NICHITA STANESCU (1933-1983)
Insignia
Nuestras horas son bellas
como el huevo solar
del que nace el dia.Nuestras horas son bellas
como el huevo solar
Nuestras horas se iluminan,
se cumplen.
Todo lo que el comunismo sueña, será.
Nosotros somos el tiempo,
somos sus columnas rojas.
Internacional
No apareció ningún cometa el dia de su nacimiento,
ni del juicio final se ha dicho nada,
ni una palabra,
Aunque al antiguo régimen le llegó su hora
mientras los mares golpeaban,
golpeaban en sus tímpanos.
Si se pudiera mirar desde muy lejos,
desde la constelación centauro,
así como dentro de unos años mirarán
mis sucesores,
!y tan solo veinte veces ha girado
la tierra alrededor del sol!,
gritaría.
Y, !mira!, la cuarta parte de la esfera
ha sido ya juzgada:
!Y que los holgazanes se vayan donde quieran!
Y fue una guerra terrible,
y a su final lo puedes llamar paz,
o Lenin lo puedes llamar,
pues tienen idéntico significado.
Los proletarios mueren por la libertad,
pueden ser contados por las estrellas de la Via Lactea.
Todo lo viejo será juzgado sin prisa,
con la balanza precisa de la historia.
Será un juicio sin concesiones
y puedes llamarlo paz,
o Lenin lo puedes llamar,
pues tienen idéntico significado..
El cielo, luciendo por las estrellas de los hombres,
se va a poner debajo de ellos.
Las ciudades crecerán en las alturas
y los desiertos los llevaremos sobre los hombros
como se lleva un ataud al cementerio.
!Oh!, después de cada arcoiris extendido entre dos orillas,
después de cada plataforma alzada hacia lo alto,
después de cada montaña horadada,
se escuchará más fuerte, cada vez más alto:
!A la lucha final!
Autorretrato en tiempos de vigilia:
Vigilo la puerta de un mundo sin cercos:
Aquí, las ideas, nuestras palabras, se hacen realidad.
Toman el rostro esbelto de los bosques de hormigón,
toman el cuerpo viejo de los esqueletos de hierro,
las tocas con el oido y suenan, tienen tono,
las miras atentamente y no desaparecen,
las palpas con el cuerpo y con el espíritu y ves que existen.
Aquí comienza el nuevo mundo comunista.
Las palabras vacías, las ideas incompletas, se quedan fuera,
se hacen aire, humo, calavera enterrada en la arena de los riñones.
Vigilo y estoy erguido, y alta es mi sombra,
la constelación de mis ojos es atraida por la estrella roja.
!Oh!, incluso los pajaros podrían descansar sobre ellas,
como sobre ramas coloreadas.
Al partido
Te agradezco por esta primavera,
en la cual nuestras voces hacen que se agiten los árboles,
y por mis pensamientos que se han hecho claros
como el cuarzo.
La verdad me sonrie con cada recuerdo,
el foco de la luz del sol corre
por delante de mi;
es una escalera que asciende un estallido,
al final de la cual brilla tan solo una estrella.
MIHAI BENIUC (1907-1988)
En mi siglo
Hemos pasado ya una era, me parece,
porque no hay más boyardos en los campos
son tristes desiertos para los pobres.
Con trembita y gaitas domamos a las fieras
dejando que el pueblo se divierta,
mientras trabajan duro
con las hoces y los martillos.
Hoy quizás somos en la bandera roja
un punto entre millones de gotas de vino,
o quizás una ola espumosa que se rompe
en las grandes turbinas hidroelectricas,
el ruido que estalla cuando arranca
eslabones y cadenas.
Bandera en el horizonte
Los que pudieron llegaron por la bandera,
pues era suficientemente roja para ser vista,
y algunos se pararon ante el umbral,
presos de su propia impotencia
Yo sigo caminando, pero cuando ya no pueda,
andar adelante en la vida tempestuosa,
la brillante bandera la izaré en el horizonte,
como el hermoso sol rojo sobre el mar
que en las mañanas claras, brilla,
sobre las extensiones verdes plateadas.
Estrella roja
Se chocan las nebulosas,
los sistemas solares, las estrellas,
los astros se apagan y devienen
materia muerta,
y resucitan despues como una supernova,
los átomos murmuran..
Las esferas cantan,
y millones de años luz atraviesan,
o vienen, ¡Quién sabe!
Limitado por el infinito
está el hombre, en el cabo de Buena Esperanza.
Nombra las estrellas innumerables,
mide la lejania sin fin,
y corre con su pensamiento,
a veces adelante, otras hacia atrás,
construyendo efímeras verdades y grandes sueños,
sobre incertidumbres cada día más grandes.
El sueño está lejos.
Como las rojas estrellas inmensas,
que son miles de veces
más poderosas que nuestro sol,
en cuanto a su luz, en cuanto a su calor.
La libertad es una estrella roja
y el hombre la observa, soñador,
a través de su telescopio.
CRISTIAN SARBU (1897-1961)
El orgullo del
proletario
Estoy orgulloso de
llamarme proletario.
Estoy orgulloso de
vivir del trabajo de mis manos.
Estoy orgulloso de
mantener mi frente en alto,
tal que la rebeldia
de mis antepesados ante la esclavitud.
Estoy orgulloso de
formar parte,
de lo que llaman
muchedumbre,
de los honestos y
de los descalzos.
Estoy orgulloso de
tener esperanza,
codo a codo con los
obreros de las fábricas,
en hermandad con el
pueblo hacia tiempos mejores.
Estoy orgulloso
de llevar conmigo tesoros
de luz.
Estoy orgulloso de
no tener más que miradas desdeñosas
hacia los parásitos
del pueblo, los que se llaman boyardos,
que no hacen más
que vivir
sobre la espalda de
los trabajadores,.
Estoy orgulloso de
sus dolores.
Los míos, los robots,
han alzado ciudades
hacia el cielo,
han puesto trenes
en movimiento por el continente
han construido
barcos
Y estoy orgulloso
de su nobleza creadora.
Estoy orgulloso de
tener que llevar cada primavera
flores a las tumbas
de los indómitos.
Estoy orgulloso de
poner en mis poemas
aromas de
eternidades y de estrellas.
Estoy orgulloso del
destino que me espera
ante los obstáculos
de la historia,
en el cambio de
rumbo que se percibe
Estoy orgulloso de
mi fuerza.
Canto de primavera
!Proletario!
Canto nuestro amor
por la luz
¿tú no te levantas?
¿te quedas también
hoy cerca de la fábrica?
Es fiesta
!Ah, este momento
es tan sagrado!
Las grullas vuelan
por el cielo alegres,
despertando de
nuevo mis penas,
porque la noción de
la salvación de la oscuridad
no se ha sentado
aún en la mesa de mi hogar.
¿Por qué no vienes
con la llegada de
la primavera a las llanuras?
Despejado, el cielo
nos espera en el horizonte,
con gorriones de
viento rosado,
con nubes sin timón
ni mástil,
y con su orquesta
de alondras.
Por siglos hemos
vivido entre lágrimas y barro.
Y la vida no sería
tan difícil
si pudiéramos echar
de nuestro lado
con la luz de la
razon al imperio de la noche,
y al pensamiento
que nos hunde en la humillación.
Expulsa de tu
interior, hermano, a la noche
a los
ensordecedores ruidos de motores,
y rompe los límites
a tu alrededor, que te atraviese
la blanca sonrisa
de los árboles en flor.
Levanta el
estandarte de tu pensamiento
para que dios mismo
entienda
que la historia ha
dado a luz en las fábricas
en cada esclavo a
un Prometeo.
¿Por qué no vienes
con el ritmo de los
tiempos a los campos?
El signo de los
tiempos
Fábricas de guerra
preparan en secreto
batallas entre los pueblos.
Preparan
la lucha entre la
luz y la oscuridad.
En las cabezas
desiertas ya no quedan recuerdos del paraíso
en los que poder
reposar los ojos cansados.
Mandan los dioses
de la guerra.
En la cruz de la
conciencia yace Jesús crucificado.
Los caminos hacia
los cementerios son más cada vez.
Los pájaros cantan
en el cielo, pero, ¿quién los escucha?
La locomotora de la
historia grita histérica sobre las vias del tiempo.
Las ideas se
quiebran bajo la atroz ventisca.
Mira: se alquila a
cualquier hombre atrevido un lugar en el Olimpo,
para toda la
eternidad.
¿Quien pude seguir
yendo cada semana
por los jardines
del alma como si fuera domingo?
Los tanques esperan
tensos en las fronteras.
La noche crece de
entre las malas hierbas, se acerca la tormenta.
Pronto detrás de
las montañas del horizonte saldrá la luna
con el rostro
bañado en sangre.
Los chacales
gruñen, y el corazón se acogota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario