El pasado 27 de agosto un pescador palestino murió y otro quedó gravemente herido por los disparos de una patrullera israelí. El pasado martes, cuatro palestinos murieron y otros tres están heridos por el bombardeo de un túnel clandestino en la frontera de Gaza y Egipto. Este continuo goteo de muertos palestinos es, a mi entender, un escándalo que nuestra Unión Europea debería denunciar fuertemente ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
La franja de Gaza es un "campo de concentración" de un millón y medio de habitantes, donde la potencia administradora, esto es Israel, está vulnerando leyes internacionales al no permitir el transporte de alimentos y otros productos básicos.
No es difícil deducir que a través de la pesca clandestina y de los túneles, los palestinos buscan complementos alimenticios a su forzada dieta.
La opinión publica israelí justifica este bloqueo con las reiteradas argumentaciones de "prevenir el terrorismo" y presionar para que liberen al soldado israelí Gilad Shalit en manos de Hamás.
Mantener a los habitantes de Gaza como forzados rehenes para atacar a Hamás, es utilizar a la población civil como arma de guerra. Opino que es urgente denunciar esta situación y forzar el asentamiento de fuerzas de paz internacionales en Palestina.
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