Posted: 02 Nov 2014 07:00 AM PST
Cada 2 de noviembre, en la tradición que
llamamos el Día de los Difuntos, los salvadoreños tenemos la ocasión de
conmemorar el recuerdo y el amor hacia nuestros seres queridos, que han
partido físicamente pero para quienes guardamos respeto y recordamos
siempre sus consejos y buenas enseñanzas.
Esta es una fecha para compartir en familia y que se mantiene viva en nuestra cultura salvadoreña.
La cultura constituye una fuerza viva de
la colectividad en nuestro país, aporta sentido y contenido a
nuestras prácticas sociales, a las obras materiales y simbólicas que
construimos.
En el Día de los Difuntos no puede faltar
el colorido de las coronas y ramos de flores de papel hechas por manos
artesanas salvadoreñas, tenemos también platos y comidas propias de esta
fecha y por supuesto, la devoción y profunda fe cristiana de nuestra
gente. Esto nos permite también apreciar la idiosincrasia, la capacidad
creativa y laboriosidad de nuestro pueblo.
Es importante cultivar nuestras
tradiciones, a través del conocimiento y los valores que transmitimos a
nuestros hijos y nietos, generación tras generación. Por ello es
fundamental fortalecer nuestra identidad, la potencialidad y
la vitalidad de nuestra cultura, manteniendo siempre el debido respeto a
la plena libertad de conciencia, espiritualidad y religión, como un
derecho inalienable de todos los seres humanos.
El desarrollo de las potencialidades
culturales individuales y colectivas es una condición necesaria para
alcanzar El Buen Vivir en nuestro país, el bienestar espiritual y
material de nuestro pueblo; asimismo requiere reconocer y respetar la
identidad y diversidad cultural de nuestra nación.
Sigamos adelante, conservando nuestras
tradiciones y creencias, manteniendo viva nuestra cultura, el recuerdo
de quienes en vida estuvieron a nuestro lado y la unión familiar.
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