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jueves, 13 de noviembre de 2014

La plaza Roja a lo largo de 200 años: De Fiódor Alekséyev a la Rusia turística

http://moscudelarevolucion.blogspot.com/

"En la Plaza Roja nunca pasa nada (con el permiso de los tanques de cuarenta toneladas que hacen temblar su empedrado cada desfile del 9 de mayo). Intento situar allí recuerdos, vivencias personales. Algo. Pero nada. Mi memoria no hace pie y patina en este vacío empedrado. (...)
[En la plaza Roja] todo está en su sitio porque ésta es la única zona de Moscú que no cambia.
Moscú, además de ser la ciudad más cara, es una ciudad máscara, con sus fachadas cambiantes como en un baile de disfraces. Es una ciudad que se sale del encuadre, que se disfraza, que se despelleja a sí misma. Todo es ondulante y cambiante en Moscú, las tiendas abren y cierran sin tiempo para dejarte huella (cerca de mi casa, en la calle Pokrovka, hay un restaurante que ha cambiado tres veces de dueño, de letrero y de menú en tres años). Todo vibra. Todo vira en la ciudad de los anillos. Todo, menos una cosa: la Plaza Roja y su mausoleo de Lenin. Un poco como el vórtice de los huracanes, un vacío envuelto de crispación capaz de tragarse una ranchera (o un tanque) pero donde esencialmente no pasa nada. A la ciudad con más taquicardia del planeta se le para el corazón. A la Plaza Roja le pasa un poco como al hombre de hojalata del Mago de Oz, que le sobra metal por los cuatro costados (el de la técnica militar de los desfiles), pero le falta corazón. Es la caja torácica de Moscú.
En las paredes de la Tretiakov cuelga un cuadro fechado en 1801, obra de Fiódor Alexéev, en el que se aprecia cómo discurría entonces una mañana en la Plaza Roja. Carruajes con señoritas de alcurnia cruzan el empedrado, un escenario de contornos teatrales donde los perros ladran, las caballerías se encabritan, las madres pasean a sus hijos, alguien se santigua ante un icono que trasporta un viandante, los mercaderes ofrecen sus artículos al pueblo que camina por la plaza como Pedro I por su casa. Bulle la vida. A principios del siglo XIX los colores de las cúpulas policromadas de San Basilio están más apagados que hoy, pero en cambio la vida refulge a todo color en aquella Rusia blanca bajo el reinado del zar Pablo I. (...)
Desde que se convirtió en pasarela de la maquinaria pesada soviética, la Plaza Roja se enfrió. Se cuadró. (...)
La Plaza Roja es como una oquedad, un vacío, un agujero negro, un cuadrado de Malévich que todo lo succiona (...). Es un espacio público con vocación de coto privado. Un ruedo a donde llega la vida en manada para morir.
A mediados de los años 80, la prensa occidental se hizo eco de una curiosa normativa soviética que prohibía fumar en la Plaza Roja. Al parecer, la restricción se debía a la dificultad de sacar las colillas de los intersticios de los adoquines, pero aquello fue interpretado por Occidente como una nueva señal (señal de humo) del clima censor que se cocía intramuros del Kremlin: en la misma Plaza Roja donde el Kremlin paseaba sus puros intercontinentales no podían asomar la nariz los papiroshka, los bastos cigarrillos soviéticos de liar que venían a ser otro tipo de arma, en este caso de autodestrucción masiva. Definitivamente, a aquel corazón aséptico e impoluto de Moscú solo le faltaba que Jack Lemmon le pasara la aspiradora para que oliera como el apartamento de La Extraña Pareja.
Por la Plaza Roja, vacua e impoluta, tampoco pueden circular las bicicletas desde tiempos soviéticos. Los tranvías, que circulaban por ella desde 1909, dejaron de hacerlo en los años 30. En 2008, se prohibió incluso el uso de equipos fotográficos profesionales, veto que no tardó en ser levantado tras una agria polémica suscitada en las redes sociales. (...)
En el vídeo de [el showman] Dzhirgurdà que circuló por la Red se ve al ruso, greñas al viento, imitando el bamboleo del jinete sobre su caballo invisible [el trote del estilo Gangman, el videoclip del artista surcoreano PSY], cuando de súbito entra en escena un policía como caído del cielo que se le acerca y le espeta alto y claro: «En la Plaza Roja está prohibido bailar». Era lo que faltaba por oír para confirmar que, efectivamente, esta es una plaza de lo más parada (pese a la parada del 9 de mayo). La Plaza Roja es una plaza encerrada en sí misma. La plaza suele cerrar periódicamente para acoger distintos actos, conciertos o incluso para habilitar en ella una pequeña pista de patinaje sobre hielo. Pero eso no es darle vida. Es darle veda. (...)
Además de invisible, la Plaza Roja también resulta engañosa. En 1926 Joseph Roth la describió así para el Frankfurter Zeitung: «es tan grande que podría abarcar al menos tres modernas y amplias avenidas de una gran ciudad». Treinta años después Gabriel García Márquez la dibujaba así en su reportaje De viaje por los países socialistas: «En Moscú, donde las cosas aplastan por sus dimensiones colosales, la Plaza Roja -el corazón de la ciudad- desilusiona por su pequeñez». Ustedes mismos. (...)
Se sabe que la Plaza Roja no recibe su nombre del color, sino del sentido primigenio de la palabra rojo (krasni en ruso), que quiere decir hermoso, aunque, claro está, al Moscú de los soviets le vino que ni pintado esa doble acepción de la palabra rojo. (...)
El 7 de agosto de 2012 mi madre murió inesperadamente. Lo primero que vi hacer ese día a mi padre cuando volvimos del tanatorio y entramos en casa, en nuestra casa, en la casa donde habían vivido juntos cuarenta años y yo con ellos hasta los veintitrés, fue besar una foto que les saqué a los dos delante de la catedral de San Basilio, en abril de 2001."

(Utrilla, D. ( 2013) A Moscú sin Kaláshnikov. Madrid: Ed. Libros del K.O., 2013, pp. 355-367)

Vista aérea de la plaza Roja. La flecha indica la dirección de la perspectiva en el cuadro de Alekséyev y que coincide con la del resto de fotografías
(Fuente: Google Maps 28/10/2014)

 "Krasnaya Ploshchad", cuadro pintado en 1801. Es obra de Fiódor Yákovlevich Alekséyev (1753-1824). Excepto la Catedral de San Basilio, el Lobnoye Mesto (la plataforma redonda en el centro) y la Torre Spásskaya, el resto de construcciones que aparecen en el cuadro ya no existen en la actualidad. Tras la ocupación napoleónica de 1812 y el posterior incendio de la ciudad, la plaza será reconstruida con nuevos edificios

 La plaza Roja fotografiada en algún momento entre 1867 y 1875, en dirección Sureste (lo mismo que el resto de las imágenes). Para celebrar la victoria frente a Napoleón, en 1818 se había instalado en la plaza, justo enfrente del Palacio del Senado del Kremlin, el Monumento de bronce dedicado al mercader Kuzma Minin y al príncipe Dmitri Pozharski, héroes rusos contra la coalición lituano-polaca en la guerra que expulsó al invasor en 1612. Es obra del escultor Iván Martos (1754-1835). Por esas mismas fechas fue rellenado y anulado el foso que había junto a la muralla (ver el cuadro de Alekséyev). Sobre él se plantó una hilera de árboles. En ese lugar se construirá un siglo más tarde la necrópolis del Kremlin. En el lado Este de la plaza (lado izquierdo de la fotografía) existió históricamente un barrio comercial dividido en tres partes: las "hileras" inferiores (junto al río), las del centro y las superiores. Tras el incendio de la ciudad, el arquitecto Joseph Bové (1784-1834) construyó en 1815 las galerías comerciales que se ven a la izquierda, en estilo Imperio, substituyendo a las "hileras" del centro y superiores. Las "hileras" inferiores fueron demolidas años más tarde. Las casas frente a la Catedral de San Basilio desaparecieron por completo tras el incendio, pero no así las de la parte posterior de la iglesia, que permanecerán en pie hasta bien entrados los años 30 del siglo XX. El Lobnoye Mesto (lugar de ejecuciones) había sido reconstruido y movido hacia el Este en 1786, quince años antes de que lo pintara Alekséyev (lo rehizo en piedra blanca Matvey Kazakov). Sin embargo, en el cuadro aparece ligeramente más centrado, quizás recordando su posición original  

 La plaza fotografiada en 1883. El Monumento a Minin y Pozharski estaba escoltado por una guardia con garita. Hileras de farolas de gas iluminaban la plaza Roja. El Museo Estatal de Historia (no sale en la foto) había sido inaugurado dos años antes (1875-1881)

 Imagen de 1887, con carpas de una exposición en el centro de la plaza. A la izquierda se ven con claridad las galerías comerciales superiores (donde más tarde se ubicarán las GUM) y las galerías centrales (al fondo), obras ambas de Joseph Bové. Los carruajes esperaban a la salida de dichas galerías

 Fotografía tomada entre 1894 y 1895. El edificio de las galerías superiores fue substituido en 1893 por el que aparece a la izquierda de la foto, obra del arquitecto Vladímir Grigórievich Shújov (1853-1939), conocido posteriormente por su famosa torre hiperbólica de comunicaciones. En tiempos soviéticos este edificio será denominado GUM. En el mismo período (entre 1890 y 1893), el arquitecto Roman Ivanóvich Klein (1858-1924) reconstruyó las galerías comerciales del centro, justo al lado, entre las calles Ilinka (Kuybysheva) y Varvarka (al fondo, cerca de San Basilio). En esa época se instalaron farolas eléctricas justo enfrente de los almacenes. Los carros transitaban hasta más allá de la mitad de la plaza

 Fotografía de 1912

 La plaza Roja fotografiada en 1914 desde la Torre del Senado. Hacía cinco años que los tranvías circulaban junto al antiguo foso

 La plaza en tiempos soviéticos, concretamente en 1925. La zona del foso se había reducido unos metros. Desde 1917 en ese lugar se realizaban enterramientos, en fosas comunes hasta 1921. A partir de ese año la necrópolis del Kremlin se convirtió en un lugar de culto destinado a líderes y héroes soviéticos. Y desde agosto del año anterior, frente al Monumento a Minin y Pozharski, se erigía el Mausoleo provisional de Lenin, hecho de madera. Nada en el paisaje delataba el profundo cambio sociopolítico que se había producido en Rusia tras la Revolución de 1917. Excepto que en las galerías del centro de Roman Klein se había instalado en 1919 la Segunda Casa del Comité Militar Revolucionario dirigido por Lev Trotsky

 La plaza Roja entre 1925 y 1929. El mausoleo definitivo no se acabará hasta 1930. Cables de tranvía atraviesan toda la plaza. Detrás de las murallas y junto a la torre Spásskaya asoman las cúpulas de los Monasterios de los Milagros y de la Ascensión. En un par de años serán demolidos para levantar el Palacio del Presidium. Si los planes de Putin siguen adelante, este será el paisaje que en breve se volverá a ver desde este punto de la plaza

 La plaza en 1931, con un aspecto similar al que se conservará hasta nuestros días. Junto al nuevo y definitivo Mausoleo de Lenin ya se habían construido las gradas para el público de los desfiles. Sin embargo, en lo alto de la torre Spásskaya continuaba el águila bicéfala. Seguirá allí (y en el resto de las torres) cuatro años más

 Colas para acceder al Mausoleo de Lenin en algún momento entre 1933 y 1937. En el Lobnoye Mesto se había instalado en esa época una fuente ornamental. En 1936 el Monumento a Minin y Pozharski fue trasladado a su ubicación actual, junto a la Catedral de San Basilio. No se aprecia con claridad pero parece que en esta foto ya ocupa dicho lugar. El objetivo de ese cambio fue que no entorpeciera los desfiles militares

En 1935, año en que se desmontaron las águila bicéfalas de las torres (aún en su sitio). Frente a los almacenes GUM se permitía el tráfico rodado en doble sentido, facilitado tras la demolición de la Puerta Voskresenski Iverski

Esquina formada por la plaza Roja y la calle 25 de Octubre, con un aspecto muy bullicioso. La foto se realizó entre 1938 y 1939. Las estrellas rojas ya ocupaban su respectivos lugares en las torres del Kremlin. Entre 1936 y 1938 el puente Bolshoy Moskvoretskiy fue ampliado y trasladado de lugar unos pocos metros. Estas obras incluyeron la demolición de todas las casas del barrio de Zaryadie que había detrás de la Catedral de San Basilio. En la foto aún se pueden apreciar algunas de las últimas que quedaban en pie
 
 Desfile militar en noviembre de 1941, veinticuatro años después de la Revolución de Octubre. Había comenzado la Segunda Guerra Mundial y los soldados partían hacia el frente

 En 1957 continuaban circulando coches frente a los almacenes GUM. En la acera de dichos almacenes se había instalado una hilera de árboles que hoy en día aún existen (aunque quizás no todos)

 La plaza Roja en 1962

 La plaza en 1967. Al fondo, entre las galerías centrales y San Basilio, sobresalía la mole de color blanco del hotel Rossia, inaugurado ese mismo año entre la calle Razin y el embarcadero Moskvoretskiy. Frente a los GUM se instalaron numerosas astas de bandera que durante los desfiles celebrados en la plaza Roja lucían enseñas soviéticas. Hoy en día ya no existen
 
 Sofía Loren fotografiada en la plaza en 1969. Se encontraba en Moscú rodando la película "I girasoli", producida por su marido Carlo Ponti y dirigida por Vittorio de Sica. Ella protagonizó una escena en la misma plaza Roja (junto al Museo de Historia) y en la del Cincuenta Aniversario de la Revolución de Octubre (Manezhnaya). Marcello Mastroianni y Lyudmila Saveleva se pasearon en furgoneta frente al hotel Rossia

 El 'skyline' final de la plaza Roja antes de la disolución de la URSS. Ese es el aspecto que tuvo durante los últimos años soviéticos. La fotografía se tomó entre 1970 y 1971 desde el Palacio del Senado. Es la imagen en la que se ven con más claridad las galerías del centro construidas por Roman Klein a finales del siglo XIX, un poco marginadas, arquitectónicamente hablando, debido a la presencia justo al lado de los almacenes GUM. Al fondo, el hotel Rossia y el rascacielos Kotélnicheskaya Náberezhnaya

 La plaza en el inicio de la Perestroika (1985). Los desconchones en la torre Spásskaya parecían anunciar lo peor

 Fotografía de 1994, tres años después de la desaparición de la URSS. La plaza Roja continuaba inmutable

 La plaza engalanada en 2012 con los colores de la bandera rusa post-soviética. El hotel Rossia había sido demolido en 2007. Sigue sin haber nada en el descampado que quedó en su lugar. Actualmente, montones de turistas inundan un espacio imperecedero pero que ha perdido gran parte de su valor simbólico

Desfile celebrado en noviembre de 2012, fotografiado desde el Museo de Historia, en conmemoración del 71º Aniversario de la "Parada" de 1941. Sólo en estas jornadas la plaza recupera su color "rojo" y el significado que tuvo en el pasado. Aunque ésto ahora ya sólo es un recuerdo. En 1990 fue declarada por la UNESCO "Patrimonio de la Humanidad"

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