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Ya salió El Socialista Centroamericano No 179.-
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Durante
el catorceavo Encuentro Nacional de la
Empresa Privada (ENADE), realizado en El
Salvador 23 y 24 de junio, la Asociación
Nacional de la Empresa Privada (ANEP)
presentó el proyecto de crear “zonas de desarrollo
autónomas”, llamadas también significativamente
“ciudades Estado”.
La
idea presentada por la burguesía es supuestamente
incentivar la inversión y el crecimiento económico de
El Salvador, mediante la creación de zonas que tengan
sus propias regulaciones, su propia legislación
especial en lo económico, administrativo y fiscal. De
allí el correcto nombre de “ciudades Estado”. Según
dirigentes de la ANEP, el proyecto permitiría al país
un crecimiento de hasta el 3%, amparándose en que en
otros países, como Hong Kong, Singapur y China, planes
similares han sido exitosos y han generado masivamente
puestos de trabajo.
Esta
idea no es nueva en la región centroamericana.
Recordemos que en 2010 en Honduras causó un gran
revuelo la aprobación del Decreto Legislativo
No. 283-2010 que creaba las Regiones
Especiales de Desarrollo (RED), también
conocidas como Ciudades Modelo o Charter City, como
pequeños Estados dentro del Estado, entregando la
soberanía nacional a las transnacionales. La
movilización popular y la presión de la opinión
publica obligó a la Corte Suprema de Justicia de
Honduras a declarar inconstitucional, en Octubre del
2012, el proyecto de las “ciudades modelo”, pero Juan
Orlando Hernández, en ese entonces presidente del
Congreso, en el año 2013 impuso una reforma
constitucional que transformó el proyecto de las RED
en Zonas Especiales de Desarrollo Económico
(ZEDE) en una terrible realidad. Las ZEDE
tendrían su propio gobernador, sus propios jueces, sus
propias leyes, pero formalmente bajo la soberanía del
Estado hondureño.
Una
variante de este tipo de proyecto de entrega de la
soberanía nacional, surgió en febrero de este año en
Guatemala con la declaración de Circunscripciones
Económicas en cuatro municipios del país, que implica
la construcción de infraestructura que facilite la
creación de parques industriales y atraiga la
inversión extranjera y nacional; en este caso parte
del atractivo para los empresarios sería la
autorización de salarios por debajo del mínimo que
rige a nivel nacional y de condiciones laborales que
hagan “más rentables” las inversiones. Otra disolución
en los hechos de la soberanía nacional.
Recientemente
el gobierno sandinista en Nicaragua acaba de aprobar
una reforma que incorpora en el texto de la
Constitución el principio de los “asocios públicos
privados” y dialogo permanente entre el gobierno y los
empresarios, sin mencionar la onerosa concesión para
la construcción de un canal interoceánico a un
desconocido empresario chino.
Como
podemos ver, estamos ante una nueva estrategia de los
grupos capitalistas centroamericanos y las
transnacionales. Los Estados nacionales de la región
se encuentran sumidos en una grave crisis; no
solamente en lo financiero, que los ha arrinconado a
endeudarse a niveles peligrosos, sino en cuanto a la
gobernabilidad, con un nivel de de descontento social
y violencia imparable e incontrolable.
La
salida están planteando las burguesías de región
centroamericana es la creación de “santuarios”,
algo similar pero peor que los enclaves de las
plantaciones bananeras en el siglo XIX, en los que
ellos puedan poner sus propias reglas e invertir sus
capitales con un mínimo de riesgo. Naturalmente parte
esencial de estos proyectos es la imposición de sus
propias regulaciones laborales en cuanto a salarios y
condiciones de trabajo; se presentan como los adalides
de la creación de trabajos, amparándose en el enorme
desempleo existente, pero serán empleos bajo
condiciones de sobreexplotación de la fuerza de
trabajo, sin libertad de organización y
sindicalización para los trabajadores.
Según
Jorge Daboub, presidente de la ANEP salvadoreña, lo
ideal sería que todo el territorio nacional ofrezca
condiciones flexibles y estables para la
inversión privada, pero por ahora se conformarán con
la creación de las zonas autónomas.
Este
proyecto burgués implica un socavamiento y un
debilitamiento de los Estados nacionales. En una
actitud de “sálvese quien pueda”, los
capitalistas prefieren, en vez de contribuir a
solucionar la grave crisis institucional, crear sus
propios feudos que garantice condiciones ideales para
sus negocios.
El
Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)
llama a la unidad de acción antiimperialista y
anticapitalista para defender la soberanía nacional
que está siendo liquidada por las burguesías de la
región.
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