Por LUIS RODRIGUEZ
Ante la perdida de su hegemonía en América Latina, los EE.UU.,
afila todas sus baterías contra Cuba y Venezuela en un intento
desesperado por reeditar sus pírricas victorias, usando para tal fin a
los mercenarios y asalariados del imperio.
El gobierno de Washington intenta ejercer una presión internacional sobre Venezuela en la cumbre de la Américas con la llegada de 21 ex presidentes iberoamericanos, entre los que se encuentran los colombianos Andrés Pastrana, Belisario Betancur y Álvaro Uribe, los costarricenses Laura Chinchilla, Rafael Calderón, Miguel Ángel Rodríguez y Luis Alberto Monge, el español José María Aznar y el chileno Sebastián Piñera.
En este contexto emitirán un comunicado conjunto denunciando “la alteración democrática” de Venezuela y la petición a los jefes de Estado de las 35 naciones reunidas en la Cumbre, de buscar una solución a la crisis venezolana “que respete los principios constitucionales y las normas internacionales”.
Este tinglado estratégico montado por el gobierno de los EE.UU., con la tropa injerencistas de los ex mandatarios financiados por las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y Fundaciones de nombres muy “democráticos” que controlan la CIA y otras agencias de Estados Unidos; abogaran por la liberación de los “presos políticos y la restitución de la autonomía de los poderes” en Venezuela.
Estos felipillos de nuevo cuño, ¿acaso ignoran la violación constante y sistemática de los derechos humanos, contra la comunidad negra de los EE.UU., la violación sexual en las cárceles de hombres a lo largo y ancho del país, como atestigua Human Rights Watch; los miles de despedidos en represalia por sindicalizarse; el desamparo de 45 millones personas sin seguro médico; la implementación de la pena capital aplicada a enfermos mentales, jóvenes; especialmente a afroamericanos y Latinos; los presos políticos o por motivos ideológicos como el caso de los cinco presos cubanos, -recientemente liberados- y un afroamericano, un aborigen y cinco puertorriqueños?
Después de la tragedia del 11 de Septiembre los EE.UU., instauro una serie de Leyes, entre ellas la Ley Patriótica que es un instrumento que permite violar el derecho a disentir y la privacidad de grupos o personas que denuncian la política de Estados Unidos.
Pareciera que estos analfabetos funcionales desconocieran que la política exterior del gobierno de Obama tiene en el limbo judicial a más de 525 prisioneros en Guantánamo, Cuba; detenidos en jaulas como animales, sin status legal, donde se les ha conculcado su derecho a defensa y juicio.
¿Acaso desconocen el uso genocida de la bomba atómica sobre Nagasaki e Hiroshima, utilizado en la segunda guerra mundial que ocasiono la muerte de más 300 mil civiles?
¿Ignoran acaso el uso de armamentos biológico prohibidos por tratados internacionales, como la guerra del Vietnam, donde empleó el agente Naranja con más de 72 millones de litros sobre los bosques, destruyendo 14% de sus cubierta vegetal con nefastas consecuencias para la población; las bombas racimo en Afganistán e Irak, las torturas en la cárcel Abu Ghraib, Irak, la complicidad con el apartheid de primer ministro Ariel Sharon contra el pueblo palestino?
Paradójicamente el mandatario del gobierno de Estados Unidos, “premio nobel de la paz” es el primero en fomentar la guerra, violar los tratados internacionales, pisotear los derechos humanos hasta de sus mismo ciudadanos y de conspirar contra los países que no se someten a sus designios y mandatos.
Por otra parte el presidente Barack Obama en su afán de quebrar la armonía que mantiene Venezuela con las naciones antillanas, en especial con el arco de islas anglo y franco parlantes del Caribe Oriental -base de apoyo político para el régimen bolivariano en foros internacionales-; se reunirá con los representantes de los Gobiernos del Caribe que ante la crisis económica que atraviesa Venezuela, el gobierno de Washington ofrecerá alternativas energéticas.
LA CIA EN LA CUMBRE
Sujetar al gobierno de Venezuela que lidera Nicolás Maduro, es de vida o muerte para el gobierno de los Estados Unidos, con una economía deflacionaria por los intereses cero de la FED que oculta una deuda superior a los 22 billones, y con un dólar al borde del colapso; tiene la imperiosidad de controlar las mayores reservas petroleras del mundo y de paso recobrar la hegemonía
La Cumbre de Panamá en la que se han dado cita 21 ex presidentes, 28 organizaciones de derechos humanos de todo el continente entre ellas: Human Rights Watch, Amnistía Internacional, Transparencia Internacional y la Comisión Internacional de Juristas; las esposas de Leopoldo López y Antonio Ledezma, encauzados por conspiración contra la democracia venezolana y 45 mercenarios entre ellos los contrarrevolucionarios Micaela Hierro Dori, Yoani Sánchez, Guillermo Fariñas, Rosa María Payá, Eliécer Ávila, César Mendoza, Rolando Cáceres, entre otros; es decir las cabezas más visibles de la contrarrevolución; financiados por la National Endowment For Democracy (NED), canalizados en algunos casos por la ONG People in Need y la Konrad Adenauer (KAS); representan los manotazos de ahogado del imperio.
La VII Cumbre de las Américas que se celebrará en abril los días 10 y 11 de abril, será la tumba de la contrarrevolución y sus acólitos, la derrota del gobierno de Washington y la consolidación de la unidad política que consagra y encarna la unidad moral de la Patria Grande con la que soñó Bolívar.
Por eso Mariátegui -el primer marxista de Nuestra América- pudo escribir un siglo después de Bolívar que “La misma palabra Revolución, en esta América de las pequeñas revoluciones, se presta bastante al equívoco. Tenemos que reivindicarla rigurosa e intransigentemente. Tenemos que restituirle su sentido estricto y cabal. La revolución latinoamericana, será nada más y nada menos que una etapa, una fase de la revolución mundial. Será simple y puramente, la revolución socialista. A esta palabra, agregad, según los casos, todos los adjetivos que queráis: «antiimperialista», «agrarista», «nacionalista-revolucionaria». El socialismo los supone, los antecede, los abarca a todos”
El gobierno de Washington intenta ejercer una presión internacional sobre Venezuela en la cumbre de la Américas con la llegada de 21 ex presidentes iberoamericanos, entre los que se encuentran los colombianos Andrés Pastrana, Belisario Betancur y Álvaro Uribe, los costarricenses Laura Chinchilla, Rafael Calderón, Miguel Ángel Rodríguez y Luis Alberto Monge, el español José María Aznar y el chileno Sebastián Piñera.
En este contexto emitirán un comunicado conjunto denunciando “la alteración democrática” de Venezuela y la petición a los jefes de Estado de las 35 naciones reunidas en la Cumbre, de buscar una solución a la crisis venezolana “que respete los principios constitucionales y las normas internacionales”.
Este tinglado estratégico montado por el gobierno de los EE.UU., con la tropa injerencistas de los ex mandatarios financiados por las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y Fundaciones de nombres muy “democráticos” que controlan la CIA y otras agencias de Estados Unidos; abogaran por la liberación de los “presos políticos y la restitución de la autonomía de los poderes” en Venezuela.
Estos felipillos de nuevo cuño, ¿acaso ignoran la violación constante y sistemática de los derechos humanos, contra la comunidad negra de los EE.UU., la violación sexual en las cárceles de hombres a lo largo y ancho del país, como atestigua Human Rights Watch; los miles de despedidos en represalia por sindicalizarse; el desamparo de 45 millones personas sin seguro médico; la implementación de la pena capital aplicada a enfermos mentales, jóvenes; especialmente a afroamericanos y Latinos; los presos políticos o por motivos ideológicos como el caso de los cinco presos cubanos, -recientemente liberados- y un afroamericano, un aborigen y cinco puertorriqueños?
Después de la tragedia del 11 de Septiembre los EE.UU., instauro una serie de Leyes, entre ellas la Ley Patriótica que es un instrumento que permite violar el derecho a disentir y la privacidad de grupos o personas que denuncian la política de Estados Unidos.
Pareciera que estos analfabetos funcionales desconocieran que la política exterior del gobierno de Obama tiene en el limbo judicial a más de 525 prisioneros en Guantánamo, Cuba; detenidos en jaulas como animales, sin status legal, donde se les ha conculcado su derecho a defensa y juicio.
¿Acaso desconocen el uso genocida de la bomba atómica sobre Nagasaki e Hiroshima, utilizado en la segunda guerra mundial que ocasiono la muerte de más 300 mil civiles?
¿Ignoran acaso el uso de armamentos biológico prohibidos por tratados internacionales, como la guerra del Vietnam, donde empleó el agente Naranja con más de 72 millones de litros sobre los bosques, destruyendo 14% de sus cubierta vegetal con nefastas consecuencias para la población; las bombas racimo en Afganistán e Irak, las torturas en la cárcel Abu Ghraib, Irak, la complicidad con el apartheid de primer ministro Ariel Sharon contra el pueblo palestino?
Paradójicamente el mandatario del gobierno de Estados Unidos, “premio nobel de la paz” es el primero en fomentar la guerra, violar los tratados internacionales, pisotear los derechos humanos hasta de sus mismo ciudadanos y de conspirar contra los países que no se someten a sus designios y mandatos.
Por otra parte el presidente Barack Obama en su afán de quebrar la armonía que mantiene Venezuela con las naciones antillanas, en especial con el arco de islas anglo y franco parlantes del Caribe Oriental -base de apoyo político para el régimen bolivariano en foros internacionales-; se reunirá con los representantes de los Gobiernos del Caribe que ante la crisis económica que atraviesa Venezuela, el gobierno de Washington ofrecerá alternativas energéticas.
LA CIA EN LA CUMBRE
Sujetar al gobierno de Venezuela que lidera Nicolás Maduro, es de vida o muerte para el gobierno de los Estados Unidos, con una economía deflacionaria por los intereses cero de la FED que oculta una deuda superior a los 22 billones, y con un dólar al borde del colapso; tiene la imperiosidad de controlar las mayores reservas petroleras del mundo y de paso recobrar la hegemonía
La Cumbre de Panamá en la que se han dado cita 21 ex presidentes, 28 organizaciones de derechos humanos de todo el continente entre ellas: Human Rights Watch, Amnistía Internacional, Transparencia Internacional y la Comisión Internacional de Juristas; las esposas de Leopoldo López y Antonio Ledezma, encauzados por conspiración contra la democracia venezolana y 45 mercenarios entre ellos los contrarrevolucionarios Micaela Hierro Dori, Yoani Sánchez, Guillermo Fariñas, Rosa María Payá, Eliécer Ávila, César Mendoza, Rolando Cáceres, entre otros; es decir las cabezas más visibles de la contrarrevolución; financiados por la National Endowment For Democracy (NED), canalizados en algunos casos por la ONG People in Need y la Konrad Adenauer (KAS); representan los manotazos de ahogado del imperio.
La VII Cumbre de las Américas que se celebrará en abril los días 10 y 11 de abril, será la tumba de la contrarrevolución y sus acólitos, la derrota del gobierno de Washington y la consolidación de la unidad política que consagra y encarna la unidad moral de la Patria Grande con la que soñó Bolívar.
Por eso Mariátegui -el primer marxista de Nuestra América- pudo escribir un siglo después de Bolívar que “La misma palabra Revolución, en esta América de las pequeñas revoluciones, se presta bastante al equívoco. Tenemos que reivindicarla rigurosa e intransigentemente. Tenemos que restituirle su sentido estricto y cabal. La revolución latinoamericana, será nada más y nada menos que una etapa, una fase de la revolución mundial. Será simple y puramente, la revolución socialista. A esta palabra, agregad, según los casos, todos los adjetivos que queráis: «antiimperialista», «agrarista», «nacionalista-revolucionaria». El socialismo los supone, los antecede, los abarca a todos”
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