A Leonel, Gerson, Roque y Rebeca.
Llenos de orgullo, con nuestra frente en alto, con la conciencia clara de que lo que hicimos, hacemos y haremos, es nuestro deber histórico:
Las fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí, somos en la historia revolucionaria de nuestra patria, una de las organizaciones que más ha contribuido y sus cuadros siguen contribuyendo al cambio político, cultural, educativo y socio-económico de nuestra patria.
Nunca en la historia moderna Latinoamérica tuvo un ejército popular y un movimiento de masas tan potente como las FPL y el Bloque Popular Revolucionario. Mi memoria guarda huelga potentes como la de andes del 68 y del 72 en las que fui partícipe, y manifestaciones como la del 30 de julio del 75 en la cual los compañeros fundadores y miembros de UR quedaron ensangrentados frente al Seguro Social, así, recuerdo también, la muerte de José Dimas Alas, de Gloria y Felipe, Polín y la Ticha, de Evita, Chico y Toño en Santa Tecla, de Julito Castillo, de Marianella, de Juancito Chacón, de la Chana, de Tamba, de Bernardo, de Nelson, de Rafa, de los compas del FUR, Mauricio, Emmita, Delfy y de tantos combatientes que cayeron durante la guerra. Recuerdo a siete sobrinos que cayeran el mismo día en diferentes tareas durante el allanamiento de la CONIP por el ejército en 1980, tantos maestros, obreros, sacerdotes, monjas, campesinos, estudiantes, religiosos y religiosas miembros de nuestras Comunidades Eclesiásticas de Base, artistas, todos miembros de diferentes estructuras de nuestra organización.
Así como Monseñor Romero nos enseñó a dar amor, la dirigencia del partido nos enseño a ser humildes, pero no tontos, constantes y objetivos, a decir las cosas frente a frente, a hacer y aceptar críticas constructivas y por los canales adecuados y a no volvernos espejistas cuando el dólar ataca con sus ninfas verdes.
Definir a nuestra amada organización es definir a nuestro pueblo heroico y combativo, es definir a los combatientes de las otras organizaciones guerrilleras, al frente de masas de nuestro pueblo, a los héroes anónimos y a los sin voz de Monseñor Romero, es saludar los ochenta años del partido comunista de El Salvador y a su líder omnipresente Shafik Handal, es saludar a los combatientes del ERP, de la RN y del PRTC y a nuestro pueblo ancestral.
Hay veces que se habla mal de uno y de otro de organizaciones diferentes. Hay que recordar que los revolucionarios no son perfectos y que a los líderes no debe juzgárseles por una acción considerada equivocada, sino por toda la vida dedicada al proyecto del pueblo.
Así como en nuestra organización hay héroes y mártires, también los hay en las otras cuatro, baste recordar a Mario López, Venancio (PRTC), Lito Arce (ERP) Carlos y Mariela Menjívar (Grupo), Fedor, Anabellita Menjívar, Oscar Acevedo, (RN), Beethoven, PRTC, Víctor Quintanilla, ERP, Shafik, Toño y Farid Handal, PCS, María Teresa Saballos y su hermano Toño, Chemita Cuéllar, Sebastián Tamba, René Pineda y tanta de nuestra gente masacrada, para ellos y ellas nuestro amor, nuestra entrega y nuestra incondicionalidad para con nuestro pueblo.
A nosotros nos duele Evita, Chico, Toño, Felipe, Dimas Rodríguez, Gerson, Emmita, Delfy, Mauricio, Balmore, Úrsula, Chana, Chus Rojas, Lito, Dimas, niña Inesita, José Dimas Alas, la Ticha, Polín, Numa, Juancito, Marcial, Bernardo, Ana María, Ruth, Eugenia, Nelson, Ángela Montano, Roquito, y todos los Juanes, Marías, Julias, Chicos, Chepes, Toños, Rutilios, Margaritas, Hugos de nuestro pueblo.
Cuánto dolor magisterial llevamos en el alma, cuánto dolor por nuestros religiosos y religiosas, por nuestros periodistas nacionales e internacionales, por nuestros médicos y enfermeras, por nuestros estudiantes, por nuestros trabajadores y trabajadoras por los derechos humano, cuánto dolor obrero-campesino, cuánto dolor de exilio, torturas y desapariciones de todo nuestro pueblo.
Cuántos Teguichos y tantos Cutumayos, cuantas Tres Calles, y cuántos Sumpules, cuántos Mozotes y cuantas Cinqueras, cuantos Tenangos, tantos Calabozos, Guacamayas y tantos Guadalupes. Tantos cerros que hoy florecen con la fértil sangre de nuestros héroes y mártires.
Cuando jóvenes cumplimos cada quien de acuerdo a sus circunstancias personales, estamos vivos por causas del destino, los que cayeron no cayeron porque quisieron ser héroes, en una guerra caen débiles y fuertes y sobreviven también los fuertes y los débiles. Nunca he sido un héroe, simplemente otro hijo de este pueblo a quien amo con todas las fuerzas de mis ser, no busco pagos o reconocimiento inmerecidos, sólo el lugar que tengo al lado de mi pueblo para dar mi pequeño esfuerzo en nombre de mis hermanos y hermanas que cayeron en la lucha.
Hace cuarenta años, nuestra juventud la hereda nuestro pueblo. Hemos madurado, como tales las exigencias son aún mayores. No hay razón para no estar unidos, las FPL ya no existen como tales, sin embargo; las llevamos en nuestras venas y las enseñanzas y los errores anteriores deben ser las bases para unirnos, para fortalecernos y guiar a nuestro pueblo por los caminos de la unidad, la paz y la justicia social.
Paul Fortis.
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