Posted: 07 Dec 2014 07:15 PM PST
Este sábado, en el encuentro ciudadano Casa Abierta de la Residencia Presidencial, tuvimos el privilegio de recibir a Náhuat hablantes, dignos representantes de los pueblos originarios de El Salvador.
Como nación reconocemos ahora oficialmente a nuestros pueblos originarios. En el pasado nuestros pueblos indígenas fueron
perseguidos, invisibilizados, y es por ello que es de un alto
simbolismo que la Residencia Presidencia se llene de la energía de los
abuelos, de los hombres y las mujeres de nuestros pueblos originarios. Vivimos tiempos de esperanza y de renovado fortalecimiento de nuestra identidad como salvadoreños.
Este reencontrarnos con nuestras raices se
refleja en el creciente interés de jovenes salvadoreños por aprender de
nuestros pueblos indigenas, como lo estan haciendo los integrantes del
colectivo Tzunejekat para conocer la riqueza cultural y lingüística de familias Náhuat hablantes.
Nuestra cultura salvadoreña surge y se
alimenta desde esos saberes ancestrales. Felicito a estos jóvenes que
trabajan con mucho esmero por dignificar el Náhuat. Somos un pueblo con un vasto tesoro cultural.
Nos llenó de mucha esperanza escuchar en el encuentro de Residencia Presidencial la voz de Don Genáro Ramírez Vásquez, un abuelo o tata originario de Santo Domingo de Guzmán,
que nos afirmó, acompañado por su mirada llena de vida: “Ahora estoy
seguro que el Náhuat se quedará con nosotros, no desaparecerá”.
Las historias de nuestras hermanas y hermanos Náhuat hablantes
que escuchamos este sabado en la Residencia Presidencial surgen del
corazón y nos ayudan a fortaler nuestra cutura e identidad salvadoreña, a sentirnos orgullosos de nuestra herencia cuscatleca.
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