Publicado por C. Marat
Una de las mejores constituciones que hay en el mundo actual es la de la República de Cuba.
Promulgada en 1976 (desde la Revolución en el '59 hasta este año se utilizaba la Constitución de 1940, restaurada tras el derrocamiento de Batista y con el agregado de lo que se conoce como Ley Fundamental de 1959), reformada por primera vez en 1978 para cambiar el nombre a la Isla de Pinos (pasó a llamarse Isla de la Juventud), reformada en 1992 por la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (cuando hubo que cambiar hasta el preámbulo, donde se hablaba de la amistad especial con el pueblo de un país que ya no existía) y reformada por tercera y última vez en 2002 para proclamar irrenunciable el socialismo, ante las agresiones del belicista y asesino en masa entonces presidente de los EUA George W. Bush.
Aunque es verdad que todos los Estados socialistas del siglo XX tenían constituciones muy avanzadas, estos regímenes stalinistas no eran muy observadores de las mismas, lo cual no es el caso de Cuba, donde nunca se trastornó el orden legal.
A continuación dejo el hermoso Preámbulo de esta Constitución y dos hipervínculos:
NOSOTROS, CIUDADANOS CUBANOS,
herederos y continuadores del trabajo creador y de las tradiciones de combatividad, firmeza, heroísmo y sacrificio forjadas por nuestros antecesores;
por los aborígenes que prefirieron muchas veces el exterminio a la sumisión;
por los esclavos que se rebelaron contra sus amos;
por los que despertaron la conciencia nacional y el ansia cubana de patria y libertad;
por los patriotas que en 1868 iniciaron las guerras de independencia contra el colonialismo español y los que en el último impulso de 1895 las llevaron a la victoria de 1898, que les fuera arrebatada por la intervención y ocupación militar del imperialismo yanqui;
por los obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales que lucharon durante más de cincuenta años contra el dominio imperialista, la corrupción política, la falta de derechos y libertades populares, el desempleo y la explotación impuesta por capitalistas y terratenientes;
por los que promovieron, integraron y desarrollaron las primeras organizaciones de obreros y de campesinos, difundieron las ideas socialistas y fundaron los primeros movimientos marxista y marxista-leninista;
por los integrantes de la vanguardia de la generación del centenario del natalicio de Martí, que nutridos por su magisterio nos condujeron a la victoria revolucionaria popular de Enero;
por los que, con el sacrifico de sus vidas, defendieron la Revolución contribuyendo a su definitiva consolidación;
por los que masivamente cumplieron heroicas misiones internacionalistas;
GUIADOS
por el ideario de José Martí y las ideas político-sociales de Marx, Engels y Lenin;
APOYADOS
en el internacionalismo proletario, en la amistad fraternal, la ayuda, la cooperación y la solidaridad de los pueblos del mundo, especialmente los de América Latina y del Caribe;
DECIDIDOS
a llevar adelante la Revolución triunfadora del Moncada y del Granma, de la Sierra y de Girón encabezada por Fidel Castro que, sustentada en la más estrecha unidad de todas las fuerzas revolucionarias y del pueblo, conquistó la plena independencia nacional, estableció el poder revolucionario, realizó las transformaciones democráticas, inició la construcción del socialismo y, con el Partido Comunista al frente, la continúa con el objetivo final de edificar la sociedad comunista;
CONSCIENTES
de que los regímenes sustentados en la explotación del hombre por el hombre determinan la humillación de los explotados y la degradación de la condición humana de los explotadores; de que sólo en el socialismo y el comunismo, cuando el hombre ha sido liberado de todas las formas de explotación: de la esclavitud, de la servidumbre y del capitalismo, se alcanza la entera dignidad del ser humano; y de que nuestra Revolución elevó la dignidad de la patria y del cubano a superior altura;
DECLARAMOS
nuestra voluntad de que la ley de leyes de la República esté presidida por este profundo anhelo, al fin logrado, de José Martí:
"Yo quiero que la ley primera de nuestra República
sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre."
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