revolución y así se alumbraron casi a toda la Columna Rafael Arce, que de no ser por unos viruscos hubieran caído bajo las garras de la Aletuda y de la Tripuda Sónica.
En su cita siquiátrica le fue preguntado si tenía remordimiento, si se arrepentía de haberse engañando a sí mismo, a su esposa, a sus hijos, a sus compañeros y simplemente contestó que le dolía que sus hijas se hayan dado cuenta de la clase de sabandija que es su padre; pero por lo demás no, que él sabía a ciencia cierta que la emboscada del 76 cuando cayó Lito fue preparada por Buchaca y que él como los otros la Sónica, la Lupilda, Buchaca, Chicotren, las Aletudas, todos bien sabían que ellos y no la totalidad de los ernestos trabajaban para el enemigo que por supuesto eran sus amigos. Y si no, le dijo al psiquíatra, pregúntese usted por qué Pichinga no llegó a la reunión cuando secuestraron y decapitaron a todo el FDR, al verdadero FDR no el Frente de Retardados de la actualidad. El psiquiatra se quito los lentes y lo vio con fijeza, sabía que tenía enfrente a un criminal nato y a un cobarde genético.
Cuando estaba solo, como siempre lo había estado en realidad, lloraba, lloraba y se halaba el pelo de tuza como queriéndose arrancar su herencia afra, se rasguñaba y hacia posiciones de tiro que en realidad, según La Coneja, jamás practicó en la guerra, ya que como relata la misma, con el nazi chuco eran turistas de la guerrilla o guerrilleros turísticos, tomaban las fotos de niños@ que ellos mismos masacraban y se iban a venderlo al mercado europeo donde vivian una orgia cocosa y heroinica permanente. Mira cuanto me dieron por la foto de mi hija decapitada, le dijo una vez que bebían sin parar con el nazi chuco en Mont Martre, mejor me fue a mí en el Trafalgar, contestó el chuco, hasta me dijeron que lo que habían comprado en 20.000 libras iba para Downy St. Y los dos sonreían y disfrutaban sus maldades en contra del campesinado salvadoreño.
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