Hace ya cincuenta años cuando en tu infancia, Ponciano Montañés y Ermitaño, tu abuelo Paolo te llevaba frente al viejo radio, cuya marca ya no recordás, a escuchar Radio Rebelde y oías al abuelo decir: Poncianito, los barbones ya van a bajar de la montaña y bueno pasó casi un año y los barbones bajaron y dijeron a la oligocracia hasta aquí.
Cuántas cosas aprendiste y comprendiste a esa tierna edad y bueno desde entonces has sido solidario con ese pueblo heroico de Martí, Fidel, Camilo, Che y los otros malecones que bajaron con ellos y ellas y los nuevos malecones crecidos y templados como acero en la lucha revolucionaria.
Recién llegados de la Sierra y bueno, los come vacas del Escambray, la contra interna y externa, el bloqueo económico, la crisis de los misiles, el triunfo en Girón contra las tropas invasoras que viajaron y desembarcaron en los barcos de la familia Bush y bueno te das cuenta cuales han sido los motivos del odio de los Bush contra la Isla de la Libertad, sencillamente porque los intereses de la Zapata Oil Offshore y de la West Indies fueron tocados por la revolución.
Recuerdas Ponciano, que de 82 sólo llegaron veinte, recuerdas Alegría de Pio y también recuerdas el Uvero donde el Ejército Rebelde alcanzó su mayoría de edad, ello te enseñó que en la revolución, en una verdadera revolución se muere o se triunfa, pero que los muertos no están muertos, sino que son la fuerza que empuja a la guerrilla a dar golpes certeros y que la revolución jamás en un proyecto terminado ya que dialécticamente siempre está cambiando cualitativamente.
Cuantas batallas frontales Ponciano, cuando triunfos por más de cincuenta años, tiene justa razón al decir que las únicas revoluciones dignas de llamarse así, son la cubana y la vietnamita ya que las demás han estado llenas de todos los desvaríos y traiciones grupales de gente que un día equívocamente se auto denominaron revolucionarios.
Las batallas, los infiltrados, los continuos combates en condiciones deplorables, las marchas forzadas por las circunstancias en la manigua y lodazales cubanos, el hambre, la falta de unidad de parte de los obreros son hechos que sólo el liderazgo y la templanza de hombres como Fidel, Almeida, Camilo, Raúl y el Che pudieron sobrellevar para continuar y conducir al Ejército Revolucionario hacia la toma del poder.
Para Cuba la natividad llegó el ocho de enero del 59 en un bello parto asistido por los puños de hombres y mujeres que decidieron hacer cumplir el sueño de Céspedes, Martí, Maceo y que guiados por Fidel dieron traste a los abusos del aventurerismo imperialista.
Todo el esfuerzo de ese pueblo de valientes no se sintetiza con el triunfo
armado de la revolución, sino en su lucha constante contra la potencia
explotadora más grande de la tierra y la mas bestial que la historia humana ha conocido.
Contra todos los ataques de todo tipo de parte de los imperialistas, el pueblo cubano responde con solidez y con la unidad partidaria y ha sabido conllevar sabiamente la tarea que el pueblo le encomendó desde hacer ratos: mantener y desarrollar la única revolución socialista verdadera de la tierra y ello demanda de los revolucionarios y revolucionarias de la tierra apoyar y defender incondicionalmente el bello proceso cubano, un proceso donde se conjugan el amor a la humanidad, la fraternidad humana, el internacionalismo proletario y la decisión unánime de Vencer o Morir!
Una revolución así no puede fracasar, en ella se entre tejen los valores más nobles que la humanidad ha conocido, un pueblo cuya axiología se sale de lo común para entrar en el reino de la Justicia, la libertad y la fraternidad que son a mi criterio los más grandes valores que el ser humano puede tener.
La Revolución Cubana es irreversible e irrepetible. Lleva inmersa en sus
entrañas el “Grito de Yara”, la Pedagogía del Amor de Martí, el azote del Titán de Bronce, El Moncada del 56, la habilidad de Frank Paiz, la dedicación de Haydee y Vilma Espín, Girón, la Sierra, el Llano y la Ciudad, y todos los triunfos de ese heroico pueblo y quizá no me equivoque en decir que algo como la epopeya del pueblo cubano, pasarán generaciones a lo largo de la tierra para que cualquier sociedad sea capaz de exportar amor como su principal expresión de
vida.
Toda la humanidad puede aprender de Cuba, todos debemos aprender de Cuba, una pequeña nación boicoteada no sólo económicamente por el imperialismo, sino de las formas bestiales a veces hasta increíbles de cómo los Filibusteros y Piratas imperialistas han tratado de destruir al pueblo cubano y su proceso socialista.
Como poeta, tu Ponciano, ves en la Revolución Cubana, la enorme Flor Roja de la Libertad permanente en las venas de la juventud del mundo y la inmensa Bandera Cubana presente en el espacio sideral como la inviolable profecía de Justicia y libertad para la humanidad.
Paùl Fortis.
Cuántas cosas aprendiste y comprendiste a esa tierna edad y bueno desde entonces has sido solidario con ese pueblo heroico de Martí, Fidel, Camilo, Che y los otros malecones que bajaron con ellos y ellas y los nuevos malecones crecidos y templados como acero en la lucha revolucionaria.
Recién llegados de la Sierra y bueno, los come vacas del Escambray, la contra interna y externa, el bloqueo económico, la crisis de los misiles, el triunfo en Girón contra las tropas invasoras que viajaron y desembarcaron en los barcos de la familia Bush y bueno te das cuenta cuales han sido los motivos del odio de los Bush contra la Isla de la Libertad, sencillamente porque los intereses de la Zapata Oil Offshore y de la West Indies fueron tocados por la revolución.
Recuerdas Ponciano, que de 82 sólo llegaron veinte, recuerdas Alegría de Pio y también recuerdas el Uvero donde el Ejército Rebelde alcanzó su mayoría de edad, ello te enseñó que en la revolución, en una verdadera revolución se muere o se triunfa, pero que los muertos no están muertos, sino que son la fuerza que empuja a la guerrilla a dar golpes certeros y que la revolución jamás en un proyecto terminado ya que dialécticamente siempre está cambiando cualitativamente.
Cuantas batallas frontales Ponciano, cuando triunfos por más de cincuenta años, tiene justa razón al decir que las únicas revoluciones dignas de llamarse así, son la cubana y la vietnamita ya que las demás han estado llenas de todos los desvaríos y traiciones grupales de gente que un día equívocamente se auto denominaron revolucionarios.
Las batallas, los infiltrados, los continuos combates en condiciones deplorables, las marchas forzadas por las circunstancias en la manigua y lodazales cubanos, el hambre, la falta de unidad de parte de los obreros son hechos que sólo el liderazgo y la templanza de hombres como Fidel, Almeida, Camilo, Raúl y el Che pudieron sobrellevar para continuar y conducir al Ejército Revolucionario hacia la toma del poder.
Para Cuba la natividad llegó el ocho de enero del 59 en un bello parto asistido por los puños de hombres y mujeres que decidieron hacer cumplir el sueño de Céspedes, Martí, Maceo y que guiados por Fidel dieron traste a los abusos del aventurerismo imperialista.
Todo el esfuerzo de ese pueblo de valientes no se sintetiza con el triunfo
armado de la revolución, sino en su lucha constante contra la potencia
explotadora más grande de la tierra y la mas bestial que la historia humana ha conocido.
Contra todos los ataques de todo tipo de parte de los imperialistas, el pueblo cubano responde con solidez y con la unidad partidaria y ha sabido conllevar sabiamente la tarea que el pueblo le encomendó desde hacer ratos: mantener y desarrollar la única revolución socialista verdadera de la tierra y ello demanda de los revolucionarios y revolucionarias de la tierra apoyar y defender incondicionalmente el bello proceso cubano, un proceso donde se conjugan el amor a la humanidad, la fraternidad humana, el internacionalismo proletario y la decisión unánime de Vencer o Morir!
Una revolución así no puede fracasar, en ella se entre tejen los valores más nobles que la humanidad ha conocido, un pueblo cuya axiología se sale de lo común para entrar en el reino de la Justicia, la libertad y la fraternidad que son a mi criterio los más grandes valores que el ser humano puede tener.
La Revolución Cubana es irreversible e irrepetible. Lleva inmersa en sus
entrañas el “Grito de Yara”, la Pedagogía del Amor de Martí, el azote del Titán de Bronce, El Moncada del 56, la habilidad de Frank Paiz, la dedicación de Haydee y Vilma Espín, Girón, la Sierra, el Llano y la Ciudad, y todos los triunfos de ese heroico pueblo y quizá no me equivoque en decir que algo como la epopeya del pueblo cubano, pasarán generaciones a lo largo de la tierra para que cualquier sociedad sea capaz de exportar amor como su principal expresión de
vida.
Toda la humanidad puede aprender de Cuba, todos debemos aprender de Cuba, una pequeña nación boicoteada no sólo económicamente por el imperialismo, sino de las formas bestiales a veces hasta increíbles de cómo los Filibusteros y Piratas imperialistas han tratado de destruir al pueblo cubano y su proceso socialista.
Como poeta, tu Ponciano, ves en la Revolución Cubana, la enorme Flor Roja de la Libertad permanente en las venas de la juventud del mundo y la inmensa Bandera Cubana presente en el espacio sideral como la inviolable profecía de Justicia y libertad para la humanidad.
Paùl Fortis.
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